Col de l’Ullat, Puig Neulós y Roc dels Tres Termes

Col de l’Ullat, Puig Neulós y Roc dels Tres Termes
El elegante y bucólico macizo de Les Alberes, con el Puig Neulós elevándose por encima de los 1.200 m, es el último bastión pirenaico que encontramos antes de llegar al Mediterráneo, o el primero si venimos de él.

Ficha técnica

Tipo de recorrido: ida y vuelta

Máxima altitud: Puig Neulós (1.257 m).

Dificultad: F.

Tiempo: 2 h 30 min

Desnivel: +321 m / -321 m.

Cartografía: Banyuls 1:25.000, Carte IGN.

Excursión ideal para toda la familia, descubriendo el macizo de Les Alberes y sus bosques de cuento. 

Descripción del recorrido

La aproximación la realizamos desde La Jonquera, entrando en Francia por la N-II (no la autopista) hasta Le Perthus. En Le Perthus, rcomendamos visitar la impresionante  fortaleza de Bellegarde, que se levanta por encima de la población. Es un monumento histórico fascinante desde cuya privilegiada atalaya se divisa un panorama muy espectacular a ambos lados de la frontera.

La impresionante fortaleza de Bellegarde, construida justo encima de Le Perthus

Copyright: Víctor Riverola i Morera

Al salir de Le Perthus, justo antes de que la carretera inicie un marcado descenso en una curva, seguiremos a nuestra derecha la pequeña carretera D 71, iniciando la subida hacia el Col de l’Ullat y el Puig Neulós a través de bosques de ensueño. Dejaremos el coche en el Col de l'Ullat (junto al Chalet de l’Albère), a unos 936 m de altitud, justo por debajo del Roc Foirós, donde la carretera queda cortada. 

Al lado del Chalet de l’Albère, seguiremos un camino que asciende hacia el S-SE, dejando a nuestra izquierda la carretera (bancos, mesas y varios carteles). Disfrutaremos de un paisaje bucólico de gran belleza, con un bosque frondoso realmente espectacular en otoño; una vez que dejamos atrás el Roc Foirós (1.100 m), subiremos hasta el Coll del Pou o Coll dels Tres Termes (1.110 m), justo en la frontera, donde encontramos la pequeña carretera que asciende hasta la estación de comunicaciones.

Pep Comas, uno de nuestros esbirros más nobles y sacrificados, siempre dispuesto a la aventura

Copyright: Víctor Riverola i Morera

Al llegar al Coll del Pou, podemos cruzar la puerta que separa los dos países (y el ganado de cada uno) y decidir por qué margen de la frontera subimos. Nosotros subimos por Francia, siguiendo hacia el NE un camino bien marcado que deja la carretera a nuestra izquierda. Seguiremos por la suave cresta que va ganando altitud directamente hacia las antenas, que dejaremos a nuestra izquierda para llegar a la cumbre del Puig Neulós, con su vértice geodésico y su torre de piedra con la inscripción «Puig Neulus» (1.257 m).

Con buen tiempo, el Puig Neulós es un mirador espectacular

Copyright: Víctor Riverola i Morera

 

Excelente panóramica de toda la comarca de l’Empordà y más allá, con el Mediterráneo a nuestros pies, una buena parte del sur de Francia bien visible (con buen tiempo) y con todo el macizo del Canigó levantándose con orgullo hacia el oeste. En la parte francesa de la cumbre, en la década de los años sesenta Francia levantó una estación de comunicaciones y destruyó (no se sabe si por accidente o no) la torre de piedra que marcaba el punto más alto. En 1964 se levantó una nueva, más resistente, como homenaje a Manel Costa, el pastor de la zona que construyó en el siglo xix la torre de piedra original.

Una excursión matinal que nos acerca a la montaña,

con la posibilidad de poder pernoctar y disfrutar de les Alberes varios días. 

Copyright: Víctor Riverola i Morera

Desde la cumbre bajaremos cómodamente por donde subimos hasta llegar al Coll del Pou, y seguiremos hacia el O por la suave cresta con alguna roca del Roc dels Tres Termes, adonde llegaremos en pocos minutos. Las rocas de la cumbre nos permiten trepar unos metros y disfrutar de una magnífica visión del Canigó. Volveremos al Coll de Pou, que recibe el nombre por un pou de glaç (pozo de hielo) situado unos metros por debajo hacia el S, y bajaremos a través del frondoso bosque hasta el Coll de l'Ouillat.

La visión panorámica hacia el sur, con el Alt Empordà como principal protagonista

Copyright: Víctor Riverola i Morera

La cara Norte del Puig Neulós nos ofrece un paisaje de gran belleza, donde el bosque se convierte en protagonista absoluto, diferenciándose de la cara Sur. Un último detalle: en el Coll de l'Ouillat encontramos el refugio Chalet de l’Albère, ideal para pasar unos días en familia con niños, con su zona de pícnic y una fuente; cocinan de maravilla y el personal es muy atento. Recomendamos las carnes y la ensalada con queso de cabra. Excelentes. 

 
El arte románico a los pies del Canigó: Sant Miquel de Cuixà

Como extensión a la excursión propuesta, os recomendamos visitar una de las grandes maravillas del románico en el Pirineo francés. Junto con las abadías de Sant Papoul (no lejos de Castelnaudary), Sant Martí de Canigó y la de Fontfroide (cerca de Narbonne), encontramos una auténtica maravilla a los pies del Canigó. Cerca de Prades Cerca de Prades (la capital del Conflent), encontramos el monasterio benedictino de Sant Miquel de Cuixà, cuya historia se remonta al año 879, con su fundación gracias al arcipreste Protasio y un grupo de monjes provenientes del cenobio de Sant Andreu d'Eixalada, que había sido destruido por una crecida del río Têt. El monasterio se levantó alrededor de una iglesia preexistente dedicada a Sant Germà de Cuixà, reconstruida y consagrada de nuevo el año 953. Con el paso del tiempo, la abadía creció y se desarrolló rápidamente. A mediados del siglo x poseía ya un extenso patrimonio alodial, con más de una veintena de iglesias parroquiales, desde el condado de Tolosa hasta el de Osona.

La impresionante abadía de Sant Miquel de Cuixà

Copyright: Museu Nacional d´Art de Catalunya

Cuixà recuperó la independencia durante la segunda mitad del siglo xii y se convirtió en un monasterio de tipo feudal, reafirmándose como institución potente y localmente prestigiosa, con extensos dominios señoriales y amplias atribuciones civiles y eclesiásticas otorgadas a sus abades, comendatarios desde el 1473. Tras sufrir multitud de percances, reformas y cambios políticos, en 1919 se estableció un grupo de monjes cistercienses procedentes de la abadía de Fontfreda, sustituidos en el año 1985, a petición suya, por una reducida comunidad procedente de Montserrat. La restauración material de la iglesia y del claustro, iniciada por Josep Puig i Cadafalch en 1938 y continuada en 1952, prosiguió con la ayuda y la dirección del ministerio de asuntos culturales francés. En 1969 fue recuperada el ara de mármol románica del altar mayor, conservada como losa de balcón en una casa de Vinçà. El conjunto actual está formado por una iglesia y uno de los dos campanarios, la mitad del claustro, unos cimientos delante de la iglesia, restos de la capilla de la Trinidad y la cripta subterránea del pesebre.

 

Os recomendamos tener en la guantera del coche nuestra guía oficial que abarca todo el Pirineo francés. Con ella podréis descubrir cumbres y valles de cuento, disfrutando de la historia, la gastronomía y la hospitalidad de una de las cordilleras más espectaculares de Europa. 

 

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