La Table de La Quillane

La gastronomía de montaña es una joya de valor incalculable. Puro arte. Algunos chefs, incluso hablan de "filosofía de vida", y aunque algunos se esfuercen por no darle la importancia que se merece, aquí estamos nosotros para reivindicar la importancia de la cocina de montaña a la hora de aportar FELICIDAD. No hay más preguntas señoría.

La gastronomía de montaña es fuente de vida

Comer bien y en buena compañía es una fuente de felicidad, y esto se debe en gran medida, a la liberación de serotonina (también conocida como hormona de la felicidad) durante la ingesta de alimentos.

Tal y como nos explican varios expertos consultados (gracias Doctor Moisés Costa y la marca de cocinas TEKA), la serotonina está estrechamente ligada con el triptófano, un aminoácido esencial. La serotonina se sintetiza a partir del triptófano, cuya carencia, puede hacer que aumenten significativamente nuestros niveles de estrés, insomnio y ansiedad. El triptófano se obtiene a través de la comida, pudiendo encontrarlo en alimentos ricos en proteínas como la leche, el huevo, los cereales integrales, las legumbres, las carnes rojas o el chocolate...Alimentos que podemos encontrar perfectamente cocinados en La Table de La Quillane. 

Si, no podemos negar que nos gusta comer bien. Creo que a estas alturas canta un poco ¿no?, pero también creemos no hay nada de malo en ello, es absurdo querer ocultarlo. Es más, creo que estaremos todos de acuerdo que el mundo del esquí, viene equipado con una seria de extras que, a modo de vehículo de lujo, no se pueden ignorar. Junto al disfrute del paisaje, los hoteles con encanto y las actividades lúdico-deportivas paralelas al esquí, la GASTRONOMÍA siempre suele brillar con luz propia, destacando en lo más alto a nivel complementario. Y de gastronomía en Les Neiges Catalanes dominan y mucho. 

Enclavado justo en medio de una de las rectas más espectaculares que podemos encontrar en Les Neiges Catalanes, a pocos metros del Col de la Quillane, a unos 1.714 metros de altitud, La Table de La Quillane sorprende al visitante por la espectacularidad de sus platos, las texturas, aromas y por el sabor...sin olvidar la presentación y la relación calidad-cantidad-precio. El restaurante en si es precioso. Lo encontramos en la primera planta del edificio que alberga la mayoría de servicios de la pequeña estación de esquí de La Quillane. La madera está presente en todo el comedor, dividido en diferentes zonas, con una gran barra en medio.

La Table de la Quillane abre al mediodía, mientras la estación de esquí está abierta (fines de semana y vacaciones escolares) y a partir de las 19:30 todos los días, ofreciendo cenas muy potentes. La carta del mediodía es distinta y está enfocada a esquiadores y a familias con niños que desean comer bien a precios asequibles. En ella encontramos Croque Monsieur, Croque Montagnard, ensaladas, Quiche, Velouté al momento, un buen entrecote de 300g, el plato del día y una postres como el mousse de chocolate, arroz con lecge, mel y mató o un buen surtido de quesos.

La chimenea adquiere un protagonismo especial las noches que preparan raclette aprovechando el calor de las brasas. El especialista en Raclettes Christophe, (So´BBQ, cuina a la vista, cuina d´artista) nos deleitó con su arte, preparando raclettes a discreción con diferentes tipos de quesos. Recomiendo llamar por teléfono para estar informados, pues el festival quesero que pudimos disfrutar el pasado sábado 1 de febrero es de los que no se olvidan facilmente. La carta de noche está llena de maravillas...

La crema de verduras con un huevo pochado, ligeramente rebozado...es una gozada, una delícia. Las texturas de dicho plato te explotan literalmente en el paladar una vez ingieres semejante maravilla.  nuestro querido Ferràn Freixanet, que nos recomendó el plato al haberlo probado unos días antes, durante el transcurso de un viaje de prensa al que fue invitado.

Las carnes son exquisitas, con el chuletón de casi kilo y medio como plato más contundente (ideal para compartir), junto con el corazón de pato, las carrilleras de cerdo o el pavé de veau, cuya carne casi se deshace...es una maravilla. La imagen inferior habla por si misma, con su jugo, sus patatitas y su puré...

Al frente de esta maravilla encontramos a Berangere Maurain, quien se está encargando de La Quillane desde que cerró Puigmal. Poco a poco el restaurante está adquiriendo la personalidad y el toque especial que Berangere quería aportar, ofreciendo autenticidad y calidad de un modo único. Lo descubrimos la noche del 50 aniversario de La Quillane y el pasado fin de semana, pudimos constatar que su progresión es espectacular, siendo necesario reservar por la noche. Les deseamos una larga y próspera vida.

Berangere es una gran comunicadora que vive con pasión y disfruta de la magia de la montaña, es una todoterreno capaz de gestionar una estación de esquí durante el día y de servir mesas y ofrecernos raclettes espectaculares por la noche...Contando con la complicidad es inestimable ayuda de su pareja Alex, que tiene un aire a Ben Affleck con toques de Vincent Cassel.