Nota importante antes de iniciar la lectura de este magnífico reportaje:
En Les Angles, preciosa villa del Capcir donde habitan unas 500 almas, conviven pacíficamente dos seres humanos llamados Antonio Martín. Uno es el responsable de la Oficina de Turismo y otro el chef y propietario de Chez Antoine, la persona a quien vamos a conocer a continuación. Ambos trabajan en Francia pero no han nacido en Francia. Resulta curioso, aunque no es tan inusual como puede parecer.
Gracias por seguir leyendo.

Les Angles, donde podemos encontrar la mayor concentración cocina tradicional Les Neus Catalanes
Copyright: Víctor Riverola i Morera para SkyMatt
Bienvenidos a Chez Antoine
Cuando Antonio Martín llegó a Les Angles, probablemente nunca se imaginó que llegaría tan lejos dentro del mundo de la hostelería. Su hermano Fabián triunfó durante años como pizzero en Llivia, pasando de ser boxeador olímpico a pizzero campeón del mundo (ahora tiene la pizzeria en Puigcerdà). A Antonio le gustaba más la carne y la cocina tradicional y en el Capcir encontró su campo de operaciones perfecto. Como podemos observar, la familia Martín, chilena de nacimiento, lleva ya varias décadas asentada en el Pirineo con un enorme éxito, luchando contra viento y marea para abrirse camino de un modo muy especial.

Nada mejor que una buena degustación de embutido casero a discreción, con su tabla y su cuchillo.
Copyright: Víctor Riverola i Morera
En Les Angles, Antonio es el propietario de Chez Antoine, considerado como uno de los grandes referentes en los que a carne y platos tradiciones de la región se refiere. Antonio compra las vacas que luego nos vamos a zampar en las ferias de transhumancia, siendo todo un experto en la materia a nivel regional. Es importante mencionar que invierte buenas sumas de dinero en subastas en verano (lo hemos podido presenciar en directo) y es todo un espectáculo ver como elige y selecciona las reses. El mundo de la ganadería en zonas de alta montaña nos abre las puertas a hablar de economía, de sostenibilidad, de respeto por las tradiciones y de autenticidad, detalles y valores que deberían estar más presentes en nuestras conversaciones.

Los Canelones, las ensaladas, los vinos regionales y las bolas de Picolat...para empezar a calentar...
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En Chez Antoine disfrutaremos de un abanico de platos excelentes, contando con uno de los mejores solomillos que he comido en mi vida y un chuletón de kilo y medio realmente obsceno, casi extraterrestre…
La experiencia de comer en Chez Antoine no te deja indiferente, considerado como uno de los mejores restaurantes no solo de Les Angles, sino de todo el Pirineo Oriental, goza de una popularidad merecida y lo mejor es que ha logrado seguir siendo fiel a su filosofía inicial. Es de aquellos establecimientos que te obligan a desviarte de la ruta para comer o cenar, generando una amplia sonrisa al terminar de comer que, personalmente, me recuerda a tiempos pasados.

Con los canelones en primer término, vamos liquidando el paté du terroir y las bolas de Picolat
Copyright: Víctor Riverola i Morera
Nostalgias aparte, el nivel de detalle en la elaboración de los platos es muy alto y la relación, calidad-precio- cantidad es de las mejores que podemos encontrar en una estación de esquí. En Chez Antoine realizan un sentido homenaje a la cocina tradicional de montaña, ofreciendo a los comensales la posibilidad de comer en el interior o en el exterior, con vistas a las pistas de esquí. El servicio es amable y atento y la mayoria del personal habla catalán y castellano.

Una cena para dos, con las bolas de picolat y las judios y aceitunas...junto con el "acompañamiento" que nos zampamos.
Copyright: Víctor Riverola i Morera
La carta realiza un interesante viaje por la mayoría de los platos y recetas típicas del Capcir y el Pirineo Oriental. Aquí no sirven raclettes ni fondues, para eso tenemos la Granje o el Llaret. En Chez Antoine encontramos pimientos a la brasa con anchoas, escalavida, caracoles a la brasa, ensaladas con queso gratinado, canelones, un surtido de charcuteria local espectacular, gambas y calamares a la plancha, magret de pato, conejo, confit de pato estofado con sus judias, las tradicionales bolas de picolat, la parrillada de cordero, la Côte de veau, la Côte de beauf y el Faux Filet, el solomillo, las carrilleras de cerdo, los callos, el conejo a la brasa y la tartiflette con reblochon (solo en invierno), la espalda de cordero y mucho más...

El chuletón y todas las carnes en general, adquieren vida propia. Y las patatas...Dios mío...
Copyright: Víctor Riverola i Morera
En Chez Antoine, tenemos varios platos estrella, destacando una serie de especialidades de la casa personalmente, nos encantan a nivel familiar y que son ideales para compartir.
- Los canelones, con carne de casa, tradicionales, horneados y gratinados como es menester, con un sabor profundo.
- Las bolas de picoulat, pedazo albóndigas de la región con judías blancas y aceitunas, con su salsa espectacular. Un guiso potente, ideal para compartir.
- Los caracoles a la brasa.
- El cordero, en todas sus variantes.
- Las ensaladas con hortalizas frescas, queso de cabra gratinado, pan tostado, la vinagreta con mostaza típica de montaña francesa y esos pequeños tacos de tocino, que le dan un sabor único.
- El solomillo, con las patatas de la casa y la salsa de setas, espectacular. Palabras mayores.
- La Cote de Beuf, el chuletón al fuego de leña para compartir.
- Los postres caseros también son espectaculares, así como la bodega, lleva de vinos del Languedoc Roussillon.
- Los embutidos caseros, con su tabla de madera y ese pedazo de cuchillo para que le metas caña sin miedo.

Disfrutando de un buen chuletón para dos, tras una jornada de esquí espectacular.
Copyright: Víctor Riverola i Morera
Como podeis comprobar, la experiencia de comer en Chez Antoine es algo que no se olvida facilmente. Seguiremos hablamos de gastronomía y de cocina de montaña, ya sabeis que a nivel familiar, para nosotros es el complemento ideal (y obligatorio) al esquí y los deportes de montaña en general.