Este pasado jueves 2 de febrero tuve la oportunidad de poder grabar las bajadas del exesquiador olímpico Ferran Terra por la pista Barcelona de La Molina. Este es el artículo que ha salido sobre esta experiencia, así como el vídeo resultante después de seleccionar los mejores clips de las tres bajadas realizadas.
Jueves 2 de febrero en La Molina. El día promete ser de los épicos: temperaturas frías, sol radiante, cielo azul, buena nieve en pistas y la pista Barcelona recién pisada. Y a punto de ser estrenada por un ex esquiador olímpico en Vancouver y Sochi. Y todo esto a apenas 24 horas de abrirse al público.
Después de unas semanas esperando el momento de poder estrenar la pista Barcelona, parece que el día que podré hacerlo será en una coyuntura de privilegio. Como algunos ya sabéis, y si no a partir de ese momento ya lo vais a saber, desde hace unos años desde La Molina me confiaron una parte de las tareas que requieren los vídeos Comunicado de pistas de la estación. Estos vídeos se realizan semanalmente durante la temporada de nieve. Y este jueves tocaba realizarlo en la pista Barcelona. Por fin llegaba el gran día.

Todo listo para el estreno
Y así fue como pasados unos minutos de las 9 de la mañana, Ferran Terra, esquiador olímpico en los juegos de invierno de 2010 y 2014, y yo mismo, subíamos con la telecabina Cadí-Moixeró hacia el Niu de l'Àliga , a 2.535 m.
Dentro de la cabina, y mientras ganamos metros montaña arriba, un breve recordatorio de qué hacer en la pista nos sirvió para observar desde la misma cabina el muro final de la pista Barcelona. A la sombra. De apariencia vertical. Y bien protegido por redes de seguridad. Imponente.
Y sin darnos cuenta llegamos a la estación superior de la Telecabina Cadí-Moixeró, y en pocos minutos ya nos encontrábamos ambos sobre los esquís a punto de deslizarnos en dirección a la Barcelona.
No, no faltó la grabación y declaraciones que todo invitado al "Estat de pistes" hace justo antes de iniciar el recorrido por los diferentes trazados. En cuestión no de minutos, sino de segundos, ya me veo a Ferran Terra saliendo el primero hacia los paravientos de la parte alta de la nueva Barcelona. Y yo detrás. Él armado con dos bastones y yo con una Go-pro de palo corto.
Una primera pendiente y a continuación, tres muros
Nos lanzamos a la aventura. Empieza la bajada que consensuamos bautizarla como de reconocimiento. Pero por si acaso, ya estamos grabando con la cámara. Nunca se sabe.
Empezamos suaves. Tranquilos. Superamos el primer tramo de pendiente importante. Quizá no llegue a ser un muro que requiera esfuerzo y técnica, o sí, pero nos permite hacer unos giros anchos a velocidad media y disfrutando de la buena nieve y el ruido característico que se produce cuando rompes la nieve bien fría y todavía fresada de buena mañana. Somos los primeros. Es un placer.
Breve parada y seguimos con el descenso. Nos dirigimos hacia el primer muro importante, por un tramo de pista de pendiente suave. Lo encaramos y lo superamos con muy buena nieve y dejando unas trazas nítidas, suaves y perfectas sobre el rayado de una pista que seguimos estrenando con todos los honores. Un placer no, un lujo. Cuesta seguir a Ferran, pero más o menos lo consigo.
Entramos en el segundo muro, más reluciente que el anterior, porque está orientado a este, y el sol brilla radiante sobre una nieve fina y polvorienta que se levanta tras las espátulas de los esquís de Ferran. Y lo superamos sin más problemas. Pero apenas puedo seguir. Se escapa y toma más distancia.
Al llegar al llano de ligera pendiente que da salida al segundo muro tengo que decirle que se frene, pero no hay manera. Noto que está algo así como eufórico. ¿O tal vez expectante? ¿Impaciente? Se nota que se lo está pasando bien. Y menos mal que dice que está haciendo una bajada de calentamiento. Ya ves...
A por el muro final
Una breve parada y reiniciamos la esquiada. Nos dirigimos hacia el tercer muro. En apenas un segundo entramos en la sombra a velocidad más moderada y con giros no tan anchos. Suerte para mí, pero, aun así, se me escapa, es imposible seguirle de cerca.
Entramos en la gran pendiente del muro final. Los esquís derrapan y las piernas trabajan como hacía tiempo que no lo hacían. Y la pendiente pronunciada que se intuía desde la telecabina se confirma sobre el terreno. Y me viene a la cabeza la visita a este muro el pasado mes de noviembre, cuando presté atención a un punto muy concreto.
Y por fin llegamos abajo, con todo el esqueleto tembloroso... ¡Madre mía! Por fin Ferran frena. Nos detenemos. Respiramos hondo... Lo riño amistosamente. Se le escapa la risa, y lo suelta: "esto es un pistón. Cuando esté abierto de ancho a ancho será.... Lo tiene todo: es guapa, divertida, técnica, exigente... "
Está satisfecho de la primera bajada por lo que ha experimentado. Y se le nota. Tanto que, ya me pide ir a por la segunda sin más retraso. Y hacemos la segunda bajada. Y una tercera. Y cada vez con mayor confianza. Y los minutos han pasado volando, tanto que ya llevamos más de dos horas trabajando.
Por último, pasados unos minutos de las 11 y media de la mañana ya podemos dar el encargo por listo. Solo queda despedirnos. La jornada en pistas me ha resultado un reto agradecido. Y un honor. No siempre puede decirse que has intentado perseguir a un esquiador olímpico y que, entre otras especialidades, ha competido en la prueba reina de la velocidad: el descenso.
Y menos aún que puedas estrenar una pista histórica, de dificultad negra, recién remodelada y destinada a ser un referente mundial. Porque, esquiadores de los Pirineos, reflexionando sobre lo que el jueves me comentó Ferran Terra entre bajada y subida, entre clics al botón de grabar y curvas en la nieve, intuyo que en La Molina tenemos una pista que dará que hablar y escribir mucho.
No os la perdáis, pero antes de entrar debéis ser conscientes que es una pista negra. Es un trazado para esquiadores expertos. Para que os hagáis una idea, os dejo con esta videograbación de edición propia.
Aprovecho para dar las gracias a La Molina al haberme confiado este trabajo, Estat de pistes, desde hace unos cuantos años. Y por la cesión de las imágenes para la confección de este vídeo adjunto. Posiblemente, uno de los vídeos que por la ocasión, por el escenario, y por el protagonista a grabar sobre los esquís, más emoción he experimentado.
Gracias también a ti Ferran por la paciencia. ¡Espero que terminaras con el buen desayuno que me comentaste!
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