Los tres mosqueteros (del esquí francés)

Los tres mosqueteros (del esquí francés)
Montaje con imágenes de rossignol.com, wikipedia y lallavedepandora.com
Donde se cuenta la historia de tres esquiadores franceses que marcaron época y pusieron mucho de su parte para la evolución del esquí alpino a nivel mundial en varias de sus vertientes: el material, la técnica y la práctica masiva.

Donde se cuenta la historia de tres esquiadores franceses que marcaron época y pusieron mucho de su parte para la evolución del esquí alpino a nivel mundial en varias de sus vertientes: el material, la técnica y la práctica masiva.

Émille Allais, “el veterano”.

Estamos ante un esquiador centenario (nacido el 25 de febrero de 1912 en Megève y fallecido el 17 de octubre de 2012 en Sallanches), pues este hombre seguía esquiando hasta poco antes de su muerte por las pistas de Megève o Courchevel. Una figura mítica para la historia del esquí alpino por varias razones: su palmarés y, muy especialmente, sus aportaciones al avance de la técnica, la innovación en los materiales y el desarrollo de las estaciones de esquí.

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Émile Allais. (Imagen: megeve-tourisme.com).

 

Viviendo de niño en Megève, los primeros esquís que vio fueron los de su tío Hilaire Morand, que ejercía de guía de esquí para turistas. Él los había traído de Rusia, y Émile lo acompañaba con frecuencia como porteador en las travesías. Fue precisamente su tío quien lo animó a esquiar. Su primer par de esquís se los hizo un carpintero del pueblo (a partir de madera recuperada de la panadería familiar) y, según Allais, a los siete u ocho años hacía él mismo las correas para sujetar las botas, imitando lo que hacían otros jóvenes. Pero con aquella solución resultaba imposible controlar los esquís. Así que se le ocurrió utilizar las bisagras de un viejo armario y las ató con alambre para crear sus primeras fijaciones. Tal vez, ya desde entonces se gestó la inquietud por una especial atención al material de esquí, cuestión esta en la que fue alcanzando cierta fama entre los que fueron sus compañeros y contrincantes deportivos. De ello hubo numerosos ejemplos: un truco consistente en utilizar dos gafas para forzar la ventilación y que no se empañaran durante los descensos, y también su esmero e iniciativa en la preparación de los esquís y las fijaciones. Otro ejemplo se produjo en 1937, al ser el primero en lucir unos pantalones cónicos aerodinámicos, sujetados en sus botas, creados por el sastre de Megève, Armand Allard. Unos dos años antes, ya había empezado a utilizar una argucia para fijar más el talón: habilitaba unos agujeros en los esquís, más atrasados de lo que era habitual, para poder abrazar cada empeine con correas de cuero. Además, muchos años después (deduzco que en la década de los cincuenta), fue él quien introdujo los Head metálicos en Europa y, a raíz de aquello, colaboró con Rossignol en el desarrollo de algunos modelos míticos. Muy concretamente en el diseño y fabricación del modelo Allais 60 (con el que Jean Vuarnet ganó una medalla en los JJOO de 1960) y posteriormente el Strato, primer esquí construido con fibra de vidrio que fue utilizado en competición, en 1964. Tal vez (no lo puedo asegurar) el Strato fuera el modelo origen de las posteriores, exitosas y prestigiosas series ST de Rossignol.

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El sastre Armand Allard en su mostrador de Megève. (Imagen: aallard.com).

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Detalles de un Rossignol Allais 60. Este está expuesto en el modesto pero coqueto museo del club al que pertenezco: el Club Alpino Tajahierro (CAT). Lo bueno de los ejemplares que allí se exhiben es que han sido cedidos por miembros del club, habiendo sido previamente utilizados por ellos. Este es un esquí de 2,15 m, con siglas SG que, en su época, se correspondían con Slalom Gigante (lo del supergigante llegaría bastantes décadas después). (Imagen: montaje con fotografías propias).

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Diferentes tipos y detalles de Rossignol Strato. La suela era de un azul más "añil" que el "celeste" de otros modelos posteriores de gamas inferiores. (Imagen: montaje propio con fotogradías ajenas procedentes de leboncoin.fr y de salvasci (save de ski) - museo de sci dolomiti en instagram.com).

En cuanto a las cuestiones técnicas y de método, podemos partir del invierno de 1926-1927, durante el cual trabajó como mozo de maletas para los huéspedes del nuevo hotel Mont d'Arbois, que la baronesa Noémie de Rothschild acababa de abrir en Megève. Aquella mujer, millonaria de la rama francesa de la familia Rothschild, era una gran aficionada al esquí y a la nieve, y había frecuentado habitualmente St. Moritz. Sin embargo, a partir de la I Guerra Mundial, cogió tal tirria a los alemanes (habituales en las estaciones suizas y austríacas), que decidió trasladar sus periodos vacacionales invernales a los Alpes franceses, encargándole a su instructor noruego, Harald Smith, que buscara un lugar idóneo. Aquello supuso, si no la creación de Megève como localidad, sí su impulso como estación. Ya en Megève, fue un instructor austríaco contratado por la baronesa, Otto Lantschner, quien le enseñó a Allais la técnica del viraje y, al final de la temporada, durante la carrera de instructores austríacos de la estación, el chaval acabó segundo en la competición de la cota de los 2000 m.

