Un foro es un foro y cualquiera puede soltar la animalada que quiera que la mayoría de veces nadie podrá comprobar que sea cierta, a no ser que sea en Nevasport y vaya a una KDD, donde a veces uno puede tener más tension de la cuenta para demostrar que ese presunto nivel que tiene está ahí.
Os dejo un texto que encontré hace tiempo y que sirve para construirse una identidad de esquiador y poder codearse con cualquiera, hasta los más fantasmas. Vamos, la versión más superficial de nuestro deporte, que existe más o menos en función de por dónde te muevas:
CÓMO SER UN REY DEL ESQUÍ (O AL MENOS PARECERLO)
Con la llegada de la temporada de nieve, ser un experto del esquí puede ayudar notablemente a triunfar socialmente. Aunque nunca hayas pisado una pista, podrás pasar por el rey del esquí si sigues algunos consejos
Como cada año, llegamos al comienzo del invierno con la ilusión de poder practicar nuestro deporte favorito: el esquí. No obstante, para algunos, la popularización del mismo sólo ha provocado que miles de domingueros colonicen los valles nevados de los Pirineos. Las pistas catalanas se encuentran en pleno overbooking y ya no se puede esquiar en condiciones. Por eso, ninguno que se precie de ser un auténtico rey del esquí se puede dejar ver por las estaciones nacionales. Al menos se tiene que decir que sólo se esquía en el extranjero, donde hay menos colas y el ligue está asegurado.
Para fabricarnos una buena identidad, lo primero es el equipo. Llevar un buen conjunto fabricado con membranas Dermizax o Gore-tex, que son las que más protegen de las inclemencias y a su vez, ayudan a transpirar (en el extranjero, las condiciones son más duras que aquí, es fundamental para triunfar debidamente. Siempre debe haber un par de ellos en vuestro armario.
En cuanto a los esquís, con unos de slalom, unos de gigante y otros de freeride, iremos más que servidos.
En el apartado de botas, conviene llevar unas de competición, por supuesto. Y mínimo 130 de índice de flexión, ya que todo lo demás es como un chicle para ti. Ah, y nada de botines de serie. Los botines a medida para sujetar mejor el pie.
Ni qué decir que hace tiempo que nos pasamos a los bastones de fibra de carbono, mucho más estrechos y ligeros (y también más caros, por supuesto).
Hace muchos años que llevas casco y te pones uno u otro en función del día. Y la máscara siempre con lentes fotocromáticas, que se adaptan a cualquier condición de luz.
Si vuestro disfraz de esquiador no acaba de convencer, lo mejor es hacer referencia a algunas de las estaciones extranjeras donde supuestamente habéis esquiado. Es recomendable dejarlas caer en la conversación como si no tuviera ninguna importancia. Siempre podéis hablar de las estaciones europeas, como las suizas Zermatt (al pie del Matterhorn o Cervino), Gstaad o St. Moritz, la francesa Courchevel, la italiana Sestriere o la austríaca St. Anton, pero si de verdad queréis impresionar, las estaciones del continente americano son las vuestras.
De Vail (Colorado), la estación más grande de los EEUU, se puede hablar de sus Back Bowls, una zona de fuera pista con una media anual de 8,5 metros de nieve. Para dar mayor credibilidad al tema, podéis citar la calidad de la nieve en las Rocosas, conocida como champagne powder, muy seca, considerada como la mejor del mundo.
Otra estación imprescindible de Estados Unidos es Aspen (Colorado), la más elitista, comparable a St. Moritz en Suiza o a Baqueira Beret en España. De esta estación podéis contar vuestro encuentro con Jack Nicholson o Don Johnson cuando fuisteis a participar en las 24 horas de Aspen.
Por supuesto, también habéis esquiado en Alta y otros resorts del estado de Utah, como Snowbird. No está muy claro cómo ocurre, pero cuando en Colorado nieva un metro, en Utah son dos. Utah es la meca de las mecas en lo que se refiere a calidad de nieve.
Todo esquiador que se precie de ser alguien en este mundillo ha de haber practicado el heli-ski (subir a una cima en helicóptero y bajar por un itinerario virgen) en la zona de los Bugaboos, en la Columbia Británica, Canadá. Allí, en la cuna del heli-ski (se empezó a practicar en 1965), soléis pasar una semana todos los años.
También en Canadá se encuentra Whistler Blackomb, al norte de Vancouver, considerada por algunos como la mejor estación de Norteamérica, donde por descontado, conviene decir que se ha estado alguna que otra vez.
Y como no, como supuestos reyes del esquí, en verano también vais a esquiar. Vuestro destino favorito se encuentra en Argentina, en las estaciones de Bariloche y Las Leñas. Y una vez, en una estancia en Tokio, aprovechasteis para ir a una pista indoor, el Ski Dome, aunque no os acabó de convencer (estaba lleno de ejecutivos trajeados con muchas prisas) y os quedáis con la de Dubai. Las estaciones de Australia (Tredbo) y Nueva Zelanda (Coronet Peak) son una buena alternativa para el verano y algunos años os dejáis caer.
Para acabar teniendo una aureola de auténtico esquiador es necesario crearse un buen árbol genealógico que dé caché a los relatos anteriores. Por supuesto, los de casa esquían de toda la vida. Vuestro bisabuelo estrenó el primer remonte de España, en La Molina en 1943 y de él heredasteis unos esquís fabricados con madera hickory, la madera con que se fabricaban los mejores esquís de la época y que actualmente decoran vuestra habitación.
Si habéis tomado buena nota, nadie durará de vuestro reinado en este fantástico deporte.
En fin, da para todo tipo de comentarios... Lo que me hace gracia del asunto es que en el entorno en el que estamos seguro que más de uno por aqui lo cumple en la vida real :-)