Agradecimientos: Happo-One (en especial a Nalini Phadtare por su inmejorable acogida) www.happo-one.jp
Facebook Happo-One: www.facebook.com/HappooneHakuba
Hakuba47 Winter Sports Park (al Sr. Maeda, gracias por tantas facilidades en el snowpark) www.hakuba47.co.jp
Liquid Snow Tours Agencia especializada (Australia) esquí en Japón (fantástica atención personalizada: Quentin, Tamie, Barron): www.liquidsnowtours.com
Hotel Marillen (la directora Naoko y Daniel Crouch): www.hotelmarillen.com
Fotos: GoPro KpSport Camera
“Pero… ¿hay nieve en Japón?” Aún me asombra ésta pregunta cada vez que sale el tema de mi último viaje a tierras niponas. Sin la más mínima intención de evaluar el nivel cultural de las personas con las que hablo, si es cierto que me sorprende cuando ésta pregunta viene de aficionados a los deportes de nieve, ya que Japón es altamente conocido en el sector de los deportes de invierno.
Foto: Hakuba47 Winter Sports Park
Para aquellos que todavía no lo sabíais, Japón es uno de los principales mercados de esquí y snowboard a nivel mundial y buen ejemplo de ello es la postura que muestran algunas de las marcas internacionales más importantes del mundo de la nieve que realizan una producción en exclusiva de la línea de sus productos en especial para éste país y sus consumidores.
Después de algo más de un año de retraso en preparar este viaje debido a la acumulación de otros compromisos profesionales, por fin llegó el momento. Tenía más o menos claro los lugares a visitar ya que mientras la mayor parte de riders suelen visitar la isla de Hokkaido –lugar que presume de tener la nieve polvo más seca y suelta del planeta- para filmar y sacar fotos en el intenso powder, yo me decanté por una zona algo más comercial pero que me permitiese mostrar al público español las posibilidades que tiene éste país en cuanto al turismo de nieve. Por supuesto, sin rechazar la nieve polvo ya que era uno de los objetivos claros de éste viaje.
Gracias a la colaboración de la agencia de viajes australiana Liquid Snow Tours, especialista en el turismo de esquí en Japón, tuvimos un perfecto asesoramiento y organización de nuestro trip desde que aterrizamos. Recomendable 100% si lo que quieres estar en manos de profesionales para que dejes asesorarte con el destino y resto de servicios sean cualesquiera. Para más info visita su website: http://www.liquidsnowtours.com
Como compañeros insustituibles de aventura tuve a David Martín y Alberto Vega (Busy y Tito para los amigos).
Foto: De izq. a dcha. Alberto, David y Fidel
Es altamente reconfortante cada vez que viajo a un país extranjero y te reciben con los brazos abiertos para poder realizar tu trabajo a la misma vez que promocionas su producto. En este caso en concreto, el nivel de respeto y admiración que muestran hacia ti por dedicarte a un deporte y por los sponsors a los que representas, es como poco significativo. Gracias de todo corazón.
- NAGANO - Mi destino elegido fue Nagano, y no sólo por su fabulosa propuesta sino por motivos también relacionados con lo sentimental y lo histórico, me explico. En el año 98 me calcé una tabla de snowboard por primera vez en mi vida, algo que cambió mi rumbo definitivamente. Fue en este año cuando el Snowboarding fue incluido por primera vez en los Juegos Olímpicos de Invierno, y en concreto en las modalidades de Slalom y Half-Pipe, apareciendo en escena mundial y por fin, el freestyle del medio tubo.
Foto: Fidel Alonso. Pantallón del stadium de los JJOO en Happo-One
Mientras yo estaba pasmado con mi nuevo deporte, viví junto con el resto de aficionados cómo dos figuras nacionales del snowboard acudían a los JJOO a codearse con la élite del Half Pipe mundial en Nagano, los míticos riders Sergio Bartrina y el legendario y aún en activo Iker Fernández, quienes no tendrían mucha suerte al no clasificarse para las rondas finales pero que hicieron que nos sintiéramos muy orgullosos. Al fin y al cabo, gracias a ellos comenzábamos a tener presencia en los telediarios haciendo nuestro deporte un poco más conocido por el público de a pie.
Foto: Fidel Alonso. Base del telecabina en Happo-One
A medida que pasaban los años se reforzó en mi interior otro detalle ocurrido en ese mismo acontecimiento olímpico del nombrado año 98 y muy conocido por todo el mundo, y que marcaría mi carrera deportiva de un modo u otro por su significado -prometo escribir más adelante el porqué- y me refiero al boicot público que hizo la figura mundial del snowboard Terje Haakonsen a los JJOO, con quién tuve el placer de charlar hace unos meses en persona, aunque esto da para otro capítulo.
Por tanto, entre unas cosas y otras, el hecho de acudir a Nagano era sin duda algo pendiente en mi interior que mezclaba historia del snowboard, detalles personales y un lugar con una cultura apasionante.