Su aprendizaje se fue consolidando gracias a una posterior etapa castrense, pues en 1933 partió hacia Clermont para realizar el servicio militar en los cazadores alpinos, y sirvió en los exploradores de esquí, lo que le permitió practicar ese deporte durante todo el invierno. En aquella época se rompió una pierna, a consecuencia de lo cual se le acortó un poco (¡3 cm!). Mucho más tarde, durante un slalom, se rompió la otra pierna, lo que le dio al médico la oportunidad de poner ambas piernas a la misma longitud (a mi está última información sobre lesiones me resulta muy chocante, ha sido cosa de la wikipedia. Si acaso, se ve que eran otros tiempos también para la medicina).

Posteriormente, ya en su época como corredor (que luego repasaremos brevemente), participando en los Juegos Olímpicos de 1936, vio que el esquiador austriaco Toni Seelos no utilizaba la misma técnica que los demás para hacer los giros, sino que los ejecutaba con los esquís paralelos (por lo que al austríaco se le considera el inventor original de tal tipo de viraje), y que aquello parecía ser más eficaz que la cuña. Para iniciar los giros, Seelos empleaba una rotación de la parte superior del cuerpo con el comienzo de la acción. Al año siguiente, 1937, Allais publicó su método de esquí en colaboración con Paul Gignoux. Era el primero editado en francés, por lo que, en lo que respecta a la formación técnica, se le considera el inventor del método de esquí francés, caracterizado por el viraje paralelo inspirado en Seelos.

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E. Allais esquiando. Con los pantalones por dentro de las botas. (Imagen: pierrelagrue-jo.com).

 

También en 1937, se creó la Escuela Nacional de Esquí de Francia (futura Escuela Nacional de Esquí y Alpinismo), bajo los auspicios del ministro de Ocio y Deportes, Léo Lagrange. Aquello supuso el comienzo formal de la enseñanza del esquí en Francia, y el fin de la supremacía austriaca en el país galo. En diciembre del mismo año, Émile Allais se tituló como instructor. Tanto el método francés, como el descenso de las pistas a velocidad controlada, y las victorias de Allais a lo largo de los años 1937 y 1938, se hicieron populares a través de las películas de Marcel Ichac.

Video: cursillo para la Escuela Nacional de Educación Física en 1943, impartido por Émile Allais: enlace 

Un detalle más del aspecto técnico y formativo de la vida de Allais es que, tras el armisticio, asumió el cargo de director técnico de la Escuela Nacional de Esquí y Montañismo, donde comenzó a formar a las primeras generaciones de monitores de esquí.

En lo que se refiere a la competición, una vez descubierto por la Federación Francesa de Esquí, Allais fue mejorando en resultados poco a poco tras su debut, hasta brillar en los campeonatos del mundo de 1935. Después, en 1936, en los Juegos Olímpicos de Garmisch-Partenkirchen, se encaramó a un podio con el bronce en la combinada. Allí se produjo cierto revuelo, desconcierto o malestar (aunque hay versiones que no llegan a afirmar tanto), al negarse el esquiador a realizar el saludo nazi en la ceremonia de entrega de medallas. No me gusta mucho andar plasmando detallados palmareses deportivos en mis textos, pues se comprueban mejor y de un vistazo rápido en internet, así pues, baste señalar que su periodo competitivo se desarrolló fundamentalmente entre 1935 y 1938, cosechando aquel bronce olímpico en el 36; cuatro platas y otros tantos oros en Campeonatos del Mundo; y un bronce, tres platas y dos oros en diferentes ediciones de las prestigiosas pruebas Arlberg-Kandahar (en su época no existía la Copa del Mundo). Todo aquello, como hemos visto, antes de la Segunda Guerra.

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Portada de la revista Life de 1949. (Imagen: Life en sierranevada.es).

 

Al comienzo de la II Guerra Mundial, Allais fue movilizado como cazador alpino en el Batallón de Alta Montaña de Chamonix. En 1940, con Étienne Livacic, realizó el primer descenso en esquí de la arista norte del Dôme du Goûter. Participó en la Liberación y se alistó en el Batallón Mont Blanc. Los últimos años de la guerra los pasó combatiendo en la resistencia en las montañas.

Después de la guerra vivió su propia aventura americana por el norte y el sur, y se hizo cargo de varios equipos nacionales de competición (Chile, Canadá y EEUU) en diferentes periodos. También participó en la puesta en marcha de varias estaciones de esquí en aquel continente. Ya en la década de los sesenta, prestó servicio en varias estaciones francesas, especialmente en Courchevel, de la que fue director, y para la que creó el puesto o desempeño de socorrista en pistas. De su periodo americano, en el que entabló muchas amistades (entre ellas la del cineasta especializado en esquí Warren Miller), alcanzó gran prestigio como autoridad en el mundo del esquí y le fue muy fructífero, podemos rescatar algunas anécdotas curiosas:

«[…] fue reclutado de nuevo para sus servicios, esta vez por Otto Lang, director ejecutivo de Sun Valley (en aquella época también recibió una oferta desde Lake Placid, New York).

“Aquello fue muy controvertido”, dice Dorworth, “porque era 1949 y Émile había sido combatiente en la resistencia francesa, y Sun Valley estaba repleta de austríacos y alemanes. Aquella era su escuela de esquí. Por lo que había mucho resentimiento hacia Émile”.

