Como viene siendo tradición nos gusta empezar el año esquiando, así que el día 31 de Diciembre hacemos una cena algo distinta a las habituales y sustituimos las uvas de las 12 de la noche por 12 conguitos a las 21h.
De esta manera, celebramos nuestro particular fin de año sin perder horas de sueño para tener fuerzas al día siguiente.
No se si habéis esquiado alguna vez el día 1 de Enero, pero es realmente una gozada. Estar deslizando por pistas completamente vacías en un día festivo de Navidades no tiene precio.
A las 9 en punto de la mañana estamos en taquillas de Port del Comte sacando los forfaits, nadie en la cola.
Un estupendo y soleado día nos recibe para poder disfrutar de la primera jornada del año, un bluebird day como dirían al otro lado del charco. No sé si se puede pedir más...
Las niñas, como ya empiezan a ir cada vez mejor, quieren ir a sus anchas, pero llegamos a un acuerdo, durante la mitad de la pista jugaremos a seguir al rey y, en la otra mitad, va a ser esquí libre para que hagan lo que les de la gana. Puede ser una buena manera de enseñarlas y que a la vez se lo pasen bien.
Hay que decir que también se pelean por ser la primera, jajaja
Como se ve en la imagen, hay tantísima gente en pistas que se hace muy difícil esquiar.
Las bajadas se suceden sin cansancio alguno, se nota que están disfrutando de lo lindo.
Sobre las 12h del mediodía, el hambre empieza a hacer acto de presencia en las peques de la casa, así que haremos paradita en la terraza de El Sucre para reponer fuerzas a base de bocadillos y unas merecidas patatas fritas con mayonesa y ketchup.
Se estaba tan bien en la terracita que daban ganas de coger una tumbona y tumbarse allí a hacer una buena siesta, pero, ¿vinimos a esquiar, no?
Para variar, Fiona súper alegre y Valentina haciendo el mono, jajaja.
Si las dejo solas desde arriba se me escapan, jajaja, así que toca jugar otra vez a seguir al rey como mínimo hasta media pista.
Ni a primera hora, ni a media mañana ni al mediodía encontramos gente, algunos estamos, pero tan pocos que casi ni nos vemos.
Txell no es muy amiga de las fotos, pero no se escapó de esta instantánea cuando estaba gozando de la pista Orri para ella sola.
Entre vídeo y vídeo, es bueno que vayamos recordando a las peques que cuándo nos paramos en pistas, es importante e imprescindible hacerlo en los bordes ya que así no molestarán a nadie ni se pondrán en peligro.
Al final, sobre las 14.30h decidimos dar por terminada la magnífica jornada e irnos para casa.
Recordar que entre semana disfrutamos de 22kms de pistas en general en muy buen estado, algunas piedrecitas pequeñas en partes bajas y con una calidad de nieve dura-primavera, sin llegar a ser dura de verdad ni cremita al mediodía.
Como se puede apreciar en algunas fotos, se levanta un buen polvo entre giro y giro.