Érase una vez un pueblecito situado en el corazón de la pequeña comarca del Capcir, (Pirineo Oriental francés) cuyos orígenes se remontan más allá del mediévolo. Según comentan los lugareños y varios escritos de la época, la evolución de Les Angles discurre paralela al crecimiento del sur de Francia, a las consecuencias de varias catástrofes y a la necesidad de crear asentamientos tras quedar desabitado el poblado de Balcère, (actualmente pueden visitarse las ruinas de la iglesia y algunas construcciones).

Balcère quedó arrasado por la peste negra (perniciosa enfermedad que asoló Europa), obligando a sus habitantes a buscar un nuevo enclave para poder sobrevivir. Que la Edad Media fue una era dura, creo que es algo innegable, pero también fue una época de lucha, de superación y de creación. Los primeros asentamientos en Les Angles se levantaron cuando los supervivientes de pestes y otras calamidades decidieron instalarse en zonas mas abiertas del Pirineo Oriental, y en el Capcir, muchos lo hicieron en Formigueres, en Montlluis, la Llagone y en una zona situada por encima del bosque de Matalama y por debajo del Mont Llaret.

El topónimo Les Angles procedería del latín “angulus”, que significa lugar remoto, algo que le viene como anillo al dedo, pues durante años la comarca del Capcir, situada en un altiplano de gran belleza por encima de los 1.600m, sufrió el aislamiento en invierno debido a las duras condiciones meteorológicas. Tras sufrir calamidades, inviernos durísimos y una despoblación alarmante, a finales del siglo XVIII el sur de Francia experimentó un auge considerable, entrando en el siglo XIX como un destino atractivo no solo para las clases pudientes, sino también para quienes deseaban disfrutar de unos días de paz en la montaña, rodeados de balnearios y pueblos bucólicos.

A mediados del siglo XIX se produce en toda Europa lo que se conoce como el boom del turismo de montaña, destacando los Alpes como destino preferido. La burgesía inglesa se convertirá en el principal cliente de muchas hostelerías y posadas de alta montaña, seguidos por alemanes, escandinavos y franceses ricos. El Pirineo y los Alpes despuntan gracias a la conquista de las principales cumbres y a la construcción de hostelerías, refugios y balnearios. El agua mineral convierte a Suiza en uno de los principales destinos termales, junto con Baden-Baden en Alemania.

Es importante mencionar que en Leukerbad los romanos ya habían probado las aguas minerales, ricas en hierro. Médicos y alquimistas de la talla de Paracelsus o Conrad Gessner empezar a dar a conocer los beneficios de los balnearios, llegando hasta el siglo XIX, cuando poblaciones como St. Moritz protagonizan un auténtico boom a nivel de turismo termal de alto nivel. En el Pirineo la llegada del turismo y la apertura de centros termales en Panticosa, Prats de Mollo-La Preste, Caldes de Boí, Cauterets, St. Thomas o Ax-Les Thermes animó a muchos empresarios a seguir abriendo balnearios en el Pirineo, llegando a la segunda mitad del siglo XX, periodo en el cual el termalismo brilló con luz propia.

A partir de los años 60, algunos balnearios entraron en decadencia, y otros florecieron, inaugurándose a la vez las grandes estaciones de esquí del Pirineo. La fusión de esquí y termalismo se convirtió en uno de los principales alicientes para las estaciones que disponían de uno o mas balnearios en las proximidades y, conscientes de ello, cuando en 1964 se inauguró la estación de esquí de Les Angles, vecinos, empresarios y políticos del lugar empezaron a pensar que necesitaban un balneario para atraer no solo a esquiadores y senderistas, sino también a los amantes de las aguas termales, el relax y la gastronomía de montaña.

