Desde hacía días estábamos todos atentos a los cambios meteorológicos que se nos venían encima, pero a medida que se acercaban veiamos con impotencia como la cota de nieve era demasiado alta y lo que tenía que ser un festival de nieve lo estaba siendo de agua. Pero aunque costó lo suyo, la cota de nieve acabó bajando y se cumplieron parte de las previsiones, con la nieve llegando a todas las cotas de las estaciones.
Con la nieve ya en su sitio, el tema era ver si había suficiente para poder abrir, por lo que seguía siendo necesario hacer seguimiento de cómo evolucionaba la cosa. La primera en despejar la incógnita fue Masella, que el jueves anunciaba que empezaba la temporada y nos aseguraba, por tanto, que el fin de semana podíamos empezar la temporada. Los whatsapp sacaban humo. Éramos unos cuantos los que no íbamos a perdernos ese primer día.
Y llegó el momento. Ese ritual que ya teníamos algo olvidado volvía a nuestras vidas. Llegar a casa, preparar portaesquís, elegir qué esquís llevarás al día siguiente, poner botas en zona caliente, cargar baterías de guantes y calcetines, etc.
Y esta mañana, a pesar del nerviosismo del primer día, nos lo hemos tomado con algo más de tranquilidad que de costumbre porque todavía no tenemos club. A las 9.30 llegábamos a Masella y pocos minutos después, tras recoger los forfaits de temporada, nos calzábamos los esquís e inaugurábamos oficialmente la temporada.
Vuelve el momento mágico del principio de la jornada, cuando te pones las botas. La primera vez de la temporada es una sensación muy especial.
Primera sorpresa. Estaba previsto que sólo estuviera abierto de Coma Oriola a Tosa, pero esta gente no para de sorprendernos. Cualquier otra estación habría sido conservadora y guardado la nieve para el puente que se avecina, pero Masella es distinta, siempre intentando ofrecer el máximo a sus clientes, así que a esa hora ya se podía bajar hasta la base.

Primera subida. El aspecto acompaña. Creo que hacía muchos años que no empezábamos la temporada con un ambiente tan invernal.
La nieve estaba muy correcta, con alguna zona dura, pero otras que se dejaban esquiar francamente bien. El primer día no es el mejor para sacar conclusiones técnicas porque hay que reencontrarse con los esquís y requiere cierto tiempo. Aunque es ver a los pequeños y parece que para ellos está hecha la dicha de Fray Luis de León "como decíamos ayer" porque nadie diría que llevan meses sin esquiar.
Y un gustazo la poca gente que había en pistas. Se nota la proximidad del puente y que esto ha venido de repente, casi sin avisar.


Espectacular aspecto de Coma Oriola. Impensable para un primer día de la temporada
Al poco rato de esquiar, aprovechando que la familia había parado a descansar en el bar, he ido en busca de socios interesantes que siempre hay por la zona.

El primer día en la nieve siempre es emocionante.

No puede haber mejores fichajes para cualquier día de esquí


Esta imagen no es de las 16h. Es de las 1...


Hacía un día tapado y arriba no se veía demasiado bien, pero pudimos hacer alguna Tosa e incluso bajar por Isards, que estaba abierta. En dos días teníamos todo el denivel abierto.

Esta "cantina" es nueva. Si viene de la mano de Taittinger y Jaguar seguro que será de nivel.
Resumiendo, una jornada muy especial, con encuentro de sensaciones en los pies en unas buenas condiciones y con un entorno acompañando al máximo. Hemos dado el pistoletazo de salida y volvemos super satisfechos. Y lo mejor, tal como parece que van las cosas, cada día irán abriendo más pistas y de cara al puente creo que estará todo a pleno rendimiento.

Y final de fiesta comiendo en el Hotel Roca. No habíamos ido nunca y tienen unos menús muy interesantes de 15 y 10 euros (mayores y niños). Están haciendo muchas reformas y creo que quedará como un referente de la zona. Lo iremos siguiendo.
¡FELIZ TEMPORADA A TODOS!