La esperanza es el sueño del hombre despierto

De Guadalajara y Soria a la Val d´Aran

Recientemente hemos hablado de la historia real del chef colombiano Juan Leon, cuya vida dio un vuelco enorme cuando a los 3 años abandonó su Colombia natal para viajar hasta nuestras tierras y convertirse en un excelente maestro tras los fogones…Las historias reales, como la que encontramos en el Hotel de la Estación Internacional de Canfranc o la de las “Madres de Lyon”, siempre nos han fascinado, y hoy, me van ustedes a permitir que comparta una de esas historias que cuando la escuchamos por vez primera, automáticamente pensamos que podría ser el material perfecto para un buen libro. Es una historia real, muy humana, que nos detalla las aventuras de dos jóvenes de Guadalajara y Soria que, a comienzos del siglo XX, emigraron a Bagneres de Luchon, aprovechando el boom de las centrales hidroeléctricas que se estaban empezando a construir en el Pirineo.

Estamos hablando de la familia Serrano, empezando por los abuelos y acabando por Juan Antonio Serrano y su familia actual, quienes llevan las riendas del negocio familiar. Coincidiendo con Juan Antonio en algunas reuniones en Barcelona, (a quien entrevistamos en Nevasport) conocimos la fascinante historia que hay detrás de su negocio, así decidimos visitar a la familia en Vielha para conocer la historia de primera mano y en detalle para poder compartirla a continuación.

Todo empezó entre las altas cumbres de más de 3.000m que encontramos en el cordal fronterizo del pirineo francés. Antonio y Victoria, los dos jóvenes que hemos comentado al principio, habían emigrado a principios del siglo XX a Bagnères-de-Luchon y allí se conocieron, se enamoraron, se casaron y lograron quedarse con la explotación de la cantina que abastecía al personal que trabajaba en la construcción de las centrales hidroeléctricas de la zona. El negocio funcionaba muy bien, los dos eran muy trabajadores y tuvieron la oportunidad de pasar a gestionar un pequeño hotel en el pueblo, en el que en 1921 nació su hijo, Antuana Serrano, y donde sin saberlo se estaba forjando el futuro en la hostelería de la familia Serrano, la historia tiene miga…
 

Bagnères-de-Luchon siempre fue conocido por ser un pequeño pueblo turístico de montaña donde la alta sociedad francesa disfrutaba de las aguas de su maravilloso balneario, junto a un casino precioso y una zona lúdica con majestuosos parques y jardines. A unos 40 kilometros de Bagneres, cruzando el puerto del Portilhon, se encuentra el pintoresco pueblo de Vielha, donde vivía una pareja que no tenía hijos y que eran propietarios de la Fonda Marcelino. El marido, cuando podía, se marchaba a Bagnères-de-Luchon de fiesta (no añadiremos más detalles) y se alojaba en el hotel de la familia Serrano. En ocasiones, el abuelo Serrano le prestaba dinero, y en 1933 la deuda llegó a ser tan alta que tras una larga negociación, Marcelino le ofreció a Antonio comprar la fonda de Vielha, y descontarle el importe de la deuda.

En ese momento, tres años antes del estallido de la Guerra Civil en España, el abuelo Serrano habló con uno de sus hermanos y, desde Soria, dicho hermano viajó hasta Vielha, con la intención de que gestionase la propiedad que acababan de adquirir, pues ahora tenían que regentar dos establecimientos hoteleros separados por un duro puerto de montaña. Los números no salían, y en 1935 la familia Serrano afincada en Luchón, abandona definitivamente el pueblo francés y se trasladan a Vielha, lugar en el que permanecen durante la Guerra Civil, y en el que en 1940, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de Francia, deciden establecerse de forma permanente. Eran tiempo muy duros para todos y en la Val d´Aran se podía vivir con relativa calma, siendo una zona donde los pasadores ayudaban a muchos judios a escapar de los nazis...

Antuana Serrano, el hijo de Antonio y Victoria, crece, juega y vive en la Fonda Serrano y aprende de todo aquello que le rodea, poco a poco con el paso de los años va ganando experiencia y va tomando las riendas del negocio familiar. En 1947 se casa con Pilar Iglesias, y ambos siguen con la explotación del establecimiento. El matrimonio tuvo 5 hijos, entre ellos Juan Antonio Serrano que nació en Tremp en 1963, dado que la familia materna vivía en dicha localidad. En Tremp, por aquel entonces contaban con un pequeño hospital y por aquel entonces, la gente tenía muchos hijos...