- ESTACIONES PARA ELEGIR. HAKUBA - Retomando el inicio del artículo sobre si en Japón se esquía, os adelanto que hay más de 600 estaciones de esquí en todo el país, Sí, has leído bien. Tus opciones pasan desde una punta a otra, de norte a sur de la isla tienes una lista interminable de lugares para acudir a practicar tu deporte favorito. Y es que la fama de una de las mejores –si no la mejor- nieve del mundo le viene gracias a su riguroso clima de frío invernal que recibe con los brazos abiertos las cargadas borrascas siberianas que tras cruzar el Mar de Japón chocan con la cadena montañosa nipona descargando metros y metros de nieve seca cada temporada.
Foto: Los típicos árboles del powder japonés
En la parte noroeste de la prefectura de Nagano se encuentra Hakuba, un enorme complejo de montaña en el que fijé mi atención para nuestro intenso viaje. Una de las zonas más populares de los Alpes japoneses donde se llevaron a cabo muchas de las competiciones de los JJOO en algunas de las estaciones que forman ésta región esquiable.
El nombre de Hakuba se debe principalmente a su pico más significativo, el Monte Shirouma con 2.932 metros sobre el nivel del mar. Hakuba significa “caballo blanco” y esto se debe a que el Monte Shirouma mezcla los contrastes de la nieve y las formas antojosas de la roca sobre su ladera dando una gigantesca apariencia de la silueta de un caballo.
Foto: Pistas con nieve perfectamente fresada. Fidel Alonso
Es un lugar donde puedes fácilmente divisar multitud de spots urbanos y naturales donde preparar una sesión divertida de freestyle, aunque éste no fue el objetivo del viaje. Pero evidentemente no evitaba pensar las posibilidades que darían algunos rails, wall-rides, gaps, etc. con un simple Bungee y un par de palas. De todos modos, el año que viene vuelvo…
- EL VIAJE – Lejos, sí, pero indudablemente hay que ir Sí o Sí, nadie se puede perder esto. Denomino a Japón como el gran desconocido para los aficionados a la nieve en España, al menos.
Nos plantamos en el aeropuerto de Barajas (Madrid) bien prontito por la mañana, preparados para coger un vuelo con destino Tokio (aeropuerto internacional de Narita). La sensación de “esto está en casa-Dios” es algo habitual, al final y al cabo te estás recorriendo medio mundo para calzarte la tabla, pero no deja de ser un avión y pa’lante. Los vuelos pueden salir bastante asequibles en comparación con otros destinos de esquí internacionales.
La verdad que tuvimos mala suerte y comenzamos con el pie izquierdo. Una atención muy desafortunada por el dpto. de reservas de Air France mermaron gran parte de nuestros nervios (y dinero extra) en el trayecto de ida. Prometí cursar una reclamación oficial vía Ministerio de Consumo pero dado que fuimos recompensados con una atención de “10” por parte de KLM en el vuelo de regreso, lo dejaremos sólo en una publicidad no muy buena pero completamente acorde a lo que vivimos, y no existen excusas, metieron la pata una vez tras otra desde la confirmación de selección de asientos pasando por el material de snowboard y maletas en Facturación y complicaciones varias sin sentido alguno. “Menos mal” que encima soy pasajero frecuente de la compañía con atención prioritaria que si no … (lo digo irónicamente claro). Y por supuesto para colmo, maleta rota durante el trayecto. Señores de Air France, tienes uds. la próxima vez la oportunidad de demostrar su seriedad antes de que decida dejar de volar con uds. en los viajes que tengo preparado en fechas próximas. Fue un auténtico cúmulo de despropósitos.
Pero aquí no se acababa todo, nos comunican que el vuelo se retrasa 1 hora debido a vientos muy fuertes en el aeropuerto de París (donde haríamos escala) y que impedía el aterrizaje de las aeronaves. Siempre se agradece la información veraz pero no es necesario acojonar de semejante manera a un pasaje entero sobre un vuelo que hay que realizar un rato más tarde y seguramente con gran parte de esas inclemencias (es sólo una opinión, nada que reprochar a la compañía). Vuelo a menudo, semana tras semana la mayor parte de las veces, y cada año que pasa reconozco que me acojono más en los aviones, no sé si os pasa lo mismo.
Con la “suerte” que habíamos empezado era evidente que nos tocaría la lotería. No recuerdo en años y años de vuelos haberme cagado tanto, fue terrible. No eran turbulencias, era la III guerra mundial, el “Superman” del parque de atracciones de la Warner, el “Dragon Kahn” de Port Aventura, el mismísimo infierno. Eso se movía más que Chiquito de la Calzada en una pista de break-dance, vaya mal rato pasamos. Tito iba igual de acojonado que yo mientras que a David le faltaba fumarse un piti de lo tranquilo que iba, era surrealista. Algunos pasajeros gritando de los sustos con una tensión más que palpable y aquí nuestro compañero partiéndose de risa sobre la situación, quién dijo miedo. Conseguimos aterrizar medio de lado pero lo hicimos.
Después de levantarme del asiento y conseguir desencajarme los dos reposabrazos de las uñas (como si con eso me fuera a salvar ante un hostión) nos echamos unas risas con la gracia de tener que coger el vuelo largo hacia Tokio. Escala inmejorable en la sala VIP con comida, bebida y siesta incluida. Estábamos listos para subirnos en el pedazo de mounstro Airbus 380 con dos plantas de pasajeros, espectacular. 12 horitas más tarde llegábamos a Tokio.
