Entre la comunidad esquiadora sabemos de la importancia de las botas para tener buenas jornadas de esquí y no jornadas que sean auténticas pesadillas.
Muchas veces, los nóveles piensan en comprar antes los esquís que las botas, cuándo lo realmente clave para disfrutar de este deporte, es llevar unas botas perfectamente ajustadas a nuestro pie, que no duelan y que transmitan todos los movimientos directamente al esquí.
Los que hace tiempo que esquiamos sabemos perfectamente de su importancia pero, ¿acertamos siempre nuestra elección?
Las hay más anchas, más estrechas, más o menos duras, unisex o específicas para el sexo femenino, más o menos calientes e incluso algunas con calefacción. Hay muchos modelos para distintos tipos de morfología de pie y de pierna.
Este invierno, tras varios años de alegrías, a las mías les llegaba la jubilación y tocaba renovarlas. Era el momento de acudir a las manos de un buen profesional.
Una marca que a mi pie le gusta mucho es Lange, así que me dirigí a una tienda que trabajan muy bien esta marca, la tienda PerTot en la base de Masella, la verdad es que no me queda muy a mano por dónde me suelo mover, pero por unas buenas botas merece la pena cambiar de aires.

Me habían hablado muy bien de Jordi Ventura, gran bootfitter, así que sin conocerle de nada decido ponerme en sus manos.
Como he usado muchos años la marca, sabía perfectamente lo que quería, pero tocaba probar para saber si a mis pies les seguían gustando.
La idea eran unas botas duras y estrechitas, las Lange RS130 o las Lange RS130 Wide (horma un poco más ancha).
Primero de todo, lo que haríamos sería tomar medidas de mi pie, tanto de largo como de ancho.

Una vez las teníamos claras, tocaba probar los distintos modelos antes mencionados.
Tengo una pierna, tobillos y talón delgados y estrechos, pero la zona de los metatarsos es algo más ancha, y tras varios quita y pon entre los dos modelos que tenía en mente y que mejor se adaptaban a mis pies, me decido por las Lange RS130 normales, no las wide.

Las RS130 son perfectas para casi todo mi pie y pierna, pero de delante me las noto un poco estrechitas y aquí es dónde interviene la mano del bootfitter, en este caso Jordi Ventura, y me dice que esté tranquilo que ese pequeño "pero" se arregla.
Saca los botines de la carcasa y se los lleva par el horno, me dice que allí van a estar un buen rato a 80º centígrados.

Mientras los botines se calientan bien, Jordi aparece con unos gruesos para adaptar el botín a mi pie.

La única zona que debíamos mejorar era la parte lateral delantera, pero ya puestos, adaptaríamos todo el botín a mis pies, si el ajuste era muy bueno, ahora sería perfecto!!

Ahora venía lo peor, ponerse los calcetines, colocar los botines en las carcasas y el pie para dentro, si si, como leéis, meter el pie dentro de la bota con todo eso es tarea complicada.
Si las botas ya son estrechas de por sí, imaginaros con todos esos gruesos, ciertamente es un rato de sufrimiento, unos 20-30 minutos en los que tus pies no existen, pero ¿qué son 20-30 minutos cuándo los botines tendrán la forma de tus pies?
Pasados esos minutos, sacaba los pies de las botas y me quitaba todos esos parches, madre mía qué alivio!!
Luego Jordi me dijo, vete a esquiar un rato a ver qué tal notas la adaptación, y en un par de horas vuelves y me cuentas.
Realmente es una suerte hacer esto en una tienda al lado de las pistas, puedes comprobar in situ lo que te están haciendo.
Así que me fui al coche a por los esquís y a esquiar un ratito.
Las sensaciones eran muy buenas, la caña estaba perfectamente cogida a mi pierna, los tobillos como si tuviera un guante en ellos y parece que la zona delicada se sentía bien. Pero al cabo de un par de horas, notaba una ligera presión en los laterales externos de los metatarsos.
Como me había dicho Jordi, vuelvo a la tienda y se lo cuento, sus palabras fueron:
- No te preocupes que esto lo soluciono en un ratito, quítate las botas y me las das.
Dicho y hecho, se las doy y me dice que le acompañe para que vea lo que va a hacer. Me va a ensanchar un poco (muy poco) la zona de la carcasa para que mis pies estén perfectos en ella.

Cogió las botas y las preparó en una especie de torno/prensa con unos gruesos dentro, exactamente en la zona dónde notaba la ligera presión.

Aquí ya había apretado el torno con los gruesos dentro y le aplicaba calor para ayudar a ensanchar la carcasa justo en la zona que lo requería.
Al rato, después de ir generando presión y calor a lo largo del lateral, venía la hora de la verdad, la hora de comprobar si sus manos habían hecho magia, y ¿qué mejor manera de hacerlo con lo que para mí sería un conjunto ideal?

Con un buen SL veremos si estamos cómodos con ellas y si transmitimos bien. Por cierto, pronto tendremos review de este Dynastar SL Master.
Sin desviarnos del tema, puedo decir que las manos de Jordi fueron mágicas, botas perfectas para mis pies.
Después de ver toda la mano que hay detrás de deformar una bota para que sea como un guante, sólo me queda aconsejaros que acudáis a tiendas especializadas dónde os puedan atender y ayudar a encontrar vuestra bota ideal.
Ya se que la red es muy golosa y hay muchas ofertas (aunque en tiendas también), pero lo que nunca nos va a ofrecer Internet es el servicio, muy importante, de personalización de botas, así como el asesoramiento de cuál será la mejor para nosotros y nuestros pies.