Hacía tiempo que, en algún grupo de Whatsapp le vamos dando vueltas al tema de los coches eléctricos. Y hay que decir de entrada que, salvo algún incondional, el resto somos bastante escépticos. Precisamente unos días atrás había tenido la oportunidad de probar el nuevo Model 3 Performance dando unas vueltas por la Cerdanya. Una locura de coche, con unas prestaciones de auténtico infarto. Y me entraron ganas reales de hacer una prueba.
Pues bien, me ha pasado por delante la oportunidad de hacer una prueba real y aquí os la traigo. Hemos decidido poner a prueba la viabilidad de utilizar un vehículo eléctrico para una escapada de esquí. Para ello, hemos elegido un Tesla Model 3 Dual Motor de alta autonomía del 2023 y hemos realizado un viaje de ida y vuelta desde Barcelona hasta la estación de esquí de Masella en un día de noviembre.
Y para poner un poco en antecedentes a los lectores, me apasiona conducir y en un coche valoro tanto en confort para viajar como las prestaciones. A pesar de que por prestaciones puedan ser parecidos, hago esta prueba teniendo en cuenta que mi vehículo habitual sería la antítesis de lo que puede representar un Tesla Model 3.
Preparativos y salida
Comenzamos nuestro viaje con la batería completamente cargada, lo que nos daba una autonomía teórica de 545 km. La distancia entre Barcelona y Masella es de aproximadamente 140 km, por lo que el trayecto total de ida y vuelta sumaba un poco más de 280 km. Sobre el papel, parecía que podríamos realizar el viaje sin problemas.
Así lucía la pantalla al poco de salir
En ruta hacia Masella
Para ir hasta Masella con el Tesla 3, optamos por la vía más rápida, los Túneles de Vallvidrera, la autopista Terrassa-Manresa y el Túnel del Cadí.
Desde el inicio, decidimos no escatimar en el uso de las prestaciones del coche. Condujimos a un ritmo alegre, adelantando cuando era necesario y sin preocuparnos por la autonomía. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que la autonomía disminuía más rápido de lo esperado. Cada kilómetro recorrido reducía la autonomía en aproximadamente 2 km.
En los Túneles de Vallvidrera ya se empezaba a detectar que la autonomía bajaba mucho más deprisa que los kms recorridos
Al llegar a Masella, la autonomía había bajado a 227 km, lo que significaba que habíamos consumido el equivalente a 317 km de autonomía teórica. Esto nos confirmó nuestras sospechas de que las cifras de autonomía publicitadas son bastante optimistas.
Regreso a Barcelona
Para el regreso, teníamos claro que el consumo iba a ser mucho menor. Ya estábamos avisados de que volviendo no iba a gastar nada. Como se trataba de una prueba, mantuvimos el mismo ritmo de conducción. Al llegar a Barcelona, la autonomía restante era de solo 49 km. En total, habíamos recorrido 283 km, pero el consumo real había sido equivalente a casi 500 km de autonomía teórica.
A pesar de que parece que son muy pocos kms de autonomía, el coche lo clava en ese sentido y, una vez te pones a circular a velocidades bajas, no hay sorpresas.
Carga al llegar
El Tesla Model 3 de nuestra prueba duerme en garaje y dispone de un enchufe de carga que permite cargar con una intensidad de hasta 13A, que equivale a unos 2-3 kW. Es una carga más que suficiente para el día a día, pero no para poder hacer una prueba como la que hicimos dos días seguidos, pues para volver a cargar el coche completamente necesitamos bastantes más de 24h.
Para que nos hagamos una idea, cada hora de carga aumentamos la autonomía unos 10-15 km.
Comparativa con un vehículo de motor térmico
En comparación con un vehículo de motor térmico, la diferencia de consumo entre conducir a un ritmo rápido o moderado es mucho más significativa en un coche eléctrico. En un coche térmico, la pérdida de autonomía puede ser de alrededor del 30%, mientras que en nuestro Tesla Model 3 fue casi del 50%.
Factores adicionales
Es importante destacar que las temperaturas durante nuestro viaje eran relativamente altas para noviembre, lo que favoreció la autonomía. Además, no llevábamos portaesquís, que según algunos foros de propietarios de la marca puede reducir la autonomía en un 20%.
Aplicando estos factores, no habríamos podido llegar e vuelta a Barcelona sin reducir el ritmo o parar a repostar.
Conclusión
Aunque es viable realizar el trayecto Barcelona-Masella-Barcelona en un día con un Tesla Model 3, la experiencia nos ha dejado algunas dudas. La autonomía real se ve muy afectada por el estilo de conducción y las condiciones del viaje. Además, la necesidad de recargar durante la noche para recuperar la autonomía completa puede ser un inconveniente porque no siempre dará tiempo.
La mayor duda que me ofrece este coche es que cuando lo conduces te tienes que someter a una especie de paradoja. Por un lado tienes un coche con unas prestaciones muy buenas y que invita a conducir de una manera determinada, pero al mismo tiempo, si lo haces, tendrás incomodidades en forma de paradas, tiempos de carga y, en general, dependencia. Es por eso por lo que, salvo contadísimas excepciones, el conductor de Tesla suele ir bastante despacio. Son coches con prestaciones de Porsche que se conducen como Volvos.
Dicho esto, también es cierto que, por lo que cuestan, no hay ningún coche en el mercado que de las sensaciones de un Tesla Model 3. Y aquí entra también el tema de elegir entre papá o mamá. Porque a día de hoy, lo de la autonomía no es un tema resuelto para los que viajan más o menos a menudo. Y aquí es donde quizás estamos haciendo alguna cosa mal aquí en Europa. Aunque eso ya es harina de otro costal y sale del alcance de esta prueba.
En resumen, aunque es posible subir y bajar a esquiar a Masella desde Barcelona con un coche eléctrico, no es una opción que me convenza demasiado. Y sí, podría tener un coche de estos y seguro que lo disfrutaría, pero sin dejar de tener al lado el que uso ahora.
Agraceder a Kiku su generosidad por dejarnos su coche. Sin él, esta prueba no habría sido posible.