La estación de la Alta Cerdanya apuesta por una renovación progresiva de sus instalaciones y servicios, presentando este año dos novedades que marcan un antes y un después en la historia de Porté-Puymorens. Por un lado tenemos el flamante telesilla desembragable de seis plazas de la Dome de la Mine, que eleva la cota de Porté hasta los 2.500m y por otro un nuevo restaurante, Le Castel Isard, que junto con la cafetería-restaurante de La Vignole y el magnífico La Tramuntana, en l´Estanyol, aporta un toque fresco y elegante a la gastronomía de Porté Puymorens.
Una vez más, creo que es importante destacar la magnífica labor que está realizando el grupo Trio Pyrénées a la hora de re-lanzar sus estaciones (Porté Puymorens, Formigueres y Cambre d´Ase). Le Castel Isard se encuentra situado en la cota baja de la estación, a pocos metros de la carretera nacional, cerca del parking del telesilla de cuatro plazas que sube hasta l´Estanyol. Frédéric y Vaérie Marti son los responsables del nuevo restaurante de Porté, que apuesta por una cocina regional de nivel con una inmejorable relación calidad-cantidad-precio.
Me gustaría destacar las tartiflettes, espectaculares, ya sean con patatas y cebolla, salmón o pato. Degustar un plato de carne o pescado con un buen Reblochon fundido por encima, bien horneado, con sus patatas asadas y su cebolla en la proporción justa...tras una árdua jornada de esquí y a menos cinco grados en el exterior, es algo que no se pude explicar con palabras. Las ensaladas y los platos de embutido regional son excelentes y las carnes, ya sea el entrecot o el solomillo con sus salsas y sus patatas, son impresionantes. Porté necesitaba un restarante de nivel, con una decoración elegante donde prima la piedra y la madera, con buena luz y mucha comodidad.
Y no podemos pasar por alto las raclettes y los postres, donde brilla con luz propia el brazo de gitano de nata, imprescindible. Una carta de vinos más que correcta, buenas cervezas, licores y buen café, así como un buen surtido de infusiones, coronarán una comida opípara, ya sea al mediodía o por la noche.
Así pues, ya podéis tomar nota: Le Castel Isard, una maravilla. Sin lugar a duas, estamos hablando de la nueva joya de Porté Puymorens. Un buen restaurante siempre ayuda a que los clientes hablen bien de una estación de esquí, más allá de marketing, no hay nada mejor a nivel emocional tras un día de esquí bajo un sol radiante, que el olor de un buen queso fundido, una exquisita carne a la brasa o unas buenas patatas fritas con el suave aroma de la mantequilla y el punto justo de sal.