Cuando planeas un viaje de esquí, la emoción de trasladarte a un destino nuevo, deslizar por sus pistas o fuera pistas y disfrutar de paisajes nevados y montañas espectaculares puede hacer que pases por alto una pregunta crucial que me hago cada vez que salgo por ahí: ¿Qué pasaría si te lesionas durante el viaje? Este interrogante es vital, ya que la respuesta puede variar drásticamente según el destino que elijas.
Servicios médicos en un viaje de esquí: una cuestión de vida o muerte
En algunos destinos de esquí, los servicios médicos pueden ser muy limitados. Imagina que sufres una lesión grave en una estación o destino donde el hospital más cercano está a varias horas de distancia o carece de los equipos o el personal necesarios para tratarte adecuadamente. En estos casos, la falta de atención médica inmediata puede agravar tu lesión y complicar tu recuperación. Y eso, en el mejor de los casos.
Barreras idiomáticas: un obstáculo inesperado
Otro factor a considerar es el idioma. Si viajas a un país donde no hablas el idioma local o donde muy poca gente habla los idiomas que conoces, comunicarte con el personal médico puede ser un desafío a sumar a tu estado. La barrera idiomática puede dificultar la explicación de tus síntomas o a entender las indicaciones del tratamiento que te van a realizar, lo que puede llevar a malentendidos y errores en tu atención médica.
Costos médicos
Puede ser que los servicios médicos sean de primera, pero no todo acaba ahí. En destinos como Estados Unidos, la calidad de los servicios médicos es alta, pero los costes pueden ser astronómicos. Sin un seguro de viaje adecuado (y no solo de esquí), una emergencia médica puede acarrear facturas que te arruinen literalmente. Una simple consulta médica, que puede costar entre $100 y $250, aún será soportable, pero si entramos en casos peores, como una cirugía de emergencia, la factura puede ascender a muchos miles de dólares. Por eso, es esencial contar con un seguro de viaje que cubra actividades deportivas y emergencias médicas. Y cuidado, porque aunque tengas un buen seguro, puede ser que llegues al límite fácilmente. Últimamente nos hemos encontrado en los medios con varios casos de turistas con facturas médicas desproporcionadas.
Casi nunca pasa nada, y es posible que consideres esta pregunta exagerada. Pero, igual por ignorancia, cuando he estado en un destino un poco raro, siempre he levantado el pie del acelerador. Y falta darse un paseo por cualquier centro médico de cualquier estación para saber que hay muchos accidentes en nuestro deporte. Y sí, casi ninguno es grave, pero siempre hay a quién le toca, por lo que no cuesta nada dedicar un tiempo a investigar sobre los servicios médicos disponibles, las barreras idiomáticas y los costos potenciales. Así, cualquier lamento posterior siempre será menor.