Foto: Sala VIP aeropuerto París. Fidel Alonso
- TOKIO. CAMINO A HAPPO-ONE – Una vez en Tokio hay que tener bien claro la ruta a seguir. Hay cien mil combinaciones, trenes de todo tipo, y muy poca gente que habla inglés, uno de los puntos más sensibles a la hora de un viaje de este tipo, aunque fácilmente salvable si eres espabilado. Miles de carteles con informaciones que pueden inducirte al caos aunque está todo perfectamente indicado.
Si te pegas una buena siesta en el avión, llegarás ready para dirigirte a la estación de ferrocarril en el mismo aeropuerto y tomar el tren bala hacia Nagano, toda una experiencia y un transporte súper cómodo y agradable. En unas 2 horas y poco alcanzas tu destino.
Foto: Vista del imponente Monte Fuji desde el tren bala
La cultura japonesa es escrupulosamente respetuosa y siempre, y digo siempre, están dispuestos a ayudarte y atenderte. Se nos debería pegar algunas de estas cosas en nuestras fronteras. Es uno de los países más seguros del mundo y la delincuencia queda en un plano muy lejano, algo que se agradece infinitamente. Es un viaje super relajado en ese sentido. De hecho, olvidé mi mochila en el autobús con toda mi vida dentro: Mac, iPad, disco duro, GoPro, etc. y cuando estaba en el hotel me di cuenta que algo me faltaba. Me miraron con una cara de tranquilidad tremenda y me dijeron que no me preocupara en absoluto que la mochila estaría allí o en la estación de Bus con el personal, y así fue. Ya no digo sólo en España ni mucho menos y de verdad que no tiro piedras contra mi tejado pero ¿os imagináis esto mismo en cualquier otra parte? Dudo que la hubiera recuperado sinceramente.
Una vez llegamos a Nagano, cogimos un Bus que nos llevaría directo a la estación de Happo-One en poco más de 1 hora, la cual era nuestro destino. Ésta estación es una de las más conocidas de todo Japón, siendo uno de los principales escenarios en los JJOO de Nagano ’98. Las vistas son sencillamente espectaculares y accesible a todos los niveles.
Foto: Así nos recibió Japón nuestro día de llegada
En cuanto al transporte, puedes elegir varias opciones. La nuestra fue vivir la experiencia en tren. Avión de España a Japón (Narita), tren bala a Nagano y Bus a Happo-One (estación de esquí). Pero también hay opciones más cómodas para no estar pendiente de ir de un lado a otro y con las maletas a cuestas. Por ejemplo, desde el mismo aeropuerto hay un servicio directo de Bus que te lleva a Hakuba (el dominio esquiable de ésta parte de Nagano) donde te despreocupas de todo, un viaje de aproximadamente 5 horas en un fantástico Bus de lujo con estilo “business” donde además de tener un asiento fabuloso y mega espacioso, tienes facilidades como Wi-Fi gratuito. Una opción muy buena y además económica.
Otra gran opción es elegir el “Chuo Taxi” que es la compañía de transporte privado hacia/desde Nagano que te llevan por un módico precio de puerta a puerta. Puedes ir tanto en grupo como compartiendo con otras personas con el mismo interés en viajar al mismo destino que tú. Furgo privada y directo a tu hotel.
Si viajas con todo el equipaje de esquí o snowboard como hicimos nosotros, y elijes cualesquiera de las opciones que te comento, puedes optar también por contratar el servicio de “Black Cat” que consiste en una empresa que ofrece el transporte de tus maletas y material de esquí o snow hasta tu destino y de regreso al aeropuerto. Una fantástica opción completamente segura y fiable que te permite hacer tu trayecto desde el aeropuerto disfrutando del viaje y olvidándote de cargar con las maletas. Algo muy recomendable, y también considerablemente bien de precio.
- DISFRUTANDO HAPPO-ONE - Nuestro hotel estaba a pie de pista de la estación Happo-One, o mejor dicho en la propia pista, ya que puedes llegar esquiando hasta la misma puerta del establecimiento, cuyo nombre es Hotel Marillen. Un pequeño hotel inspirado en aires austríacos (más adelante entenderéis porqué) de trato familiar con un buen servicio gastronómico y unas habitaciones estilo europeo muy confortables y amplias.
Foto: Vistas de Happo desde nuestro hotel
Fuimos tratados como si estuviéramos en casa. Nada más llegar al hotel por la tarde pudimos ver como la pista que finalizaba en el hotel estaba iluminada ofreciendo esquí nocturno todos los días junto a un telesilla desembragable ¿qué más se puede pedir? Cenar junto a la chimenea viendo a la gente ripar a través de la ventana, mola y mucho.
