Visitar las estaciones en invierno es lo más lógico, pero cuando el calor aprieta y las montañas han dejado el blanco para volver a lucir el verde también es un buen momento para visitar esos rincones que tantas alegrías nos proporcionan durante el invierno.
No sé si os pasa, pero cuando sé que ando cerca de una estación en verano, me gusta visitarla, tanto si es nueva para mí como si es donde esquío habitualmente. Verlo con la perspectiva del verano es muy interesante y te da una idea perfecta de lo que hay debajo de la nieve cuando esquías allí, que no siempre son inocentes prados.
Este verano seguramente subiremos a Baqueira Beret, Boí Taüll, Masella y La Molina. Bicicleta, paseos,... Sin las aglomeraciones de las playas y sin las prisas de tener que llegar antes de las 9, sin el frío pero sin pasar calor... Simplemente disfrutando de lo que nos ofrecen esos parajes, que aunque cueste reconocerlo, en verano son tan atractivos como en invierno y son un gran bálsamo para los que sufrimos algo de urticaria en la playa.

Si no lo has hecho, te lo recomiendo. Seguramente repetirás.

El Valle de Boí, un destino muy recomendable. Una joya tanto en invierno como en verano. Y de hecho, por las veces que he estado, diría que en verano hay más gente que en invierno.

