Continuamos con el viaje en Canadá 2023. Estas son las estaciones ya visitadas, y sus correspondientes reportajes:
Lo dicho señores esto se acaba! Nuestro roadtrip por la autopista de la nieve canadiense, la West Trans-Canada Highway, llega a su fin. Ya llevábamos 8 días esquiando a todo trapo en Canadá, sumados y casi consecutivos, a los 7 de la semana anterior, ya que veníamos del gran viaje "gatuno" de los Alpes en Ski Arlberg, donde un total 35 miembros de los Gatos del Pirineo Ski Club disfrutaron de lo lindo. Entre esos 35, hay 6 que también fuimos a Canadá.
La verdad es que, tras estos dos viajes consecutivos, ya nada iba a ser igual. El resto de la temporada de esquí 2022-23, fue un desastre en lo que a nevadas se refiere, y viniendo de donde veníamos, Austria y Canadá, pues el listón estaba demasiado alto y la motivación de las webcams del Pirineo estaban por los suelos. Eso sí, a nosotros ya "que nos quiten lo bailao" , habíamos tenido nieve y powder de sobra, la temporada la habíamos salvado por todo lo alto. Fue increíble esta fórmula de realizar los dos viajes consecutivos, muy muy placentera, tanto que en la próxima temporada también vamos a repetir con destinos diferentes.
Bien, dicho esto, centrémonos en el artículo de hoy. Os recuerdo que en el anterior reportaje, correspondiente al día 8 de febrero 2023, habíamos disfrutado del paraíso de cualquier esquiador, un powderday con solazo en la preciosa estación de Sun Peaks. Ese polvorón de día, nos dejó buen sabor de boca para el duro traslado de esta etapa del roadtrip. Nos tocó conducir 6 horas, para llegar hasta Whistler, por carreteras no demasiado buenas y con algún tramo completamente blanco de nieve. Este fue el traslado más largo de todo el viaje, pero es inevitable si uno quiere comenzar esquiando desde Calgary hasta Vancouver.
El caso es que sobre las 21:00 llegamos a nuestro campo base, el HI Whistler***, un hostel enorme, pero moderno y con muchos servicios. Alojarse en Whistler-Blackcomb es caro, muy caro. A sí es que, este opción más económica fue la que reservamos con muchos meses de antelación. La verdad es que, sin estar a pie de pistas, realmente en coche estaba muy cerca de los remontes, solo 5 minutos y, todas las instalaciones del hostel estaban muy requetebien, con su cafetería, guardaesquís, habitaciones privadas con baño, cocina comunitaria, neveras donde podías colocar tu bebida o comida... En fin, yo recomiendo este alojamiento, sin lujos pero todo muy limpio y moderno, quedamos contentos.
Así de alegres nos levantamos el jueves 9 de febrero, nevando!
De izquierda a derecha: Luis, Diego, Jenni, Pau y Xavi
La previsión no falló, de nuevo nevadas desde la base de la estación y mucho powder para disfrutar. Comenzamos a esquiar en Whistler.
Sonia entre el powder
Saltábamos de la alegría!
Sonia en acción
La estación no podía presentarse mejor! Vaya espectáculo de paisajes nevados.
Comandante Trillo para servirle.
La gata persa se convirtió en tigre.
Un tubo amplio en Whistler
Estamos en Whistler señores!! Es un sueño para mi poder volver a esquiar aquí, y esta vez con mi cuadrilla, metiéndonos por marrones.
Luis dando la talla
Ojo!! Yo por ese tubo no me meto, madre mía. Te obliga a bajar y enseguida hacer un giro con salto perfecto, que sino consigues clavarlo, piñazo asegurado jaja. Esto ya lo dejo para nuestro Comandante, solo bajó él. Aunque en la imagen no se aprecie bien, este fue sin duda el tubo más agresivo de todo el viaje. El resto nos cagamos, buscamos otro tubo más sencillo que también caía hacia el mismo sitio.
El señor Trillo coronándose.
El día estaba muy gris, aunque la visibilidad no era mala.
Esta es una estación donde hay una gran parte alta, libre de árboles, más al estilo de las estaciones europeas de los Alpes.
Luis disfrutando pero atento a la bajada.
La parte alta es rocosa, la nieve no estaba mal, aunque es difícil encontrar sitios sin trillar.