Dorworth comenta que en Sun Valley, a Allais le asignaban la enseñanza de los principiantes en las pendientes más suaves – una bofetada en la cara de “uno de los mejores esquiadores que jamás hubieran existido”. Mientras atendía sus clases sin quejarse – Allais era un hombre de gran integridad, asegura Dorworth – un día se marcó un punto demostrando su capacidad a la vista de todos.

“En su hora de almuerzo se fue a Baldy y ascendió hasta la cima de Exhibition (una pista avanzada de Sun Valley) y esperó allí hasta que hubiera un nutrido grupo de austríacos en el telesilla, y entonces se bajó Exhibition en schus, lo cual no se había hecho jamás”, comenta Dorworth, y, según un ensayo que escribió contando la misma anécdota, “Su punto de vista había quedado claro para todos, salvo para los más cabezahuecas”». (Sylas Wright, traducción propia).

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«La primera escuela de esquí de Squaw Valley a comienzos de la temporada 1949-50 contaba únicamente con cinco monitores: desde la izquierda, Dodie Post, Émile Allais, Warren Miller, Charlie Cole y Alfred Hauser». Equipos bastante antiguos y atuendos elegantes. (Imagen: tahoequarterly.com).

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«Desde la izquierda, Warren Miller, Pat Bauman, Émile Allais, Jon Reveal, Dick Dorworth y el fotógrafo Tom Lippert en Flaine (Sallanches, Francia), donde Allais trabajaba como director de esquí en 1973». Unos 23 años más tarde que la foto anterior, vemos a W. Miller con equipo de filmación. Allais, que viste de modo más moderno y elegante que el resto, ejerció de cicerone en los Alpes. Aseguraba que "los amigos de Warren son mis amigos". El resto del grupo (los "yankees") tiene una pinta híbrida entre la vestimenta de competición y aires "freak", "vagabundos" o hippies, propios del esquí americano de los setenta. (Imagen: Tom Lippert para tahoequarterly.com).

 

En el siglo XX, los mosqueteros del rey hacía tiempo que habían desaparecido en Francia (lo mismo que la figura de un monarca). Concretamente, tras varias disoluciones y refundaciones, su cuerpo militar (mosqueteros de la guardia) dejó definitivamente de existir en 1816. Sin embargo, a este nuestro, en el siglo XX, se le concedieron en vida varias condecoraciones. Entre ellas, la Orden Nacional de la Legión de Honor (imagino que por sus actividades militares) y la de Caballero de la Orden del Mérito Deportivo (por razones más obvias).

 

Georges Joubert, “el maestro”.

Estamos ahora ante un profesor de educación física que trabajó en la unidad de enseñanza e investigación de educación física y deportiva de la Universidad Científica y Médica de Grenoble, y que fue director del equipo nacional francés de esquí.

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Georges Joubert. (Imagen: wikipedia).

 

En 1951, G. Joubert accedió al puesto de entrenador del Club de la Universidad de Grenoble (GUC), entonces el principal club francés, tanto por número de licencias, como por cantidad de corredores clasificados en las series nacionales. Fue presidente de dicho club desde 1953 hasta 1982. Y gracias a él desarrolló una productiva, eficaz y prolongada labor de estudio, investigación, divulgación, formación y entrenamiento a lo largo de toda su carrera. Estamos hablando de miles de esquiadores y cientos de competidores.

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Joubert con algunos de los monitores del GUC y un par de corredores en los Deux Alps. "Dynamic al poder...". (Imagen: gucski.free.fr).

 

Desde aquella posición, creó la Escuela de Esquí de la Universidad de Grenoble y desarrolló el método de formación para los estudiantes. Fue un pionero en la organización de campamentos de esquí de verano (a partir de 1953), en una época en la que los equipos nacionales dejaban de esquiar desde mayo hasta noviembre. A sus campamentos asistieron muchos futuros miembros del equipo francés. Empezó a organizarlos en el refugio Adèle Planchard (a 3.170 m de altitud), para más adelante trasladarlos al glaciar Sarenne, situado por detrás de Alpe d'Huez, y que, en 1974, acabó recibiendo el trazado de una pista de idéntico nombre, que está considerada como la más larga del mundo. Personalmente la descendí durante unas vacaciones navideñas en 1990/1991. Se accedía a ella mediante un gran teleférico que, tras coronar el Pic Blanc a 3330m de altura y descender algunos metros, te daba dos opciones: regresar hacia la estación atravesando un túnel, tras cuya salida aparecías en una pista negra muy pendiente y de grandes bañeras; o deslizarte por el glaciar (que entonces estaba sin pisar en su parte superior) disfrutando de varios kilómetros de pendiente media y hermosas vistas, continuando por una larga ladera de buena pendiente, unas vaguadas que van girando hacia la derecha, y acabar conectando con un largo camino de valle boscoso y estrecho, de muy poca pendiente. Por lo visto, unos 16 km de longitud. Eso sí, para repetirla había que hacer varias conexiones de remontes, de modo que, prácticamente, entonces únicamente podías esquiarla entera una o dos veces por día.

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Un puñado de participantes en una concentración de la Sarenne (probablemente 1969 o 1970). (Imagen: Christian Lalès en gucski.free.fr).

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Joubert tomando la percha de un telebaby que tenían instalado en el glaciar (el esquiador JP Stahl espera su turno detrás). (Imagen: Christian Lalès en gucski.free.fr).

