
El esquí es una actividad emocionante y llena de momentos intensos y, como cualquier deporte al aire libre, puede conllevar ciertos incidentes. En La Molina están preparados para ofrecer una respuesta rápida y eficaz cuando sea necesario, gracias al centro médico situado a pie del Telecabina Cadí-Moixeró. Este espacio, que funciona como un pequeño hospital de urgencias de montaña, es una pieza clave para garantizar la tranquilidad y la seguridad de los esquiadores. Hemos entrado en el centro para descubrir cómo trabaja el equipo que, cada día, vela por el bienestar de los esquiadores.
El esquí y el snowboard son deportes sociales y activos, ideales para compartir en grupo y disfrutar de la naturaleza. Como en cualquier actividad física, pueden surgir incidentes puntuales como caídas o colisiones. Para garantizar una respuesta rápida y eficaz, todas las estaciones de esquí cuentan con un dispositivo de atención médica. En La Molina, este servicio es un referente en Cataluña por su organización, equipamiento y, sobre todo, por la calidad humana y profesional de su equipo.

Los primeros en llegar: el papel esencial de los pisters
Los pisters son la primera línea de intervención ante cualquier incidente en pista. Formados en primeros auxilios y rescate de montaña, son los primeros en valorar el estado del herido y actuar con rapidez. Ya sea con camilla, moto de nieve o coordinando la llegada de una ambulancia, son quienes garantizan que el esquiador o visitante llegue al centro médico con la máxima seguridad.
Eric Juaranz, pister con cinco años de experiencia, explica que “cuando nos avisan desde el control central, somos los primeros en llegar. Tenemos que tomar decisiones rápidas y acertadas. Somos el enlace directo entre lo que ocurre en la pista y el equipo médico.” Su trabajo a menudo es invisible, pero es decisivo. Sin su rapidez y capacidad de reacción, el engranaje sanitario no funcionaría con la misma eficacia.

Un centro médico altamente preparado
Una vez en el centro, situado junto al Telecabina Cadí-Moixeró, el esquiador recibe una atención rápida y profesional. El centro funciona como un pequeño hospital de montaña, con médico, enfermera y equipamiento para realizar radiografías, ecografías y atender urgencias traumáticas.
El centro médico depende de la Fundació Hospital de Puigcerdà, lo que garantiza una gestión profesional, una atención coordinada con la red sanitaria de la comarca y una alta calidad asistencial. Aunque es un centro privado, está abierto a todo el mundo y vela por que cualquier persona reciba la atención necesaria.
Imma March, enfermera, destaca que “hacemos de todo: curas, radiografías, apoyo al médico… Es un trabajo intenso, pero gratificante. Aquí la gente viene con actitud deportiva, y eso se nota.”

Coordinación médica y movilidad eficiente
Cuando es necesario, se activa el servicio de ambulancia de la estación, gestionado por profesionales como Marc Moral y Roger Palau. Ellos trasladan a los pacientes al centro médico o, en casos más graves, al Hospital de Puigcerdà o al helipuerto del sector Roc Blanc para traslados a otros centros hospitalarios. “La coordinación con los pisters y el centro es constante. Todos sabemos qué hacer en cada momento. El objetivo es claro: nadie se queda sin atención”, explica Roger.

Una pieza fundamental del servicio: el personal administrativo
En paralelo, el personal administrativo, como Alexia Espejo, se encarga de que toda la parte de gestión sea ágil y clara, aunque en caso de urgencia, la burocracia pasa a segundo plano. También ayudan a resolver dudas habituales sobre los seguros, ya que no todos cubren actividades deportivas. A pesar de estas dificultades, siempre prevalece la atención a la persona.

Alta resolución y autonomía
Según Francesc Bonet, director del centro, el 96% de los pacientes pueden ser atendidos y volver a casa sin necesidad de derivación, gracias a la capacidad de diagnóstico y tratamiento del centro. Solo un 4% deben ser trasladados al Hospital Transfronterizo o a otros hospitales. “Tenemos un sistema eficaz y bien coordinado. La atención siempre es la prioridad”, afirma Bonet.
La Molina, una estación segura
La combinación entre pisters altamente formados, profesionales sanitarios especializados, una infraestructura moderna y la vinculación con la Fundació Hospital de Puigcerdà hace que la estación de La Molina ofrezca una experiencia segura, resolutiva y profesional para todos sus visitantes. Un engranaje bien engrasado, donde cada pieza —y especialmente los pisters— es esencial para que todo funcione con fluidez y eficacia.

Nuestro vídeo-reel de la visita al centro médico (en catalán):
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