Estábamos avisados. Una ola de frío se cernía sobre nuestras cabezas y, además, con mucho viento el sábado. Pero estamos en abril, quedan los días que quedan y no podemos irlos desaprovechando, así que, como siempre, subimos a esquiar.
Las expectativas el sábado eran realmente bajas. Hacía viento y estaba por ver cuánto y por dónde podríamos esquiar en Masella. Eso sí, confiábamos en la zona desde Cap del Bosc hasta la base, donde los árboles siempre ejercen esa buena función de inhibidores del viento.
Y con estas condiciones, era día de reclutar a otro loco que no tenga una negativa para días de estos. ¿Quién sería? Pues Jordi de Ski The East, cómo no.

Sol, nieve, frío, calor,... Este tipo nunca falla.
Si en esta época, ya tenemos poca gente en pistas, en un día así, éramos aún menos. Estaba cerrada la parte de arriba y aún así, se esquiaba la mar de bien. La imagen de la estación era preciosa. Resultaba increíble que estuviéramos en el mes de abril.
Era un día de coger las manoplas más gordas que tuvieras por casa, la chaqueta que abriga más e ir haciendo. La verdad es que fue mejor de lo esperado. En la base estábamos a unos -4ºC y en la cota media, pues cercanos a -10ºC, pero con una sensación de bastantes menos.

La imagen de la estación es inmejorable, especialmente a medida que vas subiendo
Y aunque los árboles hicieron su función y se pudo esquiar en unas condiciones más que aceptables, si algún día apetece más que otros parar y ponerse frente al fuego, el sábado era uno de ellos.

Recuperándonos en Cap del Bosc
Y nada, nos quedó un día de esquí la mar de apañado. Porque como siempre pasa, es mucho mejor un día así que en el sofá de casa. Para el sofá siempre hay tiempo después. Y sobre todo, la sensación de que "mañana será un gran día".
La previsión para el domingo era de aún más frío pero con el viento ya calmado. Y así fue. En este caso, tenía una cita en La Molina con la Pepeta Planas de masters, que es el Campeonato de Catalunya.
Cuando llegué a la estación, el termómetro marcaba -8ºC y tenía que subir hasta Torrent Negre. El frío allí era tremendo, fácilmente, podíamos tener -15ºC. ¿Os lo imagináis, con el mono y tal? Te sacabas un guante y aguantabas pocos segundos, así que fotos, bien pocas. Eso sí, la nieve estaba de escándalo.

Imagen inusual en el mes de abril
Salió el sol y la temperatura mejoró poco a poco. Pudimos hacer las dos disciplinas en un día y me pude llevar un podio en el slalom, así que vuelta a casa con una sonrisa por la carrera y por la nieve que nos queda de cara a Semana Santa. Ah, y el CANM-C ganó la liga catalana de masters. Una jornada completa.

Lástima que, de vuelta, una nevada a la altura de Cercs nos recordara que vivimos en un país de playa, donde todavía muchos se atreven a meterse en la carretera sin los medios necesarios, a pesar de que, por activa y por pasiva habían avisado que podía nevar en cualquier parte. Resultado, un caos monumental.
Pero que nos quiten lo bailao. Estamos en abril, llega Semana Santa, tenemos unas condiciones de nieve muy buenas y, lo mejor, Masella acaba de anunciar que no cierra hasta el 1 de mayo. Tras dos años de Covid, la estación ceretana vuelve a las andadas. Una alegría para los que amamos este deporte. Nosotros, desde luego, no fallaremos a la cita. Porque cuando tu estación hace este gesto, hay que responder.