Es 15 de agosto y queremos ir a una de nuestras playas. Ya sabemos lo que nos espera. Mucha gente, precios elevados, etc. Pero no nos lo queremos perder, así que toca pasar por el aro y luego ya dependerá de si tenemos buen tiempo o no para que sea más o menos un éxito. Pues en temporada de invierno tenemos algunas fechas muy señaladas en las que ya sabemos lo que vamos a encontrar cuando vayamos a pistas. Y pasa lo mismo, luego dependerá de si hemos tenido buenos días y buena nieve, que lo pasemos mejor o peor.
En el caso de un esquiador de cada fin de semana, como es mi caso, que antes de fin de año ya ha amortizado el forfait de temporada, la perspectiva es, sin duda, muy distinta. Esquiamos mucho, muy a menudo y lo que no esquiamos hoy, lo haremos la semana que viene, así que la filosofía es intentar esquiar el máximo, eso sí, llegando muy pronto y, cuando la cosa se pone complicada, a disfrutar de las vacaciones en casa, que también se está muy bien. Si se esquían 2h o 4h, da igual. Lo importante es hacer unas buenas bajadas y cuando ya no son buenas, volver con la sensación de cuando estaba muy bien.
Han salido unas buenas esquiadas, en familia, con amigos, unos entrenos en trazado y en general, lo hemos pasado muy bien.
Con algunas de mis compis de masters del CANM-C
También estamos viviendo unas temperaturas que no acaban de acompañar (para esquiar, porque para todo lo demás, sí) y encima hemos vivido algún episodio de lluvia (comparado con otras zonas, lo de aquí fue inexistente) y hasta algún caos por fallo de un remonte, que también se ha visto en alguna otra estación.


Vamos, que hemos aprovechado para intentar hacer los cantos mejor que nunca, testear la impermeabilidad de los equipos e intentar descubrir esas zonas menos concurridas y aprender un poco más. Ah, y también hemos estrenado alguna cosa, que siempre hace ilusión.

Empieza un nuevo año y parece que, por fin, llega más frío y se normaliza un poco la cosa, porque estamos viviendo unas Navidades que parecen más una Semana Santa. En fin, todo llegará. Y mientras, a seguir esquiando con lo que tengamos y, sobre todo, a esquiar todo lo que se pueda antes de que pase algo y nos quedemos unos días en el dique seco. Yo ya llevo 21 días.

Un año más, las vacaciones de Navidad y lo hemos pasado mejor de lo esperado. Sí, ha habido algún día malo o muy malo. Pero si alguna vez dudo de si vale la pena subir a esquiar, me acuerdo del año pasado y de los que están confinados y se me pasan las dudas de golpe.
Feliz año a todos.