Desde hace unos cuantos años, la dureza de las botas en flexión se mide por el índice flex. No obstante, este índice flex de las botas tiene algunos problemas:
- No es homogéneo entre marcas, por lo que da una idea de cómo son de duras pero nos podemos encontrar un modelo 120 que sea más duro que otro 130.
- Es un tema que invita a fliparse y querer llevar más para poder decir que vas con tal o cual flex, cosa que repercute en el disfrute, porque las botas tienen que flexionar cuando esquiamos.
- En las tiendas todas las botas son más blandas porque no hace frío, pero cuando las pruebas con nieve es cuando realmente te das cuenta de lo duras que son.
Yo soy de los que voy con cuidado a la hora de emocionarme y llevar cosas excesivas porque tengo claro que si no tengo el nivel o físico para llevarlas no disfrutaré, que al final es lo que buscamos todos cuando vamos a esquiar. Por eso me costó bastante decidirme por subir el flex a 130 hace tres temporadas. Llevaba unas Lange RS110 y estaba muy contento con ellas, pero notaba que cuando no hacía mucho frío, eran un poco blandas. Cuando llegó el momento de jubilarlas estuve dándole vueltas porque tenía en mente otras botas antiguas que había tenido, también Lange, las X-Zero9 y las L10, dos auténticas rocas que te dejaban la zona de la tibia dolorida al cabo de unas horas de llevarlas. En aquella época era tozudo y como eran las que me gustaban, las llevaba y las sufría pensado que era mejor esquiador por llevarlas. Pero uno se va haciendo mayor, algunas tonterías desaparecen, y esta fue una de ellas, así que ahora no llevo nada que no me vaya bien de verdad.
Pero a la hora de hacer el cambio me acabé decidiendo por el hecho de que las botas permiten modificar el flex quitándo alguno de los tornillos de la parte trasera de la carcasa, por lo que si me había pasado, siempre podía volver atrás. Pero eso nunca sucedió. Y es que las botas han cambiado mucho en los últimos años. De una dureza enorme en flexión se ha pasado a dureza en torsión, y por eso son mucho más duras mis antiguas Lange que las que puedo llevar ahora, aunque sean modelos equivalentes.
Hay que decir que estoy más en forma ahora que cuando llevaba las 110, pero incluso en terrenos irregulares, que es donde, por ejemplo, huyo de esquís muy exigentes, no echo de menos menos flex y voy encantado con mis 130.
Incluso a veces estoy tentado de subir un peldaño más para probar, pero me frena el hecho de que no las hacen en versión ancha, que es la que le van a mis pies, así que de momento seguiremos con estas botas, que funcionan de maravilla. Dentro de unos años ya veremos, pero de momento no cambio esta dureza por nada.
En circunstancias así tampoco hay problema
Si en algún momento crees que tus botas son blandas, que tienes la sensación de que te hundes en cada giro o cuando apoyas con más fuerza de lo habitual, quizás toca pensar en subir un poco la dureza de las botas e ir encontrando el punto en el que el compromiso de efectividad y comodidad sea el que más se adapta a tu persona. Y sino, ya sabes, siempre puedes quitarles un tornillo (no todas lo permiten).