Tengo que reconocer que llegaba a Espot bien rallado.
Llevaba un mes sin pisar la estación. Debido primeramente al viaje en los Dolomitas y luego a la avería del telesilla La Roca, además de la posibilidad de esquiar en Baqueira "de gratis".
El proceso de descompresión era duro, pasar de 1200 km de dominio esquiable, a los "sólo" 160 de Baqueira para terminar chasqueando en un dominio de sólo 17 pistas abiertas. Eso tenía que acabar siendo traumático, pero tocaba volver a Espot.
Íbamos avisados: "madrugar porque que habrá colas". Así que a las 8.30 ya estábamos allí. Sin embargo, entre la cola de la retrac, el trayecto, y las dos cintas, terminamos llegando a la cota 2000 cuando eran las 9.10.
Y yo bien cabreado. Sólo pensaba que podía esquiar "de gratis" en Baqueira, y que estaba haciendo el idiota en Espot. Pero la gente de mi alrededor sonreía. Sonreían, especialmente, los esquiadores ocasionales. Un montón de familias con niños, que esquiaban por 15 euros, y que vivían la subida a pistas en pisanieves como una aventura.
Una vez arriba, complejo de hamster. Pista Clots y silla, pista uno y silla, pala y silla, pista dos y silla.... hasta 14 veces remontando en la misma silla, pero es tu casa, la nieve está espléndida, y cada vez la disfrutas como si fuera única.
Pero tú mismo, aunque todavía rallado, vas pensando, "caray, la nieve está mejor hoy en Espot que ayer en Baqueira" y vas hablando con los turistas (muchos valencianos), y todos encantados ... "la nieve está muy bien , la estación ha hecho un trabajo extraordinario, todo el mundo es super amable ", y acabas reconociendo algo innegable: Espot ha hecho un trabajo extraordinario y han resuelto una situación crítica que hubiera podido representar el cierre de la estación durante lo que queda de temporada.
Evidentemente hay puntos de mejora, y está más contento el público ocasional que no los clientes asiduos con forfait de temporada.
Estos, aunque molestos por el incremento de colas y tardar más tiempo del habitual en remontar perdiendo la mitad del desnivel esquiable, seguimos vinculados y atados a Espot sentimentalmente, ya sea por proximidad o por los cursillos contratados o por el equipo de competición. Pero es cierto que, de una manera u otra, quisiéramos algún que otro gesto por parte de la estación.
Jordi Martínez