Antuana y Pilar trabajaban mucho en la fonda, y el trabajo les iba bien, por lo que en 1965 deciden ampliar el negocio y adquieren un solar en la calle Mayor de Vielha, donde construyen el Hotel Riu Nere, que fue un icono en la zona dado que se empezaba a forjar un incipiente turismo a consecuencia de la apertura de la estación de esquí de Baqueira Beret. Con el paso del tiempo y de mucho esfuerzo por parte de toda la familia, el negocio fue evolucionando, y en 1989 su hijo Juan Antonio y su familia toman las riendas del negocio, empezando a gestionar solos el hotel de 48 habitaciones.

También reconvierten la antigua fonda en los Apartamentos Serrano (situada a pocos metros del hotel), que actualmente son los Riu Nere Mountain Apartments, con el restaurante Eth Corner justo debajo, en la esquina. Durante todos estos años, Juan Antonio y su familia, han dedicado mucho esfuerzo en el negocio, han ido invirtiendo y actualizando los establecimientos, convirtiéndolos en lo que hoy siempre sin perder la esencia que los hace singulares.

El restaurante para los clientes del Hotel, donde con desayunos perfectos, y cenas opíparas.

Copyright: Víctor Riverola i Morera

Actualmente el Riu Nere Mountain Hotel es un magnífico hotel de tres estrellas, que ofrece un servicio impecable, con habitaciones amplias y cómodas, algunas con balcones y terrazas preciosas, un desayuno completo con un buffet fantástico (que nos sorprendió muy gratamente), un buen servicio de restaurante para los clientes y con el añadido de contar justo a pocos metros con los apartamentos de los que hemos hablado en las líneas anteriores, donde antaño se encontraba la antigua Fonda Serrano.

Los Riu Nere Mountain Apartments son una opción ideal si viajamos en familia o con amigos, pues están totalmente equipados, contando con acabados de nivel y siempre con la madera muy presente. La cocina es fabulosa, con todos los electrodomésticos que podamos necesitar, incluyendo horno, microondas, lavavajillas y lavadora.

Con una excelente relación calidad-precio, los apartamentos cuentan con todo lo necesario para poder disfrutar de unas vacaciones perfectas, ya sea en verano o en invierno. En los bajos del edificio se encuentra el restaurante Eth Corner, donde se come de maravilla. En breve os presentaremos a su gerente y hablaremos de tortillas de setas y las “olhas aranesas”…

En el restaurante Eth Corner la Olla Aranesa brilla con luz propia. 

Copyright: Víctor Riverola i Morera 

Dejando a un lado los detalles y la magnífica gastronomía que podemos encontrar tanto en los establecimientos de la familia Serrano como en el restaurante Eth Corner, otra de las gratas sorpresas que nos llevamos fue la de poder conocer al guía Marc Pérez, cuya sabiduría y capacidad de comunicación es realmente asombrosa para tratarse de alguien que todavía no ha llegado a los 30. Siguiendo la tradición de los mejores hoteles alpinos, el Riu Nere Mountain Hotel pone a disposición de los clientes, de forma totalmente gratuita durante los meses de julio y agosto, un guía de montaña.

Si, como en los tiempos de Célestin Passet y compañía. Marc, que cada día propone excursiones ajustándose a la experiencia de quienes se apuntan, nos explicó mil y una curiosidades del entorno de forma muy didáctica, siendo un gran conocedo de Vielha y la Val d´Aran. Además, a partir de este verano el hotel cuenta con un aliciente muy especial: las salidas nocturnas, excursiones que se realizan a partir de las 21:00 durante los jueves en julio y los sábados en agosto, siempre y cuando la meteorología lo permita.

Realmente puedo decir, tras vivir la experiencia en primera persona, que las salidas nocturnas son una gozada, recuperando la emoción y la sed de aventuras que teníamos durante nuestra adolescencia, con los campamentos de verano como máximo exponente…Poder disfrutar de una excursión bajo las estrellas, disfrutando de los cielos impecables de la Val d´Aran, unido a la tranquilidad y el silencio que se respira de noche, es una auténtica maravilla. Son pequeños detalles que nos ayudan a valorar el esfuerzo y la labor realizada por una familia que lleva en la sangre la tradición hostelera en zonas de montaña. Son muchas las familias que se conocieron y se gestaron en el Pirineo durante la primera mitad del siglo XX. Fueron tiempos convulsos para todos, casi nadie se libró y menos en Europa.

Y hasta aquí queridos lectores, la historia de la familia Serrano. Les he prometido que tocará regresar en invierno, con nieve. Y en otoño, tengo muchas ganas de acercarme a Montgarri y recorrer una parte de la ruta que los pasadores realizaban cruzando desde Francia con judios que escapaban del nazismo. ¡¡Nos vemos en Vielha en breve!!