Este fin de semana teníamos carreras en La Molina. A las 8:30 estaba con el mono puesto y los SL en el hombro. De repente, nos dicen que se anula la carrera, que la nieve estaba demasiado blanda. No sé si se ha notado la cara de alegría que he puesto. He vuelto al coche, me he cambiado de ropa y esquís y para arriba a ver qué se podía hacer. Y es que en días así, se me ocurren muchas cosas para hacer con esquís antes que una carrera.
Había estado nevando desde la noche. Primero lluvia pero más tarde, ya nieve. Un espectáculo cómo estaba de nieve. Húmeda, eso sí, pero mucha nieve. Nos hemos ido moviendo entre La Molina y Masella y todo eran alegrías. Éramos cuatro, la medida justa para días como estos.

No paraba de nevar y a los cuatro que estábamos esquiando nos encanta hacerlo bajo unos buenos copos. Costaba sacar la mano para hacer alguna foto, así que nos hemos quedado con poca cosa, aunque en la mente nos queda uno de esos grandes días de esquí.

Son esos días en los que la visibilidad es mala pero la suficiente para ver por dónde vas.
Ha ido nevando hasta primera hora de la tarde. En total, unos 20 cm de nieve bien buenos.
Y lo mejor, una nieve que llega en el mejor momento para poder estirar la temporada en las mejores condiciones. Sin duda, nos esperan grandes fines de semana a partir de ahora. Y quién sabe, porque está previsto que nieve más a partir de la próxima semana.
Así ha quedado Masella tras la nevada de este fin de semana:



Un aspecto inmejorable para afrontar la primavera.