 

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Refugio del GUC en el que se alojaba el grupo de entrenamiento en la Sarenne (entrenadores y corredores). Estas fotos pertenecen a un amplio archivo del GUC cuyo repaso resulta de lo más entrañable porque a los más mayores nos puede hacer recordar el ambiente de camaradería, montañismo, austeridad, etc. de los antiguos clubs de esquí españoles. Y a los más jóvenes les ayudará a hacerse una composición de lugar sobre los medios y atmósfera de entrenamiento en aquella época. (Imagen: Christian Lalès en gucski.free.fr).

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El Pic Blanc y su teleférico visto desde Alpe d'Huez. La foto es de mi estancia allí en enero de 1991. Para los lectores más detallistas: si se fijan en la pendiente vaguada que, por debajo de las rocas del pico, asciende hacia el collado de la derecha de la cima, entre sol y sombras, se aprecia rugosidad en la nieve. No se trata de una avalancha, sino de las enormes bañeras de la pista procedente del túnel. (Imagen propia).

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Mismas fechas, vista del teleférico desde una de sus dos cabinas. (Imagen propia).

 

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El Pic Blanc "por detrás" con visión de todo el espacio esquiable de la parte superior e intermedia de la Sarenne, cuando la descendimos en enero de 1991. (Imagen propia).

 

Entre sus pupilos, podemos destacar a los siguientes: Jean Vuarnet, nuestro tercer mosquetero, del que daremos cuenta posteriormente; Patrick Russell, que fue modelo técnico fotográfico en algunos de sus manuales; y Perrine Pelen, competidora de Copa del Mundo, de vistoso y agresivo estilo, especializada en slalom especial y gigante. El terceto dentro de un amplio plantel de deportistas.

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Patrick Russell en acción en plena competición. La imagen es un fotomontaje procedente del sexto manual técnico de G. Joubert. Al repasar su biografía he tenido la impresión de que Russell debió ser uno de sus "niños mimados", "mirlo blanco" o gran esperanza, dentro de la cantera del GUC. De hecho, aparece en multitud de imágenes y fue modelo principal en algunos de sus libros y artículos. (Imagen extraída del libro JOUBERT, Georges: Esquí. Cómo aprender uno mismo a esquiar. Hispano Europea. Barcelona, 1971).

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Corroborando el pie de foto anterior, aquí está de nuevo P. Russell, aunque ahora en bañador. Lo de los bañadores ya lo comentaré en un artículo futuro, pero puedo explicar por ahora que en las concentraciones de verano en el glaciar, durante el día, cuando no estaban esquiando (incluso a veces esquiando), si hacía bueno, algunos chicos y chicas estaban en bañador en el exterior del refugio. El fotomontaje pertenece al libro publicado en 1971. Pronto veremos como, tres o cuatro años después, Joubert tuvo sus más y sus menos con Russell, ignoro si su amistad se rompió para siempre, pero es muy probable que así fuera. (Imagen extraída del libro JOUBERT, Georges: Esquí. Cómo aprender uno mismo a esquiar. Hispano Europea. Barcelona, 1971).

 

La complicidad establecida con Vuarnet llevó a ambos a publicar su primer libro en 1956: Ski Technique Moderne (que incluía un prólogo de Émille Allais). Los tres mosqueteros reunidos. De hecho, tal complicidad parece evidente si tenemos en cuenta que Vuarnet aseguraba que algunos de los detalles del contenido del libro los fueron puliendo ambos (Joubert y Vuarnet) mientras viajaban en moto por los Alpes un verano. Aquel manual aportaba un planteamiento diferente de la enseñanza del esquí, incorporando muchas fotografías de grandes esquiadores de diferentes países, exhibiendo lo que los autores calificarían como la técnica moderna. El método era, ante todo, una aproximación científica al esquí, basada, en cierto modo, en la formación académica previa en biomecánica que Joubert atesoraba. El manual generó una pequeña revolución en el conservador ámbito de la enseñanza del esquí, por lo que, desde su publicación, a Georges Joubert se le consideró el principal exponente de los modernos. Sus críticos, por lo general líderes del ámbito de la montaña (de toda la vida…), le consideraban excesivamente académico, estrategia defensiva interesada que he visto (y sufrido) en otros ámbitos deportivos populares como el ciclismo, el fútbol, el remo, etc. hasta hace pocos años: la resistencia de los castas (que viven de cierta fama como practicantes) a los avances de la ciencia y la tecnología aplicados a sus deportes.