Whistler-Blackcomb es una estación muy popular, la mejor y más grande de todo Canadà, y dentro del top 10 de las mejores del mundo. Son dos montañones que quitan el hipo.
Mapa pistas el dominio.
Hay bastante gente en la estación, aunque es grande y tienes sensación de tranquilidad también. Hay 200km de pistas y adicionalmente, otros 50km de skiroutes (itinerarios fuera pista). Esto no es moco de pavo, es un pepinaco de estación, todo muy bien conectado, donde hay que andar poco o nada para acceder a los sitios freeride más potentes.
Uno de los lugares mágicos del dominio, es la cima de la montaña de Whistler. Con esta silla, la Peak Express...
... tienes acceso a todos estos bowls y pistones, tubos y de lo que quieras. Desde el pico, solo un par de pistas hay pisadas, una para cada vertiente. El resto es un "baja por donde puedas y te atrevas".
Mapa ampliado de la cima de Whistler.
Hay cositas muy majas desde esta silla. Un freerider aquí puede pasarse en este telesilla varias subidas y bajadas distintas, no se va a aburrir!
También el disfrute dependerá del estado de la nieve. Nosotros lo encontramos bastante trillado.
La estación es muy grande y sino la conoces, tardas tiempo en llegar a esta parte alta, y cuando llegas, evidentemente ya muchos se te han adelantado. Aquí hay mucho ansiado comepolvo, el powder-stress está a la orden del día.
Y aunque pistear por pistas sin pisar, por la zona media de la estación, esta muy bien...
... la verdad es que no hay color con la parte alta, donde los tubos entre paredones de roca, son estéticamente más impactantes de esquiar.
Pero bueno, este primer día de contacto con Whistler no fue el mejor, debido a la meteo. A primera hora nevaba, pero las partes altas estaban cerradas mientras los skipatrols petardeaban las laderas para dejarlas seguras. Luego hubo niebla espesa de mitad estación hacia abajo, que me dejó un poco aturdido de forzar la vista. El grupo se dividió a causa las difíciles condiciones cambiantes, ya que también el viento y el frío apareció en escena. Fuimos poco a poco recorriendo toda la montaña de Whistler, de cabo a rabo, mientras iban abriendo poco a poco los remontes más altos, ya que también había niebla en las cimas. En las zonas medias si encontramos buena visiblidad y algunos paraísos de laderas sin trillar. Líneas entre árboles con espacio suficiente para disfrutar entre ellos. Estas fueron algunas de las mejores bajadas del día, abriendo huella, como debe de ser. Pero cuando ya por fin conseguimos subir a la cota máxima, resulta que todo está trillado jaja. En fin, las cosas no salen siempre perfectas, la montaña es así y la jornada se puede ir complicando, más aun sino eres asiduo a esa estación y no te conoces sus truquillos.
Eso sí, la estación estaba engalanada para recibir a los Gatos como se merecen, de punta en blanco jaja.
No se me puede olvidar nombrar como son las pistas en la zona media y baja de la estación. Son puro espectáculo!
Si bien es cierto que, al haber nevado encima de lo pisado, todo estaba lleno de pequeñas bañeras, que te obligan a no poder correr como en una pista pisada.
Pero la verdad es que son unas pistas preciosas siempre entre árboles, con inclinaciones aceptables y lo suficientemente anchas.
Además son muy largas y con distintas opciones de pista, porque hay un total de 1600m de desnivel "continuado", en ambas montanas, tanto en Whistler como en Blackcomb. Puedes marcarte bajadones épicos, sin repetir pistas, de todo el desnivel de golpe. No te lo acabarás!!
Por la tarde, una ducha rápida y enseguida nos marchamos a Whistler Village.
Ya sabéis que este pueblo fue sede olímpica en Vancouver 2010, a sí es que, aquí hay de todo lo que puedas imaginar. Hoteles de todas las estrellas que quieras, apartamentos, tiendas de todo tipo...
...incluso pista de patinaje en hielo!
Whistler tiene todas sus calles cuidadas al detalle, y engalanadas a más no poder con lucecitas. Todo está pensado para el turista que viene de cualquier parte del mundo. Hay mucho asiático, pero también australianos, estadounidenses y sudamericanos. Esto es una verdadera ciudad de vacaciones invernales, donde todo gira alrededor de su magnificas pistas de esquí, pero sin olvidarse de cualquier oferta de ocio, como pueden ser las discotecas, pubs a pie de pista, restaurantes y tiendas de todo tipo, supermercados, parkings cubiertos, bolera, galerías comerciales, cine...