Foto: Disfrutando la gastronomía japonesa en el Hotel Marillen. Detrás la pista nocturna
En este dominio esquiable se preocupan de cuidar a los clientes en todos los sentidos, sin engaños sobre el estado de las pistas, cantidad de nieve o previsiones meteorológicas. Estoy convencido que más de uno se ha llevado un chasco yendo a la estación de turno creyendo lo que decía la tv, internet o la propia web de dicha estación ofreciendo no sé cuantos “km esquiables”, no se cuantas pistas abiertas y nieve “polvo-dura”… ejem … y llegas el fin de semana y dices lo mismo que Mauricio Colmenero: “Pero esto que eeeeeeehhhs????”
Los partes de nieve son fiables, concisos y sin trampa ni cartón, para lo bueno y para lo malo, y es algo donde hacen hincapié. El ambiente es muy relajado y esquías rodeando con gente como si estuvieras sólo, es una pasada. La definición de la palabra civilización nació aquí, todo es orden y respeto. De verdad que a veces me siento estúpido cuando pienso esto y es que al fin y al cabo esto debería ser lo “normal” ¿no? y no algo raro, pero es que es así, sé que muchos de vosotros me entendéis perfectamente.
Cuando fuimos a coger el primer telesilla vimos como el personal que atiende en la silla lo da absolutamente todo. Se toman muy en serio su trabajo, sea cual sea su rol, son muy profesionales. La persona que te sujeta la silla te está dando los buenos días antes de que te acerques, con una sonrisa y deseándote una gran jornada, mientras que a la vez y con una escoba, limpia la silla para que no tengas nieve que te moje el pantalón. Vaya, igualito que en muchas otras estaciones (yo también me estoy descojonando de risa).
Foto: Operario poniendo a punto la silla
Foto: Operario agradecido con nuestra satisfacción
Si es cierto que los telesillas en general no están tan actualizados y rápidos como esperaba pero se compensa inmediatamente con la calidad de la nieve y los cuidados de las pistas. La nieve hace honor a su fama, por mucho que os explique tenéis que probarla. La sensación de clavar los cantos en un simple giro por la pista fresada es indescriptible, es esa nieve suelta y seca de la que hablan. Levantar “sprays” en cada giro por pista en tan sencillo como darle.
Foto: Levantando polvo en la propia pista. Fidel Alonso
En lo alto de la estación llegamos a una zona conocida como Panorama donde tienes unas vistas dignas de una postal, te quedas sin palabras. Si no llevas una cámara es para matarte.
Foto: Ollie desde las vistas de Panorama. Fidel Alonso
Hay mucha más cultura freeride de la que me esperaba, de hecho me pareció sorprendente la cantidad de tablas de freeride que pude encontrar. El snowpark de Happo-One es único en su especie y es donde más tablas de freeride vi, ahora lo comprenderéis. El park se llama Happo Banks y es mega divertido, es un park compuesto de peraltes, quarters y mesetas para bajar mangado mezclando estilos de boardercross y freestyle de jumps y hips. Aquí podías ver muchos riders con estas tablas carveando cada peralte como si de powder se trataba, digno de ver.
Foto: David Martín disfrutando de un girazo en Happo-One
Da muchísimo juego, desde bajar simplemente con tus colegas haciendo líneas en fila india de un peralte a otro o usar los semi quarters para saltar y marcarte unos trucos. Una silla de dos te deja en lo alto del snowpark para que te hagas tantas rondas como quieras.
Foto: Carveando a gas en Happo Banks. Fidel Alonso
Después de descubrir cada rincón de la estación –y por supuesto abrir huellas de nieve polvo de camino- nos dirigimos al hotel a disfrutar de una buena cerveza haciendo honor al famoso apréski internacional que está allá donde vayas en un centro de nieve. Al sol y disfrute de las vistas. Aunque la temperatura es bastante fría y siempre negativa en el termómetro, la sensación de frío es menos de lo que marca el mercurio gracias a su clima de feeling seco, con lo que puedes disfrutar sin problema del exterior.
- HAKUBA47 WINTER SPORTS PARK - Tratamos de dividir nuestra estancia conociendo otras estaciones así que nos dirigimos ésta vez al centro neurálgico del freestyle, Hakuba 47. Para ello nos tenían guardada una sorpresa, y es que el manager de la estación Maeda San nos invitó a esquiar en la estación cuando aún cuando estaba cerrada al público, al amanecer. Una oportunidad única y muy exclusiva.
Foto: Amaneciendo en Hakuba47. Fidel Alonso
Dicho y hecho, un taxi nos estaba recogiendo a las 06:15 de la mañana con un amable conductor que llegó de forma puntual. En la cultura japonesa es muy observada la puntualidad y muy mal visto si llegas tarde, así que cumple y sé puntual.
Todavía era noche pero ya estábamos a pies del telecabina. Mientras subíamos por el “huevo” pudimos ver como el sol comenzaba a despertar con unos tímidos rayos de luz que creaban un aura como queriendo romper a llenar de luz todo. Imponente se mostraba ante nosotros los trampolines de esquí de los ya mencionados JJOO que te dejan boquiabierto, me rio yo de los Big Jumos de park. El día se presentaba espectacular. Al llegar nos mostraron el imponente snowpark con una máquina que estaba fresando todas y cada una de las líneas para que todo estuviera crema desde primera hora de la mañana. Con lo que olvida saltos con recepciones de hielo, rampas con huellas y cosas por el estilo. Un park peinado que daba pena hasta pisarlo. A esto únele mucho frío y sol, cada derrape antes de un módulo se convertía en una gozada.