Tras los pobres resultados del equipo francés en los Juegos Olímpicos de Sapporo en 1972, Jean Vuarnet fue elegido vicepresidente de la Federación Francesa de Esquí y presidente de la comisión nacional de deportes, y Georges Joubert fue nombrado director de los equipos nacionales de esquí alpino, cargo que ocupó desde 1972 a 1974. Aquel último año dimitió de su puesto tras el espinoso affaire Val d’Isère. Ocurrió que, en vista de los malos resultados que el equipo nacional francés estaba obteniendo al principio de la temporada, Joubert, Vuarnet y varios dirigentes más decidieron hacer limpieza para rejuvenecer la plantilla, y expulsaron del mismo a seis corredores de muy alto nivel (Henri Duvillard, Patrick Russel, Roger Rossat-Mignod, las hermanas Ingrid et Britt Lafforgue y Jean-Noël Augert). ¿Las razones? una larga disputa nacida de diversas diferencias sobre los métodos de entrenamiento, las condiciones de la preparación, la llegada de la profesionalidad y del dinero... ¡Y un feo pulso que ese grupo de corredores planteó en el campeonato de Francia de 1973 en Foux d'Allos! negándose inicialmente a competir en el descenso, y haciéndolo después en plan de cachondeo, menospreciando a sus rivales y acabando entre los últimos al no disputarlo en serio. El típico lío entre deportistas y técnicos o dirigentes, cuando de por medio aparece el dinero, los intereses de terceros, la política, el divismo de deportistas, etc. Algo que sigue vigente ocasionalmente hoy en día en muchos deportes (en España estamos viviendo un ejemplo más que evidente en cierto deporte de equipo…). Como muestra de aquello, plasmo aquí un comentario dejado caer en la prensa francesa ¡50 años después!:

«Una brecha cada vez mayor entre los habitantes de las montañas y los habitantes de las ciudades... Así nos encontramos en medio del Critérium de la Première neige en Val d'Isère en aquel maldito 9 de diciembre de 1973». (ledauphine.com, traducción propia).

Aquellos ceses de deportistas se produjeron dos meses antes del Campeonato del Mundo de Saint Moritz (1974). A pesar de ello, el equipo francés obtuvo un buen balance (segunda en el medallero) con dos oros de Fabienne Serrat, una plata y un bronce, pero, todo ello en categoría femenina. El equipo masculino pinchó totalmente en hueso. Aquel asunto dividió al esquí alpino francés de competición durante años. Para colmo, por lo visto, la decisión de la expulsión de aquellos deportistas fue tomada por aquel grupo de cinco dirigentes, con el único voto en contra de Joubert, aunque fuera él el transmisor de la decisión colegiada (y que consideraba un gran error), por lo que asumió después su responsabilidad participativa en ella. Todo un hombre de honor aquel mosquetero (nada que ver con los políticos de la actualidad).

Joubert se marchó y retomó su trabajo de profesor y sus funciones en el club universitario hasta su jubilación. Continuó trabajando en biomecánica, le siguió apasionando el análisis muy detallado de la técnica, y diseccionaba todos los movimientos del esquí, racionalizándolos, separando lo efectivo y lo superfluo (la función antes que la forma). Igualmente, se mantuvo muy activo en la investigación de equipos y encerados, colaborando con fabricantes de esquís y de botas, aportando su experiencia en su desarrollo.

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Georges Joubert. (Imagen: gucski.free.fr).

 

Antes de los años sesenta, las metodologías de enseñanza del esquí estaban imbuidas de un marcado nacionalismo, principalmente abanderado por Austria, Suiza y Francia. En su primer libro, Joubert y Vuarnet consideraban que las supuestas diferencias técnicas entre las escuelas eran artificiales, y argumentaron en su contra. Demostraban, especialmente mediante fotografías, que los mejores corredores alpinos de diferentes países utilizaban los mismos recursos técnicos esenciales, resultando difícil o imposible distinguir de qué país eran. Todos ellos sin contorsiones o gestos afectados, mostrándose simplemente atléticos, naturales y efectivos. Precisamente por ello, ante todo tipo de retos al esquiar, la seguridad y el control demostrados por esos competidores deberían constituir las raíces de las mejores técnicas para todos los demás esquiadores. Al menos, esta es la interpretación dada por Ron LeMaster en International Skiing History Association respecto a los manuales de los autores. Y esa técnica común es la que Joubert bautizó como técnica moderna, cuyas claves habrían de ser:

  • Énfasis de la función sobre la forma.
  • Basada en una aproximación científica al deporte.
  • Cada manual solía incorporar dos partes: una más directa y asequible, buscando un tono comunicativo de monitor a esquiador; y otra de carácter más científico, dirigida a los técnicos (monitores y/o entrenadores).
  • Apoyando sus obras con dibujos y, especialmente, fotomontajes secuenciados con las ejecuciones reales de sus modelos (la mayoría de ellos competidores). Siempre evitando en los títulos de sus libros cualquier guiño o referencia de nacionalidad.

Muchos de los detalles técnicos propuestos en la obra de Joubert siguen estando vigentes hoy en día en diferentes acciones esquiadoras: la posición jet en algunos momentos al esquiar en nieve profunda; el aligeramiento en los giros de esquí extremo o de mucha pendiente; la absorción mediante flexión-extensión o extensión-flexión al esquiar los baches;  el mantenimiento de una posición erguida independiente del tronco al ejecutar un wedel; y la adopción de la posición de huevo en un descenso o cualquier schus turístico. Aunque no todo ello era original suyo, supo integrarlo, demostrarlo y darlo a conocer de modo avanzado.

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Grupo de monitores del GUC en 1968: de arriba hacia abajo, Alix Berthet, Georges Joubert, Denis Fumex, Désiré Rossi. (Imagen: GUC y Marie-Jo Chaveca en gucski.free.fr).