... y por supuesto la Plaza Olímpica, de visita obligada!
Por el día todo el mundo esta esquiando en pistas, pero cuando cae la noche, las luces cobran color...
...y es cuando brilla notablemente Whistler Village. Esto es un como un Benidorm de la nieve, pero sin borrachos ingleses. No me mal interpretéis, me refiero a que, como Benidorm, Whistler está pensada para el turismo, no es un pueblo que viva de otra cosa. Todas las construcciones son bastante modernas y sus calles del centro se notan que están hechas aposta así. El estilo urbanístico no tiene nada que ver al de un pueblo alpino de una estación de esquí de Austria o Suiza por ejemplo. A mi me recuerda más a un estilo urbanístico tipo Eurodisney, con todo el pavimento adoquinado y con edificaciones no muy altas (dependiendo la zona), pero con todos los bajos comerciales llenos de tiendas. En un repor anterior mio de 2012 de mi primera visita a Whistler, llegué a comparar ese estilo urbanístico al de la Plaza Andalucía de la urbanización de Sierra Nevada. Y la verdad es que sí, se parece a la Plaza de Andalucía, eso sí, Whistler es mucho más glamourosa, moderna y sobre todo 10 veces más grande.
Al cerrar la estación de esquí, las calles se convierten en ríos de gente que regresan a sus alojamientos y el apreski es brutal, tanto para el que quiere beberse unas birras como para el que quiere salir de compras. Hay toda clase de tiendas, no solo de esquí y montaña, también tenemos de ropa, arte, joyas y por supuesto souvenirs. El resort no deja ningún deseo por cumplir. Nosotros pasamos la tarde dando vueltas por las tiendas, comprando poco la verdad, ya que el dinero empieza a escasear tras 8 días de viaje esquiando. Eso sí, nos pegamos una buena cena todos en un restaurante, y lo pasamos genial.
Al día siguiente, toca esquiar por última vez en Canadà! Puff, que bajón, el último día del viaje, el décimo consecutivo. Era el viernes 10 de febrero, temporada alta y en esta macroestación mundialmente conocida, eso significa mucha gente, más aun por ser fin de semana. Hoy íbamos a comenzar desde la base de la montaña Blackcomb, para recorrer bien este sector que ayer ni tocamos.
Una de las cosas que no me gustó de Whistler-Blackcomb, era que desde esta temporada ya no daban mapa de pistas, nunca me había pasado eso en la vida. Decían en la taquilla que lo hacían por ecologismo para ahorrar papel, y nos invitaban a descargarlo de su web oficial (conectándote al wifi de vete tu a saber donde) y a visualizarlo en nuestro móvil cuando quisiéramos. Queda muy bonito decir eso, pero en la práctica, después del pastizal que vale un forfait aquí (nos costó 88€ comprándolo en Octubre, o sino valía más de 140€ al día), no me parece muy normal que no den un simple mapa de pistas. ¿Que escusa es esa? ¡Que lo hagan de papel reciclable! ¿¿Nevando tengo que estar sacando mi teléfono móvil en un telesilla para ver el mapa pistas, con los guantes y todo el copón?? Perdónenme por ser antiguo pero yo aquello lo vi un atraso. Y además es que, sino te conoces la estación, te condiciona bastante el recorrerla entera sin mapa de pistas y nevando, y más una estación enorme.
Araceli en la base de Blackcomb.
En fin, tras la abundante cola inicial para coger el telecabina nevando a tope, vamos ganando altura y la visibilidad era muy buena.
Nieve fresca, y poco trillada.
Ladera salvajes de Blackcomb
No pinta nada mal el día para ser el último del viaje.
Un cielo bastante encapotado pero con pequeños claros.
Diego posando y tapado hasta las cejas.
La nieve estaba fresca, el día no defrauda, era lo esperado.
Comenzamos nuestros ataques!
Sonia entre árboles.
El Comandante se viene arriba. La visión es buena, toca disfrutar.
Blackcomb no defrauda, impresionante!
La zona alta, como la de Whistler, esta despejada de árboles. Esto es más parecido a los Alpes.
¿Pero ostras??? ¿Que coj..... ha pasado? Pedazo de cola!! Dios! Pues si señores, powderday, temporada alta, fin de semana, Norteamérica, estación top mundial... es un cocktel diabólico, es la tormenta perfecta! El cuello de botella es brutal, no queda más remedio que palmar 20 minutos de cola. Diossss, vaya tela!