Angleo, donde la nieve se funde sobre tu piel
En Les Angles sus habitantes siempre han trabajado muy duro, sin perder la ilusión desde tiempo inmemoriales, con la intención de mantener vivo un pueblo cuya Iglesia y casco antiguo se encuentran ahora mismo en perfecto estado de conservación. Actualmente, Les Angles es la única estación donde podemos bajar esquiando hasta el pueblo, llegando muy cerca de la Iglesia, hasta pocos metros de la piscina exterior del nuevo Angleo, inaugurado durante la temporada 2018-2019 gracias a una iniciativa municipal impulsada por el actual alcalde Michel Poudade, que ha contado con la ayuda de la región y del gobierno francés, se ha podido reparar el campanario que presentaba serios problemas estructurales.

Tras la inauguración hace mas de 50 años de la estación de esquí, con el pasar de los años Les Angles se convirtió en todo un referente a nivel de deportes de montaña, gastronomía y aventura, pero todavía les faltaba un detalle que otras estaciones y poblaciones cercanas tenían y ellos no: un balneario/spa. Tal y como comentamos anteriormente, el termalismo, la cultura del relax y la relajación forman parte de la oferta turística del sur de Francia desde hace mucho tiempo, con la llegada de los primeros turistas a la zona, la mayoría procedentes del Reino Unido y de centro-Europa.

Estaciones de esquí y poblaciones como Cauterets, Peyragudes, Bagneres de Bigorre, Luchon, St. Girons o Ax les Thermes se convirtieron en destinos muy concurridos no solo por los esquiadores, sino por un público muy heterogéneo que disfruta de los baños y la gastronomía local...Por tal motivo, la inauguración del centro termal mas moderno y espectacular del Pirineo Oriental, ha convertido a Les Angles en el centro de todas las miradas, generando una nueva fuente de ingresos que ayudará a dinamizar la zona y a renovar completamente la estación de esquí.

Angleo nos abre las puertas a una oferta realmente interesante que combina esquí con termalismo, aportando un valor añadido no solo al apres-ski en temporada, sino durante todo el año, pues Angleo abre todos los días del año, exceptuando dos semanas a finales de mayo. Les Angles ha invertido 6 millones de euros en Angleo, siendo una de las mayores inversiones que realiza la estación de esquí durante los últimos años. De propiedad municipal, en Les Angles todo el mundo vive directa o indirectamente del esquí y los deportes de montaña, destacando la labor y la ilusión de su alcalde Michel Poudade, cuya humildad y carácter cercano le ha convertido en todo un referente en el Capcir.

Angleo se encuentra situado a pie de carretera, a unos 1.630m, justo al lado de la escuela de esquí, entre las estaciones inferiores del telecabina de Les Pellerins y el telesilla Jassettes Express. En el nivel inferior encontramos la entrada, los vestuarios, taquillas y las principales instalaciones termo-lúdicas y el spa. El acceso adaptado a personas con movilidad reducida, los vestuarios para familias y la amplitud de los espacios convierten al nuevo Angleo en todo un referente a tener en cuenta, ofreciendo un nivel de lujo sostenible y asequible para todos los bolsillos.
En Angleo el agua se calienta a través de un sistema de calderas ultramodernas que consumen combustible natural bioecológico. siguiendo con la política de bio-sostenibilidad que impera en todo el pueblo y la estación de esquí (materiales, gestión de residuos, impacto ambiental, diseño y oferta de productos ecológicos en restauración).

En Angleo brilla con luz propia la gran piscina interior que supera los 200 m2, desde donde podemos acceder a una piscina posterior donde se proyectan imágenes a través de un proyector de cine de alta definición. El efecto chill-out es total, realizando una inmersión sensorial que mezcla imágenes proyectadas con el paisaje nevado exterior y los reflejos que produce el agua jugando con la cálida iluminación interior.

Desde la piscina interior bajaremos unas escaleras y a través de un pasadizo lleno de agua templada saldremos al exterior, disfrutando de una preciosa piscina al aire libre circular de unos 100m2, al mas puro estilo de los grandes resorts alpinos. Con buen tiempo, la visión panorámica que se obtiene es espectacular, abarcando las principales cumbres del cordal fronterizo, el macizo de Madres y una parte de la estación de esquí.

Y de noche, con la iluminación del agua y las pistas de esquí (esquí nocturno), el efecto