 

Sus libros son los siguientes: (con Jean Vuarnet los cinco primeros) Ski technique moderne (1956), Éditons Bressanes; Ski ABC, technique moderne (1957), Éditions Bressanes; Ski moderne (1960), Éditions Arthaud; Savoir skier (1963), Éditions Arthaud; Comment se perfectionner à ski (1966), Éditions Arthaud; (en solitario los tres posteriores) Pour apprendre soi-même à skier (1970), Éditions Arthaud [JOUBERT, Georges: Esquí. Cómo aprender uno mismo a esquiar. Hispano Europea. Barcelona, 1971]; Le Ski: un art, une technique (1978), Éditions Arthaud; Guide pratique pour mieux skier: s'analyser, se corriger, apprendre soi-même, faire skier ses enfants, le monoski, l'équipement (1985), Éditions Arthaud.

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Portada de la versión española de su sexto manual. (Imagen: JOUBERT, Georges: "Esquí. Cómo aprender uno mismo a esquiar". Hispano Europea. Barcelona, 1971).

 

Además de todo lo anterior, Georges Jouvert fue director técnico de la revista SKI FLASH (1964 a 1972) y luego de SKI FLASH MAGAZINE (1972 a 1984), publicó más de un centenar de artículos técnicos en revistas francesas y extranjeras (Ski Français, Ski, Ski Magazine, Skieur, L'entrenaîneur de ski alpin), y elaboró un protocolo de test de esquís para la revista francesa Ski Français.

Este documental (en francés y con calidad muy casera y obsoleta) resume las legendarias concentraciones veraniegas previas a las del glaciar de la Sarenne. Se celebraban en el refugio Adele Planchard, a 3170m, desde 1953 hasta 1963.

 

Jean Vuarnet, “el guaperas”.

Ya hemos visto que Joubert era el presidente del Club de la Universidad de Grenoble cuando Jean Vuarnet se enroló en sus programas iniciados los años cincuenta. Vuarnet tenía entonces 18 años y había esquiado muy poco previamente. Pese a ello, tras cuatro años entrenando bajo la batuta de Joubert, se coronó campeón nacional de Francia en slalom, gigante y descenso, y, posteriormente, en los JJOO de 1960, ganó la medalla de oro de descenso en Squaw Valley. Aunque a él se le suele adjudicar el mérito de haber inventado la posición de huevo, ya hemos visto que fue fruto de la colaboración con su entrenador. La meteórica progresión afirmada en este párrafo (que procede de fuentes ajenas) no parece del todo ajustada a la realidad, aunque, si consultamos los datos aportados por la wikipedia francesa, no le anda demasiado lejos (entre uno y tres años de diferencia).

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Jean Vuarnet. (Imagen: eu.vuarnet.com).

 

Su referencia domiciliaria fue Morzine, donde su padre ejercía como médico. Se trasladó a estudiar derecho a Grenoble, y, en 1951, empezó su carrera deportiva, que despuntó totalmente en 1956, año en que, entre otras cosas, batió el récord de descenso que Toni Sailer tenía hasta entonces en Megève. Ya ubicado entre la élite mundial, se tomó la libertad de criticar los métodos utilizados por la Federación Francesa para la selección de los miembros del equipo nacional. Según él, se priorizaba a los deportistas de zonas de montaña, con respecto a los de ciudad (supongo que Grenoble era considerada como lo segundo). El eco generado por la prensa acabó propiciando la dimisión del entrenador James Couttet (ya vimos antes que todo aquel lío posterior de Val d’Isère venía de atrás). Tiempo después, en abril, Vuarnet fue suspendido durante tres meses por la Federación Francesa de Esquí, junto con otros tres esquiadores, por haber participado sin autorización en las pruebas de la Copa Tre funivie en Cervinia, en el lado italiano del Matterhorn (¿venganza, disciplina coherente… quién sabe?).

Una vez situado entre la élite mundial del esquí alpino, obtuvo resultados muy variados, no se consagró como una estrella indiscutible, aunque se mantuvo entre los mejores en un amplio abanico de pruebas. Su gran triunfo llegó, como hemos señalado, en el descenso de los JJOO de 1960 con la medalla de oro, que además fue doble, porque el título en juego llevaba incorporado, en aquella edición, el de Campeonato del Mundo. Vuarnet llegaba a la prueba situado en el noveno puesto del ranking de la FIS. Entre los favoritos, pero ante un plantel difícil y bastante abierto. En su triunfo se dieron algunas novedades como ya hemos ido comentando: el estreno de la posición de huevo pensada por Joubert, la utilización de los esquís con componentes metálicos Rossignol Allais 60 y el empleo de un par de gafas ofrecidas por Roger Pouilloux. En realidad, lo de las gafas me plantea serias dudas. En todas las fotos del descenso vemos a Vuarnet con máscara. Parece que realmente, en 1959, Pouilloux le regaló unas de sol que Vuarnet solía utilizar para esquiar e incluso entrenar, según en qué momentos. Y que Vuarnet le agradeció afirmando que le habían ayudado a conquistar ese oro (directa o indirectamente).

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Vuarnet "a huevo" en el descenso de los JJOO. (Imagen: lequipe.fr).

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Concentrado para el descenso. Máscara y un "casco" similar al del "malo" de la película (Telly Savalas) en "Al servicio de su majestad", la entrega de 007 de 1969. (Imagen: eu.vuarnet.com).