Un poco amargados, vamos subiendo de nuevo hacia las cimas.
Seguimos disfrutando, parece que se nos ha pasado el disgusto de la cola insufrible.
Javier dándole cera.
Ojo, que aun es pronto, son todavía las 11 de la mañana. Va a ser un día largo.
La tigresa del powder.
Hay muchas pistas que recorrer...
Panorama pistas de Blackcomb
... aunque nosotros preferimos más los rincones...
Antonio entrando a algún marrón.
...que nos hacen feliz!
Javi de Cádiz. En su salsa!
Bueno bueno, la gente se ha dispersado, ya no hay colas!
Toca disfrutar, dale caña Diego!
Nuestra gata Jenni, saliendo del tubo de doble rombo Sylvain. Vaya pistones de doble rombo sin pisar hay por aqui!! Telita!
Lo tiene todo este dominio, que pepinaco de estación!!
Esta saliendo hasta el sol tras la nevada. No me lo puedo creer!
Es el momento de atacar al itinerario más potente de la estación, el que parte del glaciar de verano, el de la parte trasera de Blackcomb, el llamado "Glaciar de Blackcomb". Nos dimos cuenta mientras íbamos en el remonte que lo acababan de abrir y la gente subía como loca para trillarlo. Se puede acceder cómodamente desde el telearrastre del glaciar que te sube a la cota máxima. Pero nosotros, sin querer y llevándonos por la inercia de otra gente, accedimos desde otro sitio, desde el tubo de Spanky Ladder.
Detalle mapa del techo del dominio, el itinerario Glaciar de Blackcomb marcado en morado.
Preparados para la aventura.
Que resultó jodida jaja.
No encontrábamos muy bien por donde se bajaba, las huellas eran confusas. Se mascaba la tragedia jaja.
Pero sí, había salida. Un único paso estrecho, empinadísimo y expuesto, fue nuestra salvación. Un "fregadero" en toda regla por donde los 10 gatos tuvimos que bajar.
Pero una vez superados... ahí estamos, felices y contentos!!
De izquierda a derecha: Raúl, diego, Luis, Jenni, Sonia, Pau y Antonio
Fuego a discreción!! La nieve está de locos!!
Jenni sepultada.
Vamos Raúl!
Aquí si pudimos trillar de lo lindo, habían muy pocas huellas. No me extraña, con el jodido paso expuesto que tuvimos que atravesar...
Javier luciéndose ante la cámara.
Vamos a revolcarnos en el powder!
Jenni de Soneja (Castellón)
Dale caña Sonia, vamooooooos!
Vaya tela , que bajadón!! Es desde luego el itinerario más potente de Whistler-Blackcomb, si se me permite el símil, es la Valleè Blanche de este dominio. Hay como unos 3km de fuera pista con 600m de desnivel, que luego enlazan otros 3km de pista azul hasta llegar a un remonte. El recorrido clásico es bastante sencillo y seguramente más trillado. Nuestra variante fue más cañera y nos brindó la oportunidad de trillar una ladera a la que no pueden acceder los que bajaban por la clásica. O sea que fue un acierto.
Así es que no lo olvidéis, la pista más mítica de Whistler-Blackcomb es la olímpica Dave Muray, eso es indiscutible, un pistón negro alucinante. Pero, para los freeriders, lo mejor de todo el dominio es la bajada de "Glaciar de Blackcomb". Y no la busquéis en el mapa de pistas porque ni aparece, su acceso se encuentra a la espalda de los remontes del glaciar, y el recorrido va completamente por un valle trasero, donde no hay ni rastro de los remontes, solo la montaña y tú. La belleza del lugar y su estado salvaje, hacen de esta bajada una experiencia muy grata, imprescindible para todo aquel que visite Whistler-Blackcomb con un nivel fuera pista normalito. La línea clásica es facilísima y sin complicaciones, pero para los que les gusten los "jaleos", hay multitud de líneas posibles con pasos por tubos y entre rocas, al más puro estilo Verbier! 100% recomendable, lo mejor de la estación sin duda!
Última parte antes de entrar al llano, de la bajada por el itinerario del Glaciar
Con la adrenalina a tope, volvemos a la montaña media, con una visibilidad muy buena. La estación es espectacular!
