El fin de semana del 1-2 de Febrero tuve la inmensa suerte de poder participar en el Snow Safety Camp de Grandvalira by Black Diamond del cuál me gustaría explicaros como fue.
Como muchos sabéis, soy un apasionado del esquí y, el fuerapista es algo que me lleva loco, así que ya os podéis imaginar con las ganas que pillé el curso, poder estar un fin de semana entero rodeado de auténticos cracks del alpinismo y el freeride era como un sueño del que aprenderíamos muchísimas cosas.
Toda la semana anterior nervioso y excitado como pocas veces, así que llegaba el viernes al mediodía y para no perder tiempo comía en un plis, cargaba el coche y para Andorra sin más dilación. Quería llegar temprano para evitar las posibles colas de entrada al país de los Pirineos.
El punto de encuentro era El Mountain Hostel del Tarter, siempre me habían hablado maravillas pero nunca había tenido la ocasión de comprobarlo por mi mismo.

Eran las 18h y llegaba allí, presentaciones con Mar y Marc, simpatiquísimos dueños del Hostel. Todavía no había llegado nadie, bueno, estaba Jonatan Larrañaga, uno de los dos excepcionales guías y alpinistas que nos darían el curso (pero que por vergüenza no entré a hablar con él). Así que Mar aprovechó para enseñarme su hogar y hacerme sentir como en casa.


Una vez dejados los trastos en la habitación, sólo podía hacer una cosa...

Esperar delante del fuego...
Hasta que empezaron a llegar algunos participantes y los chicos de Black Diamond, que desembarcaron con varios de los juguetes que podríamos esquiar durante los siguientes días, ni más ni menos que la colección de free-touring de la próxima temporada.

Después de las presentaciones y las charlas, nos fuimos a cenar y a dormir, que los dos próximos días serían muuuy intensos.
Día 1
Nos levantamos y fuimos dirección al Tarter, dónde nos juntaríamos en el Abarset para hacer un buen desayuno.

Zumos, bocadillos variados con excelentes embutidos e incluso vegetales para los más sanos.
Con las pilas recargadas, directos a una sala en el nuevo edificio del telecabina del Tarter, dónde Jonatan Larrañaga nos hizo un briefing de avalanchas y seguridad en montaña, de esos que te ponen la piel de gallina y en los que te planteas el porqué salimos fuera de las pistas, jajajaja, pero claro, hay que explicar bien los riesgos y como minimizarlos.

Cuándo Jonatan acabó de meternos el miedo en el cuerpo (és broma), llegó el turno del siempre alegre y brutal esquiador Jordi Planesas, de Black Diamond, para hacernos una demostración de su mochila con globo de aire en caso de avalancha.


Una vez terminada toda la explicación, nos poníamos las botas, colocábamos pala, sonda y demás trastos en las mochilas Black Diamond que nos obsequiaron a todos los participantes, y para arriba a empezar de verdad.

Normalmente siempre decimos que las primeras bajadas son para calentar, ¿verdad?, Pues se ve que en el camp no, jajajaja, nos fuimos directos a la zona freeride de Encampadana, ideal para empezar.
Esta vez estaba más nervioso de lo normal, el curso parecía potente y yo estrenaba botas de freeride y me calzaba unos esquís de free-touring muy ligeros, así que estaba ansioso por tener sensaciones.


A la que todos llegamos, empezó la charla de David y Alex, responsables del nuevo Grandvalira Adventure Center, los cuáles nos harían de guías por las nuevas zonas freeride la de estación, así como profesores para mejorar la técnica en fuerapistas. Allí nos explicaron las diferentes puertas que han distribuido a lo largo de la estación para poder practicar el esquí fuera de las pistas balizadas de una manera más segura.
Una vez acabaron, era el turno de Jonatan, con el que encenderíamos los DVA y comprobaríamos si emitían bien la señal. Ello lo haríamos en las mismas puertas, ya que hay instalado un sistema para comprobar que todo funcione correctamente.