 

Tras su triunfo, Jean Vuarnet aceptó la utilización de su apellido para la denominación de la empresa de gafas de sol fundada por los ópticos Roger Pouilloux y Joseph Hatchiguian, que para entonces ya habían inventado el cristal Skilynx (en 1957). La nueva marca adquirió rápidamente fama internacional. La firma cumplió sus 60 años en 2017, pues la empresa había sido fundada en 1957 en París. El Skilynx había supuesto una verdadera revolución, ofreciendo protección y una perfecta visión de relieves en la nieve. En la década de los años 60, Vuarnet (la marca de gafas) se convirtió en un icono popular, siendo muchas las celebridades francesas e internacionales que adoptaron su uso público:  caso de Mick Jagger, Romy Schneider, Alain Delon, Tom Selleck, Miles Davis, etc.

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Mítico poster publicitario del nacimiento de la marca. (Imagen: eu.vuarnet.com).

 

Su evolución comercial fue meteórica hasta la década de los años 80 (incluida). La década siguiente las cosas ya no fueron tan bien, debido en parte a sucesivos cambios en la dirección y propiedad de la empresa, algo de lo que su principal competidor, Ray Ban, acertó a sacar provecho. En todo caso, tras una reciente compra e inyección de inversiones (2013), Vuarnet ha recuperado posición y cuota de mercado, manteniéndose como una firma de referencia, y habiendo ampliado su oferta a ropa, relojes, etc. Actualmente, todavía fabrican sus cristales minerales en Francia.

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Publicidad de máscara Vuarnet 1987. (Imagen en SKI Magazine).

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Publicidad de máscara Vuarnet 1988. (Imagen en SKI Française).

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Publicidad de gafas Vuarnet 1987. (Imagen en la edición francesa de Vertical).

 

Hay varios de sus modelos que se han hecho famosos, de entre ellos, prestaremos atención a tres. El 002 por ser el que regalaron a Jean Vuarnet poco antes de aquellos JJOO de 1960 (no para las mangas de competición de velocidad). Han sido un clásico muy imitado como gafas de sol para la nieve. De hecho, muchos hemos utilizado réplicas u originales en épocas en las que no se usaba casco, y a las máscaras únicamente se recurría en jornadas de mal tiempo.

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Jean Vuarnet posa con unos esquís Rossignol Allais 60 (modelo con el que ganó su oro en los JJOO) y las míticas gafas Vuarnet 002. (Imagen: eu.vuarnet.com).

 

El modelo 006 es el que utilizaba Alain Delon. En su vida real, postureando entre la jet set y frecuentando ambientes de celebridades, y en alguna de sus películas, como, por ejemplo, La piscine (1969, con Romy Schneider), o La chica de la motocicleta (1968, "en cueros bajo el cuero"), haciendo pareja con la mítica cantante Marianne Faithfull.

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Marianne Faithfull y Alain Delon, sobre la moto de él en la película "La motocicleta" o "La chica en la motocicleta". En el filme él conduce una Norton biciclíndrica, ella una Harley-Davidson Electra Glide. En la película, por cierto, aparecen algunas imágenes de esquí. Si alguien desea saber un poco más, la comento al final de un largo artículo sobre motos y cine (enlace). (Imagen: chetvergvecher.livejournal.com).

 

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Alain Delon con las Vuarnet 006 en un fotograma de la película "La piscina". (Imagen: jotdown.es).

 

Finalmente, tenemos las 006 glacier que llevaba puestas James Bond en la película Spectre (2015).

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Daniel Graig, como James Bond (en la nieve pero sin esquiar) en la película "Spectre". (Imagen: Eye-shop.eu).

 

Hacia 1966, Jean Vuarnet, todavía muy joven, fue uno de los emprendedores que pusieron en marcha el proyecto de estación de Avoriaz. Todo un ejemplo de innovación en lo que a los conceptos de replanteamiento y diseño de resorts de esquí se refería. Sobre los jóvenes y atrevidos arquitectos que proyectaron su urbanismo hay un completísimo reportaje en el blog Arquitectura y montaña de Nevasport. Vuarnet, además de poner su nombre, sus ideas y su quehacer, fue uno de los artífices de que el dominio esquiable de la estación se extendiera por territorio francés y suizo, creando las Portes du Soleil. Avoriaz conserva una pista con el nombre Vuarnet. Actualmente está catalogada como roja, aunque mi memoria me traicionaba pensando en ella como negra. Si no me juega alguna otra mala pasada de imprecisión, la recuerdo como una pista muy interesante por cierta singularidad. Desciende apuntando con la vista al complejo urbano de Avoriaz desde bastante alto. Lo hace con buena pendiente sostenida, sin apenas tramos planos. Pero lo más interesante (según mis recuerdos) es que es de esos trayectos (poco frecuentes en las estaciones) en los que durante bastante rato te encuentras descendiendo entre dos aguas, es decir, ni en una ladera extendida, ni en un descenso en forma de vaguada, ni con ladera a un lado, sino con sendos terraplenes o flancos en caída a ambos lados. Ello siempre aporta una sensación visual y de dinámica paisajística interesante, al menos para mí.

En este video, que no es largo, se aprecia bastante bien lo que trato de explicar sobre la morfología de la pista. Especialmente si se atiende más al contexto del terreno que a los esquiadores.

 

Entre 1968 y 1972 Jean Vuarnet ejerció como director técnico del equipo italiano de esquí (buena época aquella para los italianos). Después, como vicepresidente de la Federación Francesa de esquí, viéndose también implicado en aquel conflictivo (y ya comentado) affaire de Val d’Isère.

