Muy buenas, ¿qué tal todo?
Espero que el verano os haya sentado bien y empecemos la recta final hasta el invierno con alegría y, por qué no, con algo de "entreno" realizado para afrontar la temporada de esquí.
Después de las vacaciones familiares por Picos de Europa, pude hacer una escapada rápida a Andorra con Txell, con la idea de subir alguna de las cimas más altas del país de los Pirineos.
El pasado año ya hicimos el Comapedrosa, el techo de Andorra y esta vez la idea era encadenar dos bonitos 2900 por el precioso valle del Sorteny.
Como no disponíamos de muchos días, salíamos de casa la misma jornada de hacer la excursión, así que el despertador sonaba a las 5 de la mañana para preparar algo de comida, cargar el coche e ir para Andorra dirección al parquing de la Vall del Sorteny.
Una vez allí, la ruta empieza por una pista forestal en dirección al refugio del Sorteny, pero antes de llegar, pasamos por un pequeño jardín botánico que nos muestra las especies locales.

Después de varios cientos de metros, dejamos la pista para adentrarnos al sendero que nos llevará al refugio, y de allí, para arriba.
El sendero es suave y de buen andar y poco a poco vamos ganando altura.

El paisaje se va volviendo cada vez más bonito, la alta montaña no sé que tiene que me enamora.


El camino es muy agradecido y el paisaje precioso, así que seguimos hacia arriba ganando altura. Pronto veremos el primer objetivo del día, la Collada dels Meners.

El último tramo para alcanzar el collado es algo más empinado, pero nada del otro mundo. Es el paso natural que une los valles del Sorteny y de Ransol, y nos ofrecerá unas maravillosas vistas.


Una vez allí, tenemos a mano izquierda el Pic de la Serrera y a derecha el Estanyó. Nosotros vamos a hacer los dos, pero primero ascenderemos la Serrera, y lo haremos por su arista desde el collado.

Como podéis ver, no tiene ninguna complicación, se tratará sólo de subir a nuestro ritmo ya que la pendiente es buena.


Y tras ganar poco más de 200m de desnivel alcanzamos la cima, el Pic de la Serrera (2912m).
Es un pico que no tiene ninguna complicación, más allá de subir de una tacada algo más de 1100m.

Hay mucha gente que se pregunta por qué nos gusta subir cimas y la verdad es que hay varias respuestas... Estar en un entorno privilegiado, actividad física en la naturaleza, poca gente, aire fresquito y unas vistas escandalosas.


Lograda ya la primera cima del día, ahora teníamos que deshacer un trozo del camino realizado para volver al collado. Allí vendría la parte "complicada", pero tampoco es para tanto, la cresta que une los picos de la Serrera y la Cabaneta, una cresta un poco aérea pero sin complicaciones técnicas.


La verdad es que esa parte de la ruta es muy divertida y nos distrae bastante.
Una vez superada la larga cresta, deberemos subir y cruzar la tartera por un paso que se intuye un poco en la última foto.
Desde lejos parece complicado pero una vez estás allí se sube bien, empinado pero bien. Hasta que llegamos al collado que une la Cabaneta con l'Estanyó, nuestro siguiente objetivo.

Descenderemos un poco para realizar la última subida del día hacia la cima del Estanyó.


Hasta que llegamos a su cumbre, estamos ya en el Pic de l'Estanyó (2915m) y las vistas desde allí son espectaculares. Creo que podemos alcanzar a ver todo Andorra. Podríamos decir que tenemos el País de los Pirineos a nuestros pies.

Salimos y volvimos por el lado de Ordino y en la cima podemos observar a nuestra espalda, las pistas de Soldeu-el Tarter y Grau-Roig.

Y en el otro sentido de la foto podemos ver la Vall del Sorteny y, a la izquierda, el valle que sube hacia Ordino-Arcalís con el Pic Tristaina al fondo.
Tras las fotos de rigor en la cumbre, nos tocará el largo descenso hacia el coche, esta vez pasando por el lago del Estanyó.

En la foto vemos el estany de l'Estanyó, y al fondo en el centro tenemos el Comapedrosa (2942m y techo de Andorra) y a la derecha el Tristaina.

Al llegar al lago aprovechamos para descansar un poquito, comer algo y remojarnos. Aunque estábamos en alta montaña, esos días teníamos la ola de calor en plena Península, así que no nos iría mal una remojadita.
Y después de la parada, seguíamos el descenso.
Siempre hay un ratito para hacer el ganso, jajaja.

Esta zona está muchísimo más transitada, ya que la visita al lago parece que es usual entre los turistas y veraneantes.

Y, como no, al ser un bello lugar con un bonito paseo para llegar hasta el lago, nos encontramos gente que no saben dónde van y parece más bien que estén dando un paseo por la playa.

Está claro que en montaña siempre pueden ocurrir accidentes, torceduras de tobillo, patinazos, etc, pero si vamos bien equipados, la probabilidad se reduce en un porcentaje muy elevado.
Bueno, siguiendo con la ruta, jajaja, dejábamos atrás los prados en altura para adentrarnos en un precioso bosque que ya nos acompañaría hasta el coche.


Al final la excursión salió bien apañada, con unos 16km y 1400m de desnivel por un precioso valle.
Pero la jornada no podía terminar sin hacer una buena hidratación de zumo de cebada y, el lugar escogido sería Sa Terrasseta de nuestros amigos del Mountain Hostel Tarter, a los que conocí este invierno durante el curso de freeride (aquí os dejo el enlace por si os lo perdísteis) organizado por Black Diamond y el nuevo Grandvalira Adventure Center.

Ahora sí que podíamos dar por terminada la completa jornada.
Luego tocaría descansar bien que al día siguiente haríamos un bonus track al que hacía mucho tiempo que le tenía ganas...
Si queréis seguir la ruta, os dejo el enlace de Wikiloc y Strava para que las podáis ver o descargar.
Y como os digo siempre, si queréis saber más...