Nuestro viaje a Líbano... y Siria

Nuestro viaje a Líbano... y Siria

No pretendemos que nuestro plan sea modelo para nadie puesto que quizás algunas cosas las cambiaríamos, pero alguna otra bien pudiera ser tomada en cuenta. Teníamos dos semanas de vacaciones y teníamos claro que sería una pena ir a esquiar y no poder aprovechar para visitar algunos de los lugares que os vamos a relatar. Por tanto, decidimos dedicar aproximadamente una semana a esquiar y otra para visitar determinados lugares que teníamos ganas de conocer. Como resultado, cuando se quieren ver muchas cosas y hacer otras tantas actividades, las visitas son breves y el tiempo se aprovecha al maximo. En muchas ocasiones con pocas horas de sueño.

No pretendemos que nuestro plan sea modelo para nadie puesto que quizás algunas cosas las cambiaríamos, pero alguna otra bien pudiera ser tomada en cuenta. Teníamos dos semanas de vacaciones y teníamos claro que sería una pena ir a esquiar y no poder aprovechar para visitar algunos de los lugares que os vamos a relatar. Por tanto, decidimos dedicar aproximadamente una semana a esquiar y otra para visitar determinados lugares que teníamos ganas de conocer. Como resultado, cuando se quieren ver muchas cosas y hacer otras tantas actividades, las visitas son breves y el tiempo se aprovecha al maximo. En muchas ocasiones con pocas horas de sueño.

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A pesar de que a priori lo mas lógico sería volar al Aeropuerto de Beirut (el único internacional de Líbano), dado que teníamos interés en conocer algo de Siria optamos por buscar vuelo a Damasco, ya que la proximidad entre ambas ciudades (apenas 3/4 horas incluso contando con los tramites en la frontera) no lo hacia desaconsejable. Nuestra sorpresa fue cuando vimos que el vuelo a Damasco se puede encontrar por casi la mitad del precio que a Beirut. Un vuelo normal a Beirut suele costar por encima de los 650 € mientras que para Damasco los puedes encontrar desde 360 €. Como teníamos interés en ver Damasco, Palmira y el Crac de los Caballeros y el precio era bastante mejor, comenzamos a preparar todo para volar a Damasco, pasar 3 o 4 días en Siria para hacernos una brevísima idea del país. Además, como en el momento de la compra del billete la situación en Líbano no estaba muy clara debido a los ultimos "incidentes" en Gaza y algunos ataques a Israel desde la zona chií del sur de Líbano, en caso que la situación se complicara siempre podriamos optar por visitar Siria, algo más seguro.

Los dos nos quedamos con ganas de volver por todo lo que hay que ver y por la simpatía y hospitalidad de los sirios. ¿Eje del mal? Bendito eje del mal en el que cohabitan en armonía diferentes confesiones cristianas, musulmanas y algún judío debido a la cercanía de Israel. Las principales hostilidades han sido tradicionalmente entre sunníes y una suerte de chiíes, los alawitas a los que pertenecen la familia Al Assad que rige el país desde hace cuarenta años. Los Alawitas o Nusairíes siguen una confesión un tanto secreta. Algunas veces son clasificados como una rama del chiísmo pero, en realidad, son una religión independiente. No siguen los cinco pilares del Islam, y no tienen mezquitas sino que se reúnen en casas privadas para sus ceremonias religiosas.

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En Damasco merece la pena pasar al menos tres días. La Ciudadela ya da para eso y nos quedarían por ver los barrios mas modernos y/o occidentales y algún lugar interesante de los alrededores. Como nosotros teníamos escasamente un par de días, casi no salimos de la Ciudadela para empaparnos mas del sabor tradicional. ¡Para barrios occidentales ya tenemos los nuestros! Sin embargo una noche salimos a dar una vuelta por los barrios mas modernos y al Monte Casium desde donde nos podemos hacer una idea del tamaño de esta enorme urbe de mas de 3 millones de habitantes.

Damasco la nuit

Dentro de la Ciudadela es obvio que la Mezquita Omeya (Con la tumba de San Juan Bautista) debería ser una de nuestras visitas obligadas, así como el zoco Al Hamidiyah y el palacio Azem y el Mausoleo de Saladino. En nuestro caso optamos por buscar un hotel que no fuera el típico estilo internacional y optamos por el Old Damascus (recientemente ha cambiado de nombre y se llama Al Zaetona, Aceituna en arabe). Quizas un pelín caro para la relación calidad / precio a la que estamos acostumbrados en España pero comodo y dentro de la Ciudadela. Su gerente, nuestro amigo Majd te ayudara a descubrir Damasco y a entender un poco mas este pais.