Vuarnet se casó con Édith Bonlieu, una rubita bastante mona que fue tres veces campeona de Francia de descenso y que llegó a competir en los JJOO de 1956. Al inicio de un cortometraje de 1965, titulado Slalom y firmado por el propio J. Vuarnet, se ve a la pareja rodando con un Peugeot descapotable de cuyo asiento trasero sobresalen dos pares de esquís. Llegan a Courchevel, y el mismísimo Émile Allais sale de un chalet a darles la bienvenida. Los dos hombres se saludan con evidentes y naturales muestras de sincera amistad. A ella, sin embargo, al saludar a Allais, se la nota con una actitud artificial, cortadísima y nada cómoda. Mucho tiempo después, en 1990, Édith se incorporó a la secta de la Orden del Templo Solar, una comunidad religiosa nacida a partir de ciertas raíces ecologistas. Además, vinculó a uno de sus cuatro hijos a dicho movimiento, y empezó a modificar cada vez más su conducta. Aquella secta se hizo tristemente famosa a raíz de un suicidio masivo de muchos de sus miembros. Madre e hijo tomaron parte (y fallecieron) en un segundo acto de suicidio colectivo (aunque hubo sospechas de que de voluntario tuvo muy poco) en 1995. Un auténtico drama, incluso mucho más terrible (y en el caso de Vuarnet no por su culpa) que el de la historia de Athos, su mujer Milady de Winter y Mourdaunt, hijo de ambos.

 

¿Y qué pasa con D’Artagnan?

Pues nada, aquí, en este artículo, no pasa nada porque va sobre tres mosqueteros, no cuatro. De todas formas, si alguien deseara adjudicar el papel de D’Artagnan a algún esquiador francés, y que, además, de algún modo estuviera algo relacionado con los anteriores, aunque siendo más joven y resultando más diestro, famoso, audaz y envalentonado, la respuesta parece evidente, debería optar por Jean Claude Killy. Pero sobre él ya he escrito en varias ocasiones anteriores, y seguro que volverá a aparecer en el futuro, pues es algo que parece inevitable.

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Esta foto de despedida es un capricho personal. Ya vimos que Vuarnet y Allais eran "moteros". En esta instantanea (y en unas cuantas más que fueron tomadas en aquel momento), JC Killy y su "paquete" están vestidos de esquí porque, casi con total seguridad, están concentrados con el equipo nacional francés. Así que dudo que Killy estuviera allí con moto propia. Ignoro de quién pudiera ser, tal vez (es una mera conjetura) del propio Allais. Desconozco qué motos utilizaron él y Vuarnet en su viaje. Lo que sí sé es que la chica que va detrás es Annie Famose otra de las "niñas bonitas" de Allais, y a la que acompañó a multitud de carreras y entrenamientos. Fuera o no suya, se trata de una Honda Superhawk CB 77, bicilíndrica, de 305 cc, que se fabricó entre 1961 y 1967. El modelo que utilizaba Robert M. Pirsig, autor del libro "El Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta". (Imagen: lepoint.fr).

Sin título



 

 

 

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6 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    06/02/2025 10:53
    #1
    Realmente la foto, del esquiador con las Vuarnet creo historia en su momento, así como las gafas.

    Las mejores.

    karma del mensaje: 22 - Votos positivos: 2 - Votos negativos: 0

    • Gracias!
  • #2
    Fecha comentario:
    06/02/2025 14:13
    #2
    Me encanta la historia y me trae recuerdos, unos de hace mucho tiempo ya que aprendí mucho de los manuales de Joubert y Vuarnet, y otros de hace unos días porque acabo de estar por Megeve y Avoriaz.

    De Emile Allais recuerdo los Allais Major, el Telesilla Emile Allais de Sierra Nevada, y haber leído sobre su contribución a la creación de la actual ESF.

    Muchas gracias,

    karma del mensaje: 13 - Votos positivos: 1 - Votos negativos: 0

    • Gracias!
  • #3
    Fecha comentario:
    06/02/2025 16:02
    #3
    #1 Aquellas gafas marcaron una época, se erigieron como tendencia global antes de la globalización y la aparición del actual oficio influencer (entonces no se llamaba así y quienes lo ejercían actuaban de otro modo infinitamente menos invasivo).
    Y sí, eran unas gafas excelentes.

    karma del mensaje: 0 - Votos positivos: 0 - Votos negativos: 0

    • Gracias!
  • #4
    Fecha comentario:
    06/02/2025 16:06
    #4
    #2 Gracias a ti por la lectura. Si aprendiste con ellos es que también eres un veterano (como yo), y estoy seguro de que tienes recursos (esquiando) para todo. Me alegro de tus recientes visitas: en Avoriaz estuve un par de veces, hace décadas, y me encantó, espero volver; a Megeve no he ido nunca, pero la tengo bien posicionada en mi lista...

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    • Gracias!
  • #5
    Fecha comentario:
    06/02/2025 18:05
    #5
    Una delicia leer estos artículos, delmer, evocadores e instructivos ¡Gracias!

    karma del mensaje: 13 - Votos positivos: 1 - Votos negativos: 0

    • Gracias!
  • #6
    Fecha comentario:
    19/02/2025 13:57
    #6
    Muy interesante! GRACIAS!!!

    karma del mensaje: 13 - Votos positivos: 1 - Votos negativos: 0

    • Gracias!

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