Llevar las botas de esquí adecuadas puede cambiar completamente nuestra jornada de esquí. Son quizás el elemento más importante de nuestro equipo, no solemos dedicarle el tiempo que merecen y al final no siempre llevamos lo que mejor nos va.
Algunos errores que cometemos al comprar botas de esquí:
1. Diseño. Es un aspecto más o menos importante a la hora de comprar ropa, pero no hará que se nos ajusten mejor las botas. Reconozco que es muy difícil de cumplir, pero al menos elige diseño sólo entre las que te van mejor.
2. Calcetines. Prueba las botas con los calcetines que llevarás cuando esquíes. A la hora de hablar de ajuste, un par de milímetros de más pueden ser la clave, y si llevas unos calcetines más gruesos de la cuenta, te quedarás una bota más ancha de lo que te conviene. Y nada de más de un calcetín, no es más que un nido de problemas cuando uno se desplaza sobre el otro.
3. Cierre de ganchos. Es muy típico abrocharse mal la bota. Los ganchos que primero se cierran son los de arriba para forzar al talón a encajarse en su sitio. Si empezamos por abajo, el pie no podrá desplazarse hacia atrás. De hecho, se empieza por el velcro, seguido del vertical de más abajo, después el vertical de arriba y finalmente, los horizontales.
4. Pantalones siempre por fuera de la bota. Da igual el tipo de pantalón que lleves, siempre por fuera. Si no te cabe para probar, súbelo.
5. Precio. Obviamente, a todos nos influye el precio, pero busca primero qué botas se ajustan a tus necesidades y luego ya saldrá el precio. Si filtras por precio de entrada, igual te pierdes alguna cosa perfecta para ti. Y si es perfecta, seguro que dura más.
6. El ego del esquiador. Ya hablé de este tema hace poco. Es bastante típico quedarse una bota por encima de nuestro nivel, lo que hará que no esquiemos en las mejores condiciones. Si pesas 60 kg y todo el deporte que haces es bajar a buscar el pan, quizás no te convienen unas botas de 130 de flexión, aunque sea lo que más ilusión te haga llevar.
7. El efecto "mi amigo las lleva". Lo que le conviene a tu amigo, no tiene porqué ser lo que te conviene a ti. Aunque esquiéis parecido, la morfología del pie, el peso o la forma física también influyen. Puede ser una referencia válida, pero te las tienes que probar.
8. La talla del zapato. Pruébate varias tallas porque igual te llevas una sorpresa y te podías quedar un número menos del que llevas en tus zapatos de calle. No te extrañe, si tiras la pierna completamente atrás, que la punta del pie toque la bota.
9. El efecto "Solonieve". Problema parecido al de "mi amigo las lleva". Lo que dicen las revistas puede servir de orientación, pero mejor ver cómo te sientan primero.
10. Me quedo la primera que va bien. Quizás te estás perdiendo alguna cosa mejor. Comprar con prisas es sinónimo de no llevarse la bota que más te conviene.
11. Ideas preconcebidas falsas. Es habitual oir comentarios del tipo "las Lange son estrechas". Al final, todas las marcas tienen modelos de todo tipo e incluso algunas marcas han evolucionado en su estilo de botas. Sin ir más lejos, y porque son las que mejor conozco tras haber tenido unas cuantas, las Lange, que antiguamente en su línea más prestacional eran estrechas, ahora las sacan con dos anchuras, una de las cuales es de las más anchas del mercado para este tipo de botas.
12. Las noto blandas. Cuando pruebes botas, piensa que con 20 grados menos el plástico será bastante más rígido. No es mala idea llevar tus botas a la tienda para poder comparar en las mismas condiciones de temperatura.
13. Prueba rápida. Las molestias suelen salir al cabo de unos minutos. Que vayan bien los primeros dos minutos no quiere decir que al cabo de media hora esas botas sean un infierno. Es cuestión de paciencia.
14. No desprecies las botas a medida. Si no eres capaz de encontrar nada que te vaya bien, quizás tienes que plantearte otro concepto de bota o al menos un botín a medida. Y piensa que hay tiendas donde te pueden ajustar las botas a la perfección. No te conformes.
Esto es el mundo ideal. La realidad siempre es algo distinta porque es imposible salir de casa sin una idea de lo que nos gusta más y no solemos tener toda una tarde para mirar qué botas se nos adaptan mejor. Y lo que es evidente es que la compra por internet implica caer en algunos de estos errores.