Tacto ligero y ágil que recuerdo de muchos Volkl. Me gustó más en la posición soft del switch que en la hard. Probé tanto el modelo con switch como el normal. Éste último con un agarre de cantos mediocre me recordó a mi Volkl 5* y me hizo abandonar la idea de cambiarlo por este y seguir buscando.

Pepino en toda regla. Duro, pesado, estable y con un agarre de cantos que no te lo acabas. Diseñado para conducir. Imposible ir lento con este esquí. Hay que tener unos cuádriceps muy bien puestos para manejarlo pero si te haces a ellos eres el rey de la estación fijo. Lo probé unas temporadas más tarde y seguía siendo el mismo bicho. Demasiado para mis piernas.

Después de probar el Rictor pensé que el Aftershock podría ser mi próximo esquí polivalente por ser algo más ancho. Pero no lo noté tan vivo como el Rictor y al sacarlo de pista (un tramo muy breve) lo noté descompensado (espátula blanda vs. cola dura) y me dejó un poco indiferente. Otra vez será.

Muy ligero y agradecido. En una bajada estaba pegando unos giros encadenados que no me creía. Lo único que no me hace mucho "tilín" es el tema del rocker. Eso de ir esquiando viendo cimbrear las espátulas no me acaba de dar el pego. Habrá que acostumbrarse.

El esquí que ha arrinconado a mi Fischer RC4 WC SC. Tacto dulce y ligero, muy Völkl pero con muy buen agarre de cantos y fantástico equilibrio pista-fuera pista. Si en pista tuviera la estabilidad del Fischer (que no la tiene) ya sería la bomba.

Lo probé. Me dejó totalmente frío. Un esquí que se notaba muy pesado y torpe. Vamos, como para no repetir con esta marca.

Un pepino en toda regla. Lo he llevado por todas partes, fuera pista incluido. Pero no es lo suyo. Se nota muy estable y si no se esquía agresivo o eres peso pluma queda grande.

En pocas temporadas perdieron todo el agarre y el nervio.