Es triste ver cómo los esquiadores que se dedican a la competición son muy poco conocidos fuera de la esfera de la propia competición o países donde esta está muy arraigada.
Parece mentira, teniendo las montañas que tienen y los campeones que tienen, pero hace poco estaba hablando con un americano de Oregon, que esquía cada fin de semana, por lo que es un perfil muy seleccionado y cuando le pregunté si conocía a Mikaela Shiffrin, me dijo que no tenía ni idea. Se lo puse más fácil y le pregunté por Lindsey Vonn. Me dijo muy claro que sí que la conocía, pero que en Estados Unidos era más conocida por haber salido con Tiger Woods que por sus méritos como esquiadora.
Todavía no salgo de mi asombro. Porque aquí es más o menos normal que no conozcamos a nuestros campeones porque no destacan mundialmente, pero allí tienen campeones olímpicos y tampoco. En fin, es el problema del esquí de competición, que porque esquíes cada semana no tiene porqué interesarte lo más mínimo. Y si fuera un país con pocos campeones, darían más bombo a uno que lo fuera (como pasó aquí con Paquito Fdez. Ochoa, que lo conocía todo el mundo), pero allí das una patada y salen diez campeones del mundo de cualquier disciplina.
Viendo todo esto, se empieza a entender algunas cosas que hace Lindsey para llamar la atención, como rodearse de deportistas en principio más famosoa que ella, lucir palmito, etc. En circunstancias normales no le haría falta, pero parece que no es así.
Si miramos sus redes sociales, en Twitter tiene casi medio millón de seguidores, en Facebook 1300 000, mientras que en Instagram 800 000. Son muy buenos números, pero muy lejos de las principales estrellas de otros deportes.
Tanto da, para mí son unas super estrellas y con pocos deportistas me hace más ilusión sacarme una foto que con figuras como Mikaela:
