Superar sin grandes daños tres días de lluvia ininterrumpida es algo dificil para cualquier estación de esquí. Como ya os contamos, Sierra Nevada lo logró, manteniendo todas las zonas y desnivel abiertos de manera bastante digna. Pero durante las fiestas navideñas le ha tocado enfrentarse a una nueva prueba mucho más exigente: tres semanas de altisimas temperaturas sin posibilidad de innivar (salvo unas pocas horas el día 29), con una escasa base, y miles de personas deslizando por las pistas cada día. Y aún así, siguen abiertos más de 50 kilómetros.
Es cierto que a ésto ayudan diversos factores como los drenajes de las pistas (esas zanjas que se observan en verano), la escasa humedad del aire, la altitud y orientación de la estación, y el hecho de que la base existente fuese de nieve articial, mucho más densa y con un albero muy superior al de la nieve natural. Pero hay un factor mucho más determinante: el excelente trabajo que realizan los maquinistas y el servicio de pistas. Están haciendo verdaderos milagros para mantener la nieve.
En el siguiente video realizado por la propia estación se explica cómo se realiza el trabajo de los maquinistas, contado por ellos mismos:
Afortunadamente, las temperaturas han bajado un poquito, lo suficiente para que durante gran parte del día de hoy, y previsiblemente hasta pasado Reyes, se puedan poner en marcha todos los cañones de las diferentes áreas, tanto los de la zona alta en Borreguiles y Veleta, como en la Loma de Dílar y el Río, que es donde más urge actuar, debido a las placas de hielo y piedras que están apareciendo.
Obviamente, esta Navidad no estamos teniendo las mejores condiciones, pero tampoco están siendo muy diferentes a las de los últimos años.
En el gráfico que a continuación os mostramos podemos ver que las temperaturas de esta última semana fueron también altas en los años 2018 y 2017. Casi en ningun momento bajaron de los 0ºC, aunque si que permitieron innivar (quizás por eso no recordamos el calor que hizo).
Con el 2020 parece que llega la remontada de Sierra Nevada. Tengamos paciencia y disfrutemos esta ventana de buen tiempo, que tarde o temprano el invierno llegará con toda su crudeza y echaremos de menos estos ratitos de sol.