El mismo Majd fue el que nos acerco un día a las 6 de la mañana para tomar el autobús que conduce a Palmira. De hecho hasta nos invito al billete, que creo que no costaba mas de 4 € por barba. Queríamos llegar a primerísima hora para poder visitarla sin mucha gente y tras unas 4 horas de viaje llegamos a esta pequeña ciudad con el tiempo de sobra de dejar las cosas en el hotel Al Nakheel (Sencillo pero decente y su gerente Mohamed nos ayudara con las visitas que queramos) y conocer todas las ofertas de los taxistas de la ciudad para visitar las el Templo de Bel, ruinas de la ciudad, el Valle de las Tumbas y la fortaleza de Qala'at ibn Maan. A primera hora habíamos escogido a nuestro taxista Abdul quien nos llevo a todos estos lugares, especialmente a la fortaleza para ver la puesta de sol que nos da una imagen preciosa de las ruinas.

El mismo Abdul nos acercó el día siguiente por 50 € hasta el Crac des Chevaliers o Crack de los Caballeros, una impresionante fortaleza que construyeron los cruzados aunque fue tomada posteriormente por los musulmanes. La idea que teníamos era dormir ese mismo día alli, en el Hotel Beybers pero terminamos de ver el Crack a las 2 de la tarde y dado que estaba lloviendo optamos por tratar de alcanzar la frontera con Líbano y dormir en Trípoli.

Así, por 8 € nos llevaron a la frontera, digna de un episodio de Mac Gyver o el Equipo A de aventuras por estas latitudes. Gente que te coge las maletas y te las lleva a nosedonde para tratar de cobrar 1 € por ayudarte (aunque acojonara), sellos y mas sellos, oficiales del ejercito acostumbrados a que les traten de Ud. y un tanto reacios a ayudarte si no hay un billetito en el pasaporte. Ya que la distancia entre ambas fronteras, siria y libanesa es de un par de kms, los taxistas también te ofrecen el servicio gratis con tal de que te lleven posteriormente a Trípoli o cualquier otro destino por unos 15 €. En la frontera libanesa todo cambia, al menos a nosotros y todo parece mas organizado e incluso los militares, mas profesionales (al menos así lo indicaban sus trajes) quizás a fuerza de costumbre por su mayor actividad tristemente en las mas recientes conflictos libaneses, te reciben con una sonrisa y tratan de ayudarte algo mas. Al menos es la impresión que recibimos.

La entrada en Líbano y la carretera hasta Trípoli no nos hizo pensar que fuera esa Suiza Mediterránea de la que tanto hemos escuchado. Una conducción casi suicida (que hace que milagrosamente quepan dos coches en ancho de una carretera donde hubiera jurado que solo cabe uno), multitud de coches destrozados a ambos lados de la carretera, edificios agujereados por obuses y mucha suciedad y escombros no nos hacia pensar en eso. Cuando llegamos a Trípoli, la ciudad estaba tan oscura que no invitaba a pasear. Dejamos las cosas en el hotel Al Koura y optamos por bajar a cenar algo y tratar de ver el correo en algún cyber cercano. Una vez en el Cyber descubrimos que la electricidad en Líbano no siempre esta garantizada y a menudo tenemos que comprobar que un ordenador también funciona con un grupo electrógeno. Consecuencias de las últimas guerras. Aunque nos habían recomendado no ir a Trípoli, finalmente tampoco es como nos presentaban.

Es cierto que los últimos atentados han sido allí y el año pasado unos sunníes radicales de Fatah al Islam volaron un autobús con 11 militares y un mes después hubo otros cuatro asesinados en atentado, como nos contaba al día siguiente nuestro casual guía Alí Khawaya. Más de 400 muertos en diferentes combates entre el ejercito y estas milicias sunníes se habían dado este mismo año en un periodo de tres meses, pero ahora finalmente parecía pacificado.

Es cierto que se observaba paz, pero también es verdad que en la calle se ven miles de uniformes, a menudo militares pero otros de las milicias (aunque desarmados). Una vez quisimos ir al día siguiente a la estación de Cedros (Cedars) tuvimos que franquear diferentes controles militares en los que no ahorraban en medios para intimidar, tanquetas, alambradas, cañones y ametralladoras. No en vano, El valle de la Qadisha, donde se encuentran Bcharré (donde dormimos en el Hotel Tiger) y la estación son zonas 101 % cristianas, como nos dirían en un taxi....

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5 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    20/10/2009 10:05
    #1
    Yo creo q seria incapaz de hacer un viaje asi.... me moriria de miedo...

    Esperando el siguiente ;)

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    • Gracias!
  • #2
    Fecha comentario:
    20/10/2009 17:48
    #2
    Seguiendo los relatos y esperando la continuación :)

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    • Gracias!
  • #3
    Fecha comentario:
    20/10/2009 20:08
    #3
    Joder sonic pedazo fotos...pedazo fotos!!! :+:

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    • Gracias!
  • #4
    Fecha comentario:
    21/10/2009 12:22
    #4
    Fantástico !!!

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  • #5
    Fecha comentario:
    25/10/2009 13:52
    #5
    Siempre me gusta leer algo tuyo :)

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    • Gracias!

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