Foto: Vistas del park en Hakuba47
Maeda San muy amablemente se acercó a decirme que disfrutáramos del snowpark mientras el equipo de shapers terminaban su trabajo y de paso la Pisten Bully (máquina pisanieves) terminaba de dejar listo el Half Pipe, ya que me habían permitido que ripase el medio tubo de forma privada antes de abrirlo al público. Así que la gente que iba llegando se acercaban a mirar mientras estuvimos sacando unas cuantas imágenes. Me sentía como una hormiguita mirando a ambos lados para pedir turno como en cualquier otro Pipe, ya que muy raramente te las ves sólo en un tubo tan perfecto.
Foto: Disfrutando el Half Pipe de Hakuba47. Fidel Alonso
Estoy muy orgulloso del trabajo impecable que se hace en mi estación donde soy local (Vallnord, Andorra) ya que pocos snowparks presentan una calidad y un cuidado como el que hace el equipo de ASP, pero puedo decir que los shapers de Hakuba 47 son perfectamente de la misma familia. Un trabajo de libro, perfecto. Rampas suaves impolutas, distancias correctas, parábolas medidas con escuadra y cartabón, rails y cajones con sentido común correctamente ubicados. De verdad que nos quedamos flipados. Accesible para todos los niveles y con nobleza absoluta a la hora de probar cada rampa donde el límite lo pones tú.
Foto: Jump en el park de Hakuba47
Había una línea Pro compuesta por un Big de unos 17m de plano, seguido de otro de unos 15m que continuaba con un cajón plano y alto ubicado en una meseta y gap tocho. A continuación mini quarter y un mega bidón de unos 8m de ancho que servía de transfer para truquear o marcarte unos hand-plants. Aquí enlazabas con rails en bajada recto y kink bajada-plano-bajada de tubo.
La zona de nivel medio constaba de 4 lomas seguidas con 4 saltos a modo de fun-box super divertidos y donde vuelas lo que tú quieras. Ideal para coger confianza, aprender a rotar o calentar. Después tenías diversas opciones de jibbing con cajones planos, rails de tubo rectos y bajitos, cajón plano bajada grande, rail en bajada y por último una “teta” de nieve alta donde finalizar tu ronda inventando algún truco.
Foto: Backside Lipes en Hakuba47 snowpark. Fidel Alonso
Además del mega Pipe había en el lateral del snowpark un mini boardercross con una bajada divertida unida a una serie de dubbies y mesetas. ¿Qué más se puede pedir?
Una vez satisfechos nos fuimos a por un buen desayuno con delicias de la cocina japonesa y unas bebidas de ciertos colores, llamémoslo, diferentes. El resto de la estación es una pasada. Maeda San nos advirtió y dejó bien claro sobre la imposibilidad de surfear fuera de pista en una serie de lugares donde además pone bien claro “prohibido pasar”. Zonas llenas de powder que al verlas se te caía la baba y donde casualmente no veías ninguna huella previa. Más allá de peligro de avalanchas o zona peligrosa, que en algunas partes son claramente la razón, además existen creencias culturales.
Por un lado muestran un gran respeto por la naturaleza y el medio teniendo delimitadas ciertas zonas con cuerdas y balizas con indicaciones de no pasar como os comentaba. Con esto protegen la naturaleza de la penetración del humano en los bosques dejando así intacto el parque natural. Una simple pisada sobre la hierba ya es destrucción de dicha naturaleza viva por tanto así lo mantienen virgen. La creencia religiosa-cultural se añade a esto basándose en el descanso de las almas y espíritus en el tan ansiado bosque lleno de powder, con lo que nadie debe introducirse y perturbar la estabilidad existente. Por supuesto, respetamos profundamente la cultura y de hecho pudimos disfrutar de los relatos.
Foto: El powder de Japón
En otras partes sí accesibles, simplemente te avisan con indicaciones de que te estás adentrando en una zona de riesgo de fuera de pista y sin acceso de posible ayuda de los ski patrols en caso de emergencia.
- HAKUBA GORYU - Volviendo a la estación, volvimos a sentir el powder seco bajo nuestros pies además de los giros interminables por las largas y anchas pistas. Una de estas “autopistas” nos llevó a la estación Hakuba Goryu que está justo al lado y a la que puedes acceder enlazando remontes.
Foto: Tito levantando una ola de polvo en pista
Una zona algo más plana pero perfecta para principiantes o para relajarte con giros suaves y largos además de unos cuantos módulos de freestyle al final de la pista principal.
Para acabar el día nos montamos en otro de los telecabinas que nos llevarían a la cafetería con vistas panorámicas de 360º en su terraza tras subir unas cuantas escaleras. Respirar el aire con esas condiciones es algo inigualable.
- HAKUBA CORTINA - Desde que llegamos no paramos de oír hablar sobre las magníficas condiciones de powder que ofrecía otra estación que estaba a tan sólo 35 min., Hakuba Cortina.