Con todos los DVA comprobados, iniciábamos el primer descenso del día por la canal central de Encampanada, allí los guías verían el nivel general y decidirían. Y supongo que lo verían bien porque nos metieron por cada lugar... jajajajaja.

Como éramos bastantes, se decidió dividirnos en dos grupos, los que tenían más ganas de encarar el curso en free-touring y los que teníamos más ganas de freeride.
A partir de ese momento empezó lo bueno, esquiar de verdad, esquiar por terreno espectacular, toda la mañana haciendo canales o couloirs (cómo se les llama actualmente).
Eso sí, antes de cada descenso, tanto Marc Toralles (guía de montaña y alpinista) como Alex (responsable y profesor del Grandvalira Adventure Center), nos daban las correctas indicaciones y distintos protocolos a seguir para minimizar riesgos y no sufrir ningún percance, a la vez que saber actuar y dónde colocarnos en caso de avalancha.

De esa mañana no hay muchas fotos ya que faena teníamos en bajar, suerte que Emilio (enorme fotógrafo de Grandvalira) pilló a Edu 110% Ski en plena acción desde el telesilla, pongo también alguna tomada de la cámara en el casco para que os hagáis a la idea de las pendientes en las que nos metían.




Después de varias horas sin parar y con las piernas bastante cargaditas, nos reuníamos los dos grupos para ir a comer, teníamos que coger fuerzas para la tarde.
Un ratito de descanso y otra vez al lío, nos separábamos con los respectivos grupos y luego a hacer taller de nivología, en el que Marc nos explicaría las distintas capas de la nieve, nos enseñaría a distinguirlas y también cuándo es más o menos fácil que estas rompan para provocar ua avalancha. Así como explicaciones para sondear, muy importante saber reconocer lo que se está pinchando para encontrar víctimas en caso de estar sepultadas bajo la nieve.




No os podéis imaginar qué es palear para hacer tal agujero después de comer. Marc nos quiso poner a prueba, jajajaja.
Y mientras nosotros pinchábamos a guantes, palas y algún otro complemento, el otro grupo pinchaba a Manel de Black Diamond...

A la que nos dimos cuenta pasaban ya de las 16.30h, así que recogimos todo el material rápidamente y nos dirigimos hacia la mítica pista Àliga para bajar a la base del Tarter. No os queráis imaginar como la bajamos, pero parecía que nos persiguiera una manada de lobos, jajajajaja.
Abajo dejamos esquís, botas y demás accesorios y nos fuimos para el Hostel.
Allí no disponíamos de mucho tiempo ya que a las 18.30h teníamos cita el el Palau de Gel de Canillo para la presentación de la película Manaslu, ganadora del festival de cine de montaña de Torelló.
Pero aunque el tiempo fuera justo, no pudimos dejar perder la oportunidad de disfrutar de la maravillosa piscina-jacuzzi de agua caliente del Hostel. (De allí no hay fotos que íbamos con poca ropa, jajajaja), pero os diré que me muero por volver a meterme!!!
A las 18.30h estábamos ya puntuales para ver el documental, por cierto, espectacular producción que os recomiendo, aunque para mi gusto, y en general también de todos los que allí estábamos, algo trágica. ¿Porqué no hacen más producciones alegres sobre alpinismo?
A la que terminó, Marc Toralles y Jonatan Larrañaga nos explicaron un poco sus vidas y como es su profesión, que por cierto, la envidio con todas mis fuerzas, pero hay que ser de una pasta especial para poder realizar lo que hacen ellos, yo seguro que no podría.


Con una agenda tan apretada, no podía faltar la cena de rigor, ¿cómo aguantaríamos ese ritmo sin comer? Jajajaja. Así que nos invitaron al Restaurante L'era del Rossell en la Parròquia de Meritxell, dónde comimos de maravilla.



Aquí estamos algunos de los afortunados: Álvaro Urzaiz, Edu de 110% Ski, Ane, Juan de Alta Montaña Magazine, Pol Tarrés, Laura y un servidor y, en la otra foto los capos del Camp que hicieron realidad ese maravilloso fin de semana.

