Como muchos sabéis, el verano es la época que aprovecho para subir algunas cimas de nuestro querido Pirineo.
En esta ocasión, a parte de ir con Txell, se unirían a la escapada Jordi y Jota de los SkiPowderLovers, muy buenos amigos con los que no sólo compartimos jornadas en invierno, sino que lo hacemos también en las otras estaciones.
Una cima a la que tenía muchas ganas por la belleza del paisaje y que no había tenido ocasión de subir era el Pic Carlit, la cima más alta del Pirineo Oriental situada en la vertiente francesa, así que iríamos a por ella,
La jornada empezaba muy temprano, el despertador sonaba a las 5 de la mañana, preparábamos los bocadillos y bebida y nos desplazábamos hasta el camping de Berga, punto de encuentro con Jordi y Jota para subir en el mismo coche y así compartir gastos de combustible y peaje del túnel del Cadí.
En verano, la carretera que sube hasta la presa del lago de Les Bouillouses está cerrada de 7 de la mañana a 7 de la tarde, así que la mejor opción es dejar el coche el Pla de Barres y coger una navette que por 5€ por persona, te sube al inicio del lago, desde dónde empezará la ruta, y así lo hicimos nosotros.
A las 8h en punto de la mañana empezábamos a andar.
La ruta empieza desde el lago, del cual en la segunda foto vemos al fondo el Pic Peric y el Peric Petit, dos picos también emblemáticos de la zona, pero los dejaremos para otro día, nuestro objetivo era el Carlit.
El recorrido es espectacular paisajísticamente hablando, la zona está en un enclave maravilloso lleno de lagos y con unas vistas preciosas, y como veis en las anteriores fotos, todo muy bien señalizado.
Durante los primeros kilómetros de la escapada, el sendero va ganando altura poco a poco y nos permite calentar bien.
Al terminar la zona boscosa, aprovecho para hacer una panorámica de los últimos grandes lagos.
Llegamos al punto dónde vemos el objetivo del día, junto con un letrero que nos indica que a partir de allí la ruta se complica y avisa a senderistas poco habituados a rutas de alta montaña.
Empezaremos una subida algo más pronunciada cruzando el llamado desierto del Carlit, terreno casi sin vegetación y bastante descompuesto, pero con un sendero bien marcado.
Tras cruzar el desierto, llegamos a uno de los puntos más bonitos del día.
Ver este pequeño lago con un buen nevero a finales de Julio no tiene precio.
Aquí empezaba la ruta de alta montaña de verdad, la zona más divertida de la excursión.
Y zona en la que empiezan las grimpadas.
Realmente no es complicado, hay que ir con algo de cuidado porque tendremos que superar muchos metros de desnivel grimpando entre rocas, pero todos son pasos de I, cómo máximo de II.
Hasta que llegamos a la cima, con la selfie de rigor, jajajaja.
Allí estuvimos un buen rato disfrutando de las vistas ya que la temperatura era muy agradable.
Des de lo alto, veíamos la montaña de la Tosa con Masella y Molina a sus pies y al norte también la estación de Porté-Puymorens.
Des de la cima también vemos el Lac de Lanós, considerado el más grande de la vertiente norte del Pirineo.
Tampoco podía faltar la típica foto haciendo el tonto en honor a Xavi, un amigo del grupo, y con vistas a los lagos.
Tras el descanso y las fotos, tocaba empezar a bajar, tocaba destrepar las grimpadas.
Hasta llegar al punto dónde el camino era más fácil de bajar. En esas zonas, habitualmente nos gusta bajar corriendo a ratos, así le damos algo más de adrenalina al cuerpo, jajaja.
¿Os acordáis del lago del que decía que era uno de los puntos más bonitos del lugar?
Pues allí había una buena lengua de nieve que caía sobre el lago y dónde Jota tubo alguna que otra idea...
Primero un servidor catando el manto níveo para que Jota hiciera el descenso del día...
Fueron momentos muy divertidos, tanto para nosotros cómo para la gente que estaba al lado del lago, jajajaja.
Con Jota vestido otra vez, seguimos el descenso y después de cruzar el desierto escucho gritar mi nombre, estamos todos juntos, ¿quién me ha visto por aquí perdido?
Nada más y nada menos que un buen amigo y compañero de algunas aventuras del pueblo, al final el mundo es un pañuelo.
Y todos juntos emprendemos la bajada, pero no sin antes parar a remojar los pies en uno de los lagos. Sólo remojar los pies, que el agua glaciar está muy fría y no somos lo suficiente valientes.
Tras el pequeño refresco, seguíamos bajando, esta vez por un lugar distinto al de subida, así nos deleitaríamos con las vistas de otros lagos que no habíamos cruzado durante el ascenso.
Cómo podéis ver, el paisaje es sublime, no es el blanco del invierno, pero los colores vivos del verano lo hacen un lugar mágico.
No podemos parar de captar instantáneas del lugar.
Al llegar casi abajo, observamos también la parte norte de la estación de esquí Font-Romeu, la que sería la zona de Pyrenees 2000.
No podemos alejarnos nunca de nuestras estaciones de esquí, jajajaja. En este recorrido hemos podido observar 4 de ellas.
Hasta que después de varias horas andando, llegamos otra vez a la presa del lago de Les Bouillouses, desde dónde habíamos partido inicialmente.
Como habéis podido ver en todas las fotos, la zona es maravillosa y se puede ir perfectamente en familia sólo para dar paseos por los lagos o para subir al Carlit u otras cimas de la zona.
Si queremos hacer las cimas, es necesario tener conocimientos de alta montaña y estar acostumbrado a ellas, ya que en diversas zonas tendremos que hacer pequeñas grimpadas.
Espero que os haya gustado esta bonita excursión y os animo a que conozcáis la zona y, para ello, os dejo el enlace de la ruta tanto en Wikiloc como en Strava.