Foto: De camino a Hakuba Cortina
El día se presentó nublado y nevando pero a diferencia de cualquier otro lugar, la sensación de ridear aquí con esas condiciones no deja de ser otra experiencia más.
Descubrimos una imponente estación que parecía haber sido creada por y para el freeride entre árboles, en este caso totalmente permitido excepto –como era habitual – en algunas zonas en concreto donde aparecían las indicaciones de prohibido pasar o peligro grave de avalanchas. Descensos con mucha pendiente y una calidad de nieve polvo suprema.
Foto: Rideando los árboles en Hakuba Cortina. Fidel Alonso
Después de quemar las piernas con subidas continuas en el telesilla silla – el cual nos dejaba con acceso a mil opciones diferentes de powder sin tener que caminar - decidimos hacer un stop y comer al final del día y posteriormente poner rumbo de vuelta a Happo- One con una sonrisa en nuestras caras.
Foto: Japow! Hakuba Cortina Fidel Alonso
- TERMAS, APRESKI Y OCIO - Una de las cosas más conocidas en la cultura japonesa son los llamados Onsen, los baños tradicionales japonés. El Onsen consiste en termas naturales con aguas de procedencia de actividad volcánica a altas temperaturas que ayudan a relajar los músculos además de tener beneficios curativos y medicinales. En la montaña hay numerosos de estos Onsen donde es habitual ver a los monos bañándose en ellos durante el invierno, aunque lo más común son los Onsen “urbanos” -por llamarlos de algún modo- y que consiste en casas de baños que ofrecen las comodidades que normalmente no encontrarás en uno natural como son duchas, vestuario, secador, etc.
Por norma general los Onsen están separados para hombres y mujeres ya que se accede completamente desnudo like a champion. Conociéndome mis dos compañeros, se pensaban que era una broma más que les estaba gastando cuando les dije que había que entrar en pelotas. Yo también me lo hubiera pensado dos veces sabiendo lo simpático que soy en algunos momentos, pero en este caso no mentía.
Nuestra querida anfitriona Nalini San - Directora de Marketing y Ventas – nos había reservado de forma privada una sesión en un Onsen natural en la montaña a sólo 15 minutos de Happo-One y de forma muy exclusiva. Previamente nos llevó a comprar unas bebidas para disfrutarlas en el agua mientras las dejábamos en la nieve que rodea el Onsen para mantenerlas frías. Nos comentó que eramos los primeros de la temporada en acceder y era tan notorio que incluso un fotógrafo local vino a sacarnos unas fotos para el periódico del día siguiente. Fue sencillamente mágico estar rodeado de nieve en ese jacuzzi natural en plena montaña. Irrepetible.
Foto: Disfrutando del Onsen en Happo-One
El apréski en toda la zona es algo muy común ya que entre otras cosas hay mucho turismo australiano y estos no se quedan en casa echándose la siesta. Nosotros teníamos una buena ruta comenzando en nuestro hotel donde comíamos y tomábamos algo mientras el sol aguantaba, más tarde tocaba cambio de ropa y directos a uno de estos baños donde pasábamos cada día una horita y media al menos.
Una de las normas es ducharse antes de entrar en la piscina de agua muy caliente. Existe una zona estilo “tocador” con espejo y banquetas donde te sientas como Dios te trajo al mundo y te duchas a la vez que te echas por encima cuencos llenos de agua caliente. A la misma vez arreglas el país con tus dos compis que están sentados a tu lado y te relajas hablando de la vida. Una vez que estás limpito y arrugado como una pasa, te acercas al jacuzzi, la piscina del agua que arde, más ducha, sauna, etc. Resumen, uno de nosotros ya ha comprado una banqueta dispuesto a gastar agua en la ducha de su casa, y los otros dos lo tenemos claro. Cuando vengáis a Japón y probéis esto ¡también querréis una!
Al acabar nos pasábamos por uno de los concurridos bares donde el primer día nos explicaron lo que era la típica caña (cerveza). Una descomunal jarra de aprox. 1l. para cada uno. Aquí no se andan con tonterías. Videos de snow y esquí de fondo y retransmisión de los Juegos Olímpicos de Invierno … ¿qué casualidad verdad? Los JJOO se celebraban tal y como comenzaba éste artículo aunque en otro lugar ésta vez.
Tito y Busy era fan de un puesto ambulante que había en la calle de un japo auténtico que hacía una especie de croquetas rellenas en una plancha que estaban deliciosas. Busy tenía que pasar cada día Sí o Sí, era un adicto a éste manjar.
Foto: Las famosas croquetillas
El resto de la tarde noche nos la pasábamos acudiendo a conocer los restaurantes locales y posteriormente a algunos de los bares nocturnos donde compartir vida social con su amable gente. Partida de dardos incluida por supuesto (ojo que los japos juegan mucho!). Cuando brindes con ellos puedes decir: Kanpai! (salud!), pero eso sí, no digas lo típico de algunos españoles de “chin-chin” pues en japo puede ser entendido como lo mismo que cantaba Leonardo Dantes en aquella famosa canción: “tiene nombres mil…” (el que no lo pille que tire de Google, y que ponga el vídeo de Dantes por favor!)
