El teleférico no avanzará si no son evaluados el resto de accesos a la estación

El teleférico no avanzará si no son evaluados el resto de accesos a la estación
Entrevista Javier Sánchez, Director del Parque Nacional de Sierra Nevada.


–¿Cómo se puede hacer compatible la conservación con una estación de esquí en pleno corazón de Sierra Nevada?

–Hemos requerido una evaluación estratégica que supone establecer un proyecto de futuro satisfactorio desde el punto de vista ambiental a la vez que se consolida una de las principales empresas de la provincia. Para la estación es importante porque va a tener un plan de futuro marcado que le dará tranquilidad y para nosotros, para un espacio protegido tan frágil, también es muy importante.

Entrevista a Javier Sánchez, director del Parque Nacional de Sierra Nevada.


–¿Considera fundamental hacer un recuento de los recursos y posibilidades de la estación?

–Los equilibrios en la alta montaña son muy frágiles. Los recursos hídricos son limitados y debemos ser conscientes de que hay que tener más información y tomar decisiones acordes a la situación en la que nos encontramos y con los recursos que tenemos. En los últimos años es donde vemos que garantizar calidad y cantidad de nieve es cada vez más difícil y donde existen una serie de obras importante hay que valorar y evaluar las consecuencias a la hora de acometerlas.

–¿Y el crecimiento que Monachil y Cetursa pretenden poner en marcha en Pradollano?

–Los Peñones están decididos en los planes como una zona de amortiguación del dominio esquiable donde no se puede abordar el desarrollo urbanístico. Éste, ahora mismo, sólo se puede dar en lo que en estos momentos es terreno urbano consolidado. Quedan huecos pero la dinámica de los últimos años ha sido excesiva. Vale más apostar por la calidad de los recursos que por la cantidad. La estación no necesita un desarrollo así, sino buscar más calidad y romper con la afluencia masivas en determinadas épocas para hacerla más uniforme. El crecimiento posible ya no es mucho. Hay que mirar por la calidad, la diferenciación y el respeto por el patrimonio cultural y paisajístico y la estación está enclavada en medio de un parque Natural y Nacional, uno de sus mejores avales y algo que no lo pueden decir muchas estaciones.

–¿Y otros proyectos que nacen a raíz de la estación como el del teleférico a Sierra Nevada?

–En la evaluación estratégica también hemos pedido estudiar los accesos a la estación. No podemos pensar en que esto es un fondo de saco que puede tener una avalancha por carretera y por teleférico sin una regulación. Hace falta un documento donde hablemos de personas, de servicios, de recursos, capacidad de acogida y evidentemente, también de los accesos. El proyecto de teleférico no puede avanzar sin esa evaluación estratégica. El proyecto de los empresarios es con la mejor voluntad y los respetamos, pero nuestro compromiso es que un lugar tan valioso y frágil tenga las infraestructuras necesarias.

–¿Algo lo haría completamente inviable?

–Si incluye desarrollos urbanísticos en cualquier punto intermedio de su trazado, no se ejecutará este proyecto. Los nuevos desarrollos no es lo más adecuado porque puede provocar efectos perniciosos en la conservación.

–Es de suponer que tampoco es posible una ampliación de la estación...

–Es inviable. Desde lo ambiental, económico y ético es mejor Sierra Nevada como un Parque Nacional.

Se acaban de aprobar los planes de ordenación y gestión de Sierra Nevada. ¿Cuáles han sido los principales problemas que han encontrado?

–El urbanismo es de las tareas más complicadas dentro del espacio protegido, ya que hay que garantizar las zonas protegidas con documentos como éstos que están realizados al milímetro, pero también hay que diseñar el futuro de los municipios de Sierra Nevada. Por eso colaboramos con los ayuntamientos para que sus planeamientos casen con la zonificación de los planes, que prevalece sobre ellos. Hay que ser rigurosos, pero cada municipio tiene unas características concretas y tenemos que ayudar a definir su futuro.

–Los documentos también hacen hincapié en la regulación del agua...

–Intentamos garantizar la protección de los ecosistemas del agua, el mantenimiento de usos y costumbres tradicionales y la apuesta por la coordinación entre administración y agentes sociales. Es un fenómeno que afecta a municipios, agricultores, pescadores, ganaderos y vemos que nos encaminamos a una situación cada vez más adversa. Por esto hay que hacer un uso más correcto del agua que estos últimos años. Depurar, garantizar abastecimientos, que tengan agua para desarrollarse… Este asunto necesita mucha atención y poco a poco se la estamos prestando.

–¿Los pueblos empiezan a aceptar la protección de la Sierra?

–La Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza tiene una máxima: las áreas protegidas sólo sobrevivirán si la población en su conjunto percibe que son útiles y creo que eso empieza a existir en Sierra Nevada. La conservación debe mejorar sus vidas.

Tras presentar las inversiones para tratamientos selvícolas en Sierra Nevada algunos colectivos han denunciado la tala de pinos que se va a ejecutar. ¿En qué consiste concretamente el proyecto de naturalización de las masas forestales?

