Se acabó, c'est fini, it's over, s'ha acabat... Lo digamos como lo digamos, el resultado es el mismo. Quedan algo menos de 200 días para volver a calzarnos los esquís y es casi mejor pensar en otra cosa porque ya que no vamos a poder con el enemigo, al menos unámonos a él y disfrutemos del buen tiempo.
Pero antes de olvidarme de la nieve por unos cuantos días, dejadme mirar al pasado por un momento y pensar acerca de cómo ha sido la temporada. Las sensaciones me dicen que muy buena, pero no hay como evaluar empíricamente a través de las imágenes que se han ido sucediendo a lo largo de los días, para confirmar que, realmente, ha sido una temporada para enmarcar, con mucha nieve desde el primer día, con un estreno por todo lo alto tras una buena nevada, mucha nieve los meses intermedios y hemos acabado también con nevadas abundantes para cerrar un 1 de mayo más sobrados que muchos otros años. Pero no sólo de nieve vive una buena temporada. Ha habido ingredientes que la han condimentado perfectamente, empezando por la compañía, porque como ya va siendo la tónica, hemos estado rodeados de grandes aficionados que hacen que esquiar sea mucho más divertido. Y también ha habido pruebas diferentes, ya que la cosa ha dado para poder participar en la Salomon Quest Challenge, las 24h de Masella, las carreras de forfait de temporada, alguna de Interclubs y terminar con la bajada en bañador. Y por medio, el divertimento del Club del Desembragable con el otro Jordi, la barbacoa de final de temporada, una breve aparición en Hablamos de Esquí y, cómo no, el esquí nocturno. Y si hay que ponerle algún pero, no haber visitado más estaciones y perderme la kdd, pero poco más.
Ahí van las imágenes en orden cronológico. Un pequeño recuerdo para una gran temporada.