El último día que pasé en Happo-One visité el precioso museo a manos de nuestra querida anfitriona Nalini Phadtare y me enseñó el lugar donde reside gran parte de la historia local sobre la cultura, el inicio del esquí en Hakuba, todos los recuerdos y detalles de los JJOO de Nagano y un sinfín de curiosidades cargadas de magia. Me maravilló ver cómo pisaban las pistas de forma manual en los inicios del esquí, entonces no había máquinas pisanieves...
Foto: La máquina pisanieves manual...
Foto: Maquinistas pisando con la "Pisten Bully"......
Uno de los detalles que más me sorprendieron es que los austríacos fueron los primeros en bautizar e impulsar el esquí de ésta preciosa zona. Mucho tiempo atrás, estos europeos con ganas de conocer nuevas montañas que escalar y descender, fueron pioneros en llegar aquí junto a los locales de Nagano en esquiarlas y en mostrarles el deporte del esquí como tal. Hoy por hoy, mantienen una bonita hermandad con una pequeña localidad de Austria de donde vinieron estos pioneros y con los que intercambian visitas cada año.
- TEMPORAL DE NIEVE, CAOS Y CASI LIADA PARDA - Para finiquitar este reportaje os contaré la odisea que vivimos “gracias” al temporal de nieve que azotó Japón durante nuestra estancia. El mayor temporal en 45 años en este país, casi nada. El temporal dejó 12 muertos por diversas causas, multitud de heridos, un choque de trenes, 350 vuelos cancelados, carreteras cortadas, transportes (todos) cancelados… muy serio el tema.
Durante toda nuestra estancia no parábamos de recibir nieve, y venga más nieve, en resumen algo cojonudo obvio, powder fresco cada día prácticamente. Pero claro, el día que quisimos abandonar el complejo de montaña y dirigirnos a Tokio para pasar un día de turismo y al día siguiente volver a nuestro hogar en España, el tema se puso feo en su momento más álgido.
El día anterior de salir ya había rumores pero no se pensaba que fuera a ser el tema tan jevi. Así que nos aconsejaron que saliéramos muy pronto ya que muy probablemente se cortarían las carreteras e incluso algunos trenes…
Cogimos el bus directo que nos llevaría de Happo-One a Nagano y siempre con una salvajada de nieve sobre la carretera, siempre abriendo huella durante todo el trayecto. Aquí están super preparados para esto, pero en este caso, la situación era caótica. A mitad del camino nos encontramos con que un alud había enterrado la carretera con lo que el conductor fue avisado y por suerte nos pudo apear en un mítico “7Eleven”. Después de una parada simpática en la que unas excavadoras retiraban la nieve reanudamos nuestro camino de nuevo. Posteriormente nos dijeron que fuimos de los pocos en salir de Happo-One pues la carretera se cortaría más tarde.
Foto: Alud cortando la carretera
Foto: Stop obligado en el 7Eleven. Fidel Alonso
Nevaba cada vez más fuerte, el paquetón que había en las calles y en la propia carretera era completamente irrisorio. Una vez que llegamos a Nagano para coger nuestro tren dirección Tokio nos encontramos con colas y colas de gente y un ambiente de ligera tensión. Los trenes bala y las demás líneas férreas habían sido canceladas durante todo el día y hasta el día siguiente de momento. El problema ya no era llegar a nuestro hotel en Narita (Aeropuerto) para dejar las maletas e irnos a Tokio para hacer turismo, sino que el problema era el sólo hecho de llegar y salir del país al día siguiente en nuestro vuelo.
Nos confirmaron que nada de trenes durante todo el día y que por la mañana ya se vería… con lo que empezamos a buscar alternativas. Autovías y carreteras cortadas con lo que nada de Buses y Taxis. Y me refiero a carreteras desde la propia ciudad de Nagano, ya no hablo de puertos de montaña. Salías a la calle y veías los coches en los semáforos intentando deslizarse por un tremendo paquete de nieve descomunal. Con lo que no teníamos opción alguna de salir de allí ni de llegar a nuestro destino en el hotel del aeropuerto.
Foto: Las líneas de tren colapsadas de nieve
Conocimos a un español (el único durante nuestra estancia), Carlos, muy buena gente y de Madrid que estaba con su mujer y buscando soluciones al igual nosotros. Ellos volaban a su hogar en Australia y tenían el mismo marrón que nosotros dado que todos veníamos desde la misma estación de esquí. Hicimos un grupito juntos pensando en qué hacer y mientras tanto nos resguardamos del intenso frío en una sala dentro de la estación para darle al coco.
Viendo la factible posibilidad de perder nuestros vuelos pensamos en el paso siguiente, buscar un lugar donde pasar la noche. Ni una sola cama disponible en ningún sólo hotel. Había miles de personas con el mismo problema que nosotros atrapados allí, así que todo estaba absolutamente desbordado. Para colmo en la estación nos dicen que allí cierran por la tarde y no se puede quedar nadie dentro, aunque más tarde se vieron obligados a habilitar un tren como “hotel” por una noche aportando mantas y almohadas ya que sino la gente tendría que dormir ¿en la calle? El tema era bastante tenso.