Cena terminada, barrigas llenas y otra vez para el Hostel a dormir que el siguiente día prometía mucho, aunque algunos se quedaron tomando unos refrescos para hacer bien la digestión, jajajaja.
Día 2
Si el primer día del Camp fue memorable, el segundo ya no tubo palabras, la idea era ver alguna de las zonas del Backcountry de la estación y dónde están las puertas de free-touring. Zonas apartadas de los remontes a las que sí accedes desde la estación, pero para ir o volver toca poner pieles de foca en los esquís o splits y andar un poco, peeerooooo, a nosotros nos tenían preparada una sorpresa, quién dice pieles para andar, dice ratrac para remolcarnos, si si, eso parecía un deja vu de algunos días atrás en Port del Comte, la historia se repetía!!, pero ahora no con niebla y nevando, sino con un solazo de justicia y una muy buena grupeta llena de risas, alegría y mucho esquí en las piernas.
Volvíamos a desayunar en el Abarset y sin perder tiempo nos cambiábamos y subíamos a la zona alta de Encampanada, dónde volveríamos a las explicaciones del DVA y comprobar que todos lo lleváramos encendido.

Una vez realizado esto... a esquiar el backcountry


El primer descenso lo realizamos con nieve durita pero que se dejaba hacer, pero a la que le fue tocando el sol eso se convirtió en el cielo.
En lugar de describir como fue la mañana os pongo algunas fotos para que os hagáis una idea...








El taxi que teníamos ese día era de lo más bonito, incluso no lo tenías que parar levantando la mano, sino que ya nos esperaba en cada bajada.




Como estábamos sufriendo tanto, los guías decidieron que era momento de ir a comer, ya que luego deberíamos hacer otros talleres de búsqueda de víctimas de avalanchas, sondeo y paleo para desenterrar a las víctimas, así que tocaba algo de descanso antes de seguir aprendiendo.

Mal tampoco no estábamos, pero se hacía tarde y teníamos que seguir aprendiendo.


Tras las explicaciones y demostraciones, nos tocaba a nosotros encontrar una mochila enterrada en la nieve.


Cuándo todos habíamos encontrado a la víctima (mochila) llegó el momento de poner en práctica la técnica de paleo que nos había explicado Marc.

Hasta que conseguimos sacarla.

El "rescate" lo hicimos con éxito de rapidez, pero fue un momento triste, ya que indicaba que el curso, y por ende el gran fin de semana había terminado.
Aunque la experiencia de los dos días ha sido para recordar, de esas que no se olvidan, me gustaría hacer una pequeña reflexión que espero que llegue a la consciencia de todos a los que nos gusta salir fuerapistas.
Muchas veces después de una gran nevada somos muchos que estamos como locos por pillar powder y hacer las primeras líneas en la montaña, pero debemos ser muy conscientes del peligro que ello conlleva. No soy yo quién os va a explicar todos esos peligros ya que no tengo la formación necesaria para hacerlo, pero os recomiendo que os apuntéis a cursos de seguridad en montaña y que de vez en cuándo os forméis un poco ya que unas pequeñas explicaciones nos pueden salvar la vida.
Me gustaría terminar dando las gracias a Grandvalira y Black Diamond por hacernos partícipes de esta magnífica experiencia. También agradecer a Marc Torella y Jonatan Larrañaga por enseñarnos parte de su sabiduría y a David y Alex del Grandvalira Adventure Center que nos han hecho mejores esquiadores mejorándonos la técnica a la vez que nos revelaron unos spots que seguro que repetiremos cuándo volvamos a Grandvalira.
Mención aparte también a TODOS los participantes, muy buena gente, excelentes esquiadores y con los que se ha creado una bonita amistad.
No me quiero olvidar tampoco de Emilio por esas bonitas fotos, ni de Arnau ni Pol Tarrés que también nos han hecho unas fotos de escándalo, juntamente con las recopiladas entre todos los participantes.
No las he puesto todas, pero es que es imposible con tantas que nos hicimos e hicieron.


Y como siempre...