El mar de nubes siempre omnipresente.
Canadá en estado puro.
Rubén posando con la bandera de Canadá.
Miren que espectáculo. Pincha en la imagen y haz zoom. Belleza canadiense!
Los remontes son buenos, más al estilo europeo, pero sin el glamour austriaco.
Por ahí vemos el mítico Peak to Peak.
Un telecabina de récord que une ambas montañas, en su cota media. En mi primera vez en Whistler si monté en él y es espectacular. En esta ocasión ni montamos, ya que al esquiar dos días, uno en cada montaña, no nos hizo falta. Además, con las nieblas, tampoco es que las vistas vayan a ser la bomba.
A veces brillaba más el sol.
Y te regalaba una estampas de película, con el mar de nubes de fondo.
Emociona mucho esquiar aquí.
Es una súper estación, sin duda la mejor de Canadá. Nieva mucho, las posibilidades de trillar son enormes.
El forero Miray (Diego)
Y sus árboles también son preciosos, como los "pinnacles" de los otros días que esquiamos en estaciones de Canadá más al interior.
Un placer volver a esquiar aquí.
Los skipatrols, siempre pendientes de todo! Gran trabajo el que realizan. Son muy respetados en Norteamérica.
Después de comer algo rápido, vuelve a nublarse. Mejor esquiar entre árboles.
Jenni y Sonia, buscando líneas.
Esquiamos dos días en este dominio, con tiempo malo a ratos, aunque hemos podido ir escapándonos y al final pudimos disfrutar.
Evidentemente, cuando la visibilidad es perfecta y hay más luz, se surfea mejor. Verdad Jenni?
Pero bueno, en invierno, el tiempo que te toque en la montaña es siempre una lotería, las Rockies Canadienses no son una excepción.
Igualmente hemos podido disfrutar de dos días de esquí y mucho powder, eso sí, sin sol, que todo no se puede tener!
Con más pena que gloria, pero sanos y salvos y con un montón de recuerdos imborrables, nos montamos en los coches para hacer la bajada triunfal hasta Vancouver. Un trayecto de apenas 2 horas con unas vistas de montaña preciosas. Hay muchos lagos, todo está muy verde; vegetación y arboleda por todas partes. Se nota que por aquí llueve mucho debido a su cercanía con el Pacífico.
El caso es que nos alojamos en el hotel de Vancouver, el North Vancouver Capilano*** , barato y normalito, pero a mano del centro de la ciudad y del aeropuerto. Una vez todos guapos y limpios, nos fuimos a cenar a un restaurante indio de Vancouver, en pleno centro, donde por cierto fue una odisea aparcar. Cena muy emotiva, ya un poco de bajón porque sabíamos que era la última noche y el esquí había acabado. Por cierto, muy buena la comida india, a mi me encanta, eso sí, sin picante!
Todo el grupo en la última cena
El desayuno del hotel parece que también estuvo potente. Un auténtico desayuno continental para coger fuerzas para ver...
...la mega ciudad de Vancouver.
Yo entre rascacielos
Visitamos sus sitios más característicos.
Carlos de Guadarrama, en el famoso reloj de Vancouver
La Torre mirador, el reloj, el estadio olímpico, la calle comercial, el puerto...
... son cosas que no os podéis perder si tenéis tiempo. Nuestro vuelo salía por la tarde y tuvimos una larga mañana para visitar el centro de Vancouver. Los edificios son desde luego imponentes, se nota que es una ciudad de Norteamérica.
Y nada, una vez devuelto el coche de alquiler sin sobresaltos de ningún tipo, toca regresar a Europa vía Amsterdam desde Vancouver con la aerolínea KLM. Un vuelo placentero y dormilón, pero con un jetlag que se soportaba mejor con estas vistas de nuestros queridos Pirineos.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado. Creo para finalizar, tendría que hacer ahora una valoración general de todo el viaje, aunque creo que está claro que la valoración es: ESPECTACULAR!! Puede sonar a tópico pero la realidad es esa, este skisafari ha sido increíble, muy difícil de superar, sobre todo por paisajes y calidad de nieve. ¿Como podría haber sido mejor? Evidentemente, si incluyes heliski en Whistler o Revelstoke por 1500€ por día, sería más épico. Pero como nosotros, sino puedes permitirte gastarte ese dineral, tranquilo que sigue mereciendo la pena ir a esquiar a Canadá. El nivel de disfrute también dependerá de la nieve fresca que encuentres, pero si vas 10 días de esquí, seguro que pillas días de powder. Y por supuesto, recomiendo hacer la ruta completa, de Calgary a Vancouver. Evitad ir solo a la zona de Banff o solo a Whistler, como son la mayoría de los viajes que ofrecen las agencias. Así no veréis la esencia de Canadá. Porque Banff debes de verlo si vas a Canadá, Revelstoke también y Whistler-Blackcomb lo mismo. A mi juicio, eso no es negociable, tienes que ver esas tres zonas, aunque están muy separadas unas de otras. Pero, sino te apetece conducir demasiado, recuerda que de Revelstoke a Vancouver que es el trayecto más largo, hay vuelos por tan solo 100€.