–En primer lugar hay que aclarar que no se trata de un programa preventivo de incendios, sino un programa de mejora de masas forestales en el que se viene trabajando desde hace tiempo y que ahora tiene un presupuesto importante. No existe en Andalucía y, posiblemente en el país, un programa en donde se concentre ese nivel de compromiso de inversión en mejora de masas forestales. Nos referimos tanto a mejorar la masas autóctonas como avanzar en la evolución natural en los pinares de repoblación, de los que existen un total de 45.000 hectáreas de Sierra Nevada. Primer concepto: no es un plan preventivo de incendios, sino de mejora de masas forestales. Segundo: no es eliminar de manera inmediata miles de hectáreas de pinar, sino favorecer la sustitución progresiva de esa masa artificial a otro tipo de formación vegetal con características más próximas a masas naturales propias y autóctonas de Sierra Nevada.

–¿Cómo se desarrolla concretamente este tipo de programas?

–En ningún momento vamos a propiciar que exista una desprotección del suelo o talas masivas continuas, sino ayudar a los procesos naturales de Sierra Nevada para que mañana en vez de tener masas artificiales, con lo que ello conlleva de monoespecifidad (masas de una sola especie), coetáneas (regulares en edad), masas con una distribución interna y límites geométricos, sin representación de los distintos pisos de vegetación, a otras más diversas tanto en la composición (representación de herbáceas o sotobosque) como en el uso del espacio.

–¿Cuál es la base de estos trabajos que se van a desarrollar?

–En un bosque hay competencia por luz, agua, nutrientes y espacio, simplificando mucho. Jugar con esos factores es absolutamente necesario para propiciar que los crecimientos incidan sobre una especie u otra. Bajo el pinar existe un regenerado incipiente de sotobosque y encinas que, si se le da paso a la luz, poco a poco van a ir hacia arriba porque va a tener más espacio y nutrientes para crecer al acabar con la competencia. Pero cuando ese regenerado esté ausente, se constribuirá con plantaciones y semillado a que siga creciendo, como por ejemplo en los casos de especies de ribera en zonas más umbrías con especies como tejos o robles.

–¿Cómo se enmarca este programa en la evolución de Sierra Nevada?

–Estamos en una tercera fase en las laderas de Sierra Nevada. En las fotografías aéreas tomadas en el 56 se puede observar cómo las laderas estaban descarnadas, lo que provocó una importante pérdida de suelo e incluso daños por inundaciones en algunos pueblos de Sierra Nevada. La segunda fase fue los pinares de repoblación que tuvieron un papel importante porque crearon suelo, defendieron las laderas de la erosión y crearon un microclima mejor. Ahora es el momento de poner en marcha una tercera fase, que consiste en evolucionar a unas masas de mayor calidad, más naturales, que den más beneficios para la sociedad y que sean más estables. Y en este objetivo estamos.

–¿Considera que es difícil para la población entender este tipo de actuaciones que conllevan la tala de árboles?

–Puede ser, pero hay que entender que no existen bosques naturales con las características de las masas de repoblación. Esas masas de reforestación, con sus luces y sombras, ya han cumplido un papel y responden a técnicas y niveles de conocimientos que ya se han superado. Lo que está claro es que queremos ayudar y contribuir a la formación de esas masas naturales, que nos conducen a un sistema más moderno, con una calidad de hábitat infinitamente superior para la flora y la fauna… Nos va a permitir tener más beneficios para aprovechar los recursos naturales, sea agricultura, ganadería, caza, paisaje, ocio… También permite integrar mejor a la población local. Un sistema más resistente y estable frente a cualquier tipo de perturbación: plagas, enfermedades, estrés hídrico, incendios...

–¿Cuánto se puede tardar en visualizar los beneficios de estos programas?

–Décadas. Es un proceso muy lento porque hay que incidir de una manera muy lenta y paulatina en la naturaleza. Hay que jugar con el equilibrio de extracción de pies, ir paulatinamente a menos densidad de pinares, pero con la existencia de otras especies autóctonas que se vayan abriendo paso, fundamentalmente la encina. Cuando abrimos y empiezan a poblarse los bosques de encinas o otras especies de sotobosque, la dinámica de los procesos naturales se dispara. Empiezan a llegar especies 'amigas' del bosque, como las aves que son las responsables de una gran difusión de semillas. Mirlos, arrendajos, que es el sembrado oficial del bosque, el petirrojo… La presencia más activa de las aves, que empiezan a dispersar semillas, dispara el proceso y facilita la evolución natural de los bosques. Eso es lo que perseguimos.

–Es de suponer que este tipo de proyectos se ejecutan una vez ya contrastada su eficacia...

–Durante varios años ha existido una colaboración estrecha entre científicos, administración y empresas para definir la metodología de trabajo y tuvo su momento culminante en un taller en junio exclusivo para ver cómo tratar las masas de reforestación. Allí se vieron muchos casos con características como las de Sierra Nevada.


Fuente: Granada Hoy

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1 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    08/05/2010 15:32
    #1
    EL INTERNET ES UNA M..... HACE UNA HORA QUE ESTOY BUSCANDO INFORMACION DEL tELESFERICO Y LO UNICO QUE ENCUENTRO SON comentarios ......LA M.....AAAAAAAAAAA........TIRENSE UN PEDO LLENO DE ACAAAAAAAAA........ :grrr!: !!!!!!!!!!!!!!!!!! :diable:

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