Los esquiadores de Masella seguimos a lo nuestro. Segundo fin de semana que esquiamos y lo seguimos pasando en grande. Ahora ya tenemos a los baqueiranos como compañeros de viaje.
En esta ocasión, un esquí muy familiar, aprovechando antes de que empiecen los clubs. Y como por la mañana del sábado teníamos partido de fútbol, tocó llegar a la Cerdanya a mediodía y esquiar por la tarde. Es algo que no hacemos nunca, siempre con la inercia de llegar los primeros, pero esta vez nos dejó un sabor insuperable.
Lo primero que hay que decir es que es un lujo estar a las 11 de la mañana jugando un partido de fútbol en Sant Cugat y poder esquiar por la tarde. Es esta facilidad para combinar planes lo que hace que poco a poco me vaya convenciendo de que en esta época de la vida hay pocos destinos mejores que uno que está a hora y media de Barcelona.
Pues bien, además de la alegría de poder esquiar, encima estábamos solos. Y cuando digo solos, es solos. La última hora no bajaba nadie más por las pistas. Y cuando eso pasa, el disfrute es total. Parecía que hubiéramos alquilado la estación.

Un sábado que pensabas que no esquiabas y acabas disfrutando como un enano

Lo único malo de esquiar a esta hora es la luz. Pero si te gusta esquiar con muy poca gente, de 2 a 5 se está perfecto.

Bastante gente me pregunta qué tal está. La respuesta es que bastante bien. Hay pocas pistas abiertas, de hecho, se esquía en Coma Oriola y desde el Jet hasta la base de la estación, pero la nieve está muy bien. Estamos a mediados de noviembre y no se puede pedir más. Bueno, sí, en Baqueira han abierto a tope, pero para estar donde estamos, está realmente bien y nos divertimos mucho esquiando. ¿Hay mucha gente? De momento, no. Lo que sí hay son muchos clubs de otras estaciones que en su casa todavía no pueden esquiar, pero a partir de las 12-1 empieza a tranquilizarse mucho. ¿Y qué tipo de gente esquía? Pues gente con nivel muy alto, la verdad. Creo que es de los días que estoy viendo más nivel concentrado.
Y el domingo... más. Esta vez ya subimos a una hora más normal para nosotros. Y esta vez ya pudimos visitar el nuevo bar de Cap del Bosc, que nos encantó. Está lleno de detalles que harán las delicias de los más forofos.

No pudimos evitar hacernos la foto en las sillas que hay en la terraza. Se está de lujo aquí sentado. En estas sillas habrá que hacer un Club del Desembragable :-)


Como casi siempre, lo hemos pasado en grande. ¡Y empezamos una nueva semana con las pilas cargadas!