En fin, es un viaje único que no olvidaréis en la vida. Dentro de unos meses, montaré un artículo resumen de todo el viaje, donde se va a ver el potencial fotográfico de este viaje, todo lo que hemos visto en un único repor. Seguramente así podréis valorar mejor lo significa un viaje como este a Canadá, porque viéndolo capítulo a capítulo es difícil hacerse a la idea.
Ahora os resumo algunos datos de todo el viaje, para aquellos curiosos que os pueda interesar:
-En total fuimos 25 gatos a Canadá. Nosotros (mi grupo) fuimos 14 personas en este viaje, aunque otros 11 gatos también vinieron a Canadá (unos días antes) donde coincidimos dos días en Kicking Hourse. Ellos en 10 días de viaje, esquiaron 7 días: Lake Louise, Sunshine Village, Revelstoke y Kicking Horse. Nosotros hicimos 15 días de viaje, la ruta completa hasta Vancouver desde Calgary, añadiendo las estaciones: Fernie, Panorama, Sun Peaks y Whistler-Blackcomb.
-Para mi grupo de 14 personas, volamos con KLM a Calgary y regresamos por Vancouver. Alquilamos con ENTERPRISE, 3 monovolúmenes de 7 plazas con neumáticos de invierno, cogiéndolas en el aeropuerto de Calgary, devolviéndolas en Vancouver.
-Nos gastamos en total unos 2500€ por persona, incluyendo: vuelo con esquís y equipaje (735€), coche alquiler y combustible (375€), 11 noches de alojamiento (445€) y 10 días de forfait (890€).
-Todo el viaje y reservas, hasta el más mínimo detalle fue organizado por nosotros mismos, por el club de los Gatos.
-Excepto 3 noches, en todas las demás no había que compartir cama doble, es más, la mayoría de las noches teníamos una cama doble por persona.
-Recorrimos un total de 2100 kilómetros. Cada jornada tras esquiar, teníamos que conducir una media de 2 horas y media. Hubo 3 estaciones que repetimos, por lo que 3 días no hubo que conducir nada, ni cambiar de hotel.
-Sin ser esta una gran temporada de nevadas en Canadá, tuvimos un total de 7 días de nieve fresca: 1 día en Kicking Horse, Fernie, 2 días en Revelstoke, Sun Peaks, 2 días Whistler-Blackcomb.
-El tema comidas, cenas, desayunos y meriendas: solíamos ir al supermercado a hacer compras casi a diario. Desayunábamos en las habitaciones con nuestra compra cuando el hotel no incluía el desayuno. Nos preparábamos bocatas para comer en pistas. Las cenas también solían ser en los alojamientos ya que, las habitaciones disponían de minibar, microndas y en ocasiones cocina privada o comunitaria. También desayunábamos o cenábamos en restaurantes de vez en cuando.
Y ya por último, y para despedir esta serie de reportajes de nuestro viaje a Canadà, os dejo con el vídeo del viaje completo, por si todavía alguno no la ha visto.
Tener mucho cuidado con el calor este verano, andaros por la sombra que hay que sobrevivir como sea. El próximo invierno nos espera más nieve a todos, y a los Gatos dos viajazos a destinos épicos: Verbier (Les 4 Vallees) y la isla de Honshu (Japón). Además, en menos de un mes yo regreso a Dolomitas y, en enero la Laponia finlandesa me espera. Mientras tanto, de cuando en cuando os publicaré algo en el blog de los Gatos, para no perder la costumbre y entretener a todos los nevasporianos veraniegos.
Buen verano a todos. Hasta la próxima y recordad...SED FELICES!!