Así que me eché a la calle con Carlos a buscar algún lugar mientras Tito llamaba a la embajada española en Japón para que le aportaran posibles soluciones como la de intentar alquilar un “karaoke box” y poder pasar la noche al menos. O eso o ir a la biblioteca pública que abre por las noches. En Japón puedes encontrar en cada esquina locales y comercios con ésta oferta de entrenamiento en la que los japoneses son mega fanáticos. Alquilas por horas una habitación de karaoke de forma privada donde tienes sofás, comida, bebida, etc. Así que dentro de lo malo no era una descabellada idea.
Finalmente y con más suerte que gloria, acudimos a un gran hotel que había justo al lado de la estación, y después de hablar con un responsable durante un rato explicarle la situación nos facilitó finalmente dos habitaciones para los cinco y nos solucionó la papeleta. Eso sí, nos tocó patear Nagano buscando previamente otras soluciones y preguntando en hoteles. O eso o acampábamos en el lobby de uno de los hoteles, lo teníamos claro.
Foto: Nagano intentando volver a la normalidad
A las 6 de la mañana iniciamos la que sería una batalla por entrar en el primer tren de la mañana y que iba hacia el aeropuerto, aún sin tener la certeza de que saldría. Después de horas de espera y retrasos nos comunican que el tren sale. Menos mal que estuvimos listos y que la picaresca española nos hizo organizarnos estratégicamente para acceder a uno de los vagones con prisa y enérgicamente, no había otra forma. Conseguimos aún no sé como tres asientos y meter las maletas, ya que pocos segundos después los vagones estaban colapsados de gente y mucha otra se quedo fuera porque físicamente no cabían.
Un trayecto de algo más de dos horas con gente de pie sin poder apenas dar un paso, fue tremendo, aunque dentro de lo malo, estaban viajando a su destino.
Nuestro vuelo salía a las 11:45 de la mañana y sabíamos de sobra que ni de lejos íbamos a conseguir llegar así que ya estábamos viendo posibles vuelos posteriores con la duda de que hubiera overbooking y listas de espera de los pasajeros de otros vuelos cancelados, así que el tema pintaba algo feo.
Teníamos que estar en el aeropuerto entre de 2 horas y media a 3 para facturar y pasar los controles de nuestro vuelo intercontinental. Eran las 11:00 y aún no habíamos llegado al aeropuerto. Caminábamos resignados hacia el mostrador de KLM para ver qué opciones teníamos y al final llegamos a las 11:25 de la mañana a dicho punto de información, apenas 20 minutos antes de que despegara nuestro avión. Cuando comenté lo que nos había pasado por el evidente temporal que había sembrado el caos en el país el hombre de KLM (japonés) me dijo que teníamos que llamar a atención al cliente y que allí no podían hacer nada ni podía hablar con nadie, dándome largas sin mayor explicación y sin ofrecerme opciones de algún otro vuelo.
Me sentó fatal y al darme la vuelta para caminar hacia mis compañeros el hombre corriendo salió a mi encuentro con un papel en la mano donde vi mi nombre subrayado con fluorescente y me dijo agitado en un entendible inglés : “¿Es ud. el Sr. Alonso?” Al confirmarle me respondió “Esto es algo especial para ud., por favor a toda prisa pasen sus maletas”. Hubo 2 segundos en que no dábamos crédito, el vuelo despegaría en apenas 15 minutos y ¿nos estaba ofreciendo volar en nuestro avión? ¿hola que tal?
Con cara de estupefactos vimos que un operario corría a nuestro encuentro con un carro para darle nuestras tabas de snowboard, maletas y todo, mientras el otro hombre de KLM hablaba por un walkie dando indicaciones. Y a la voz de “síganme rápido por favor” empezamos una aventura por el aeropuerto digno de ver. Pasando controles evitando todas las colas, corriendo como si lo fueran a prohibir y viendo como ese pequeñito hombre corría como alma que lleva el diablo. Fue algo acojonante.
Con una sudada tremenda finalmente llegamos a la puerta de embarque donde nos abrieron las puertas y pudimos tomar finalmente nuestro vuelo de forma normal. Teníamos una risa nerviosa difícil de explicar. Desde aquí dar las gracias a KLM quiénes enmendaron todas las cagadas que Air France (pertenecen al mismo grupo empresarial) tuvo desgraciadamente y evidentemente toda ésta compensación haría honor bien a las quejas previas que dejé registradas como pasajero Gold de la compañía, bien por la identificación de atleta con un reportaje de prensa por delante o por que simplemente tuvieron sentido común. Igualmente, mi publicidad y recomendación positiva para ellos, gracias por esto y por el vuelo personalizado que nos dieron ya que la amable azafata de nuestra cabina nos estaba esperando a título personal con una bienvenida y muchas atenciones durante todo el trayecto.
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No se requiere nivel alto ni muchísimo menos, sólo ganas de vivir una experiencia única e inolvidable con la mejor nieve del mundo, una cultura fantástica y despreocupándote de cosas como el idioma, el alojamiento, los vuelos, etc. eso déjanoslo a mi equipo y a mi y preocúpate en llevar una cámara de fotos y ¡ganas de ripar!
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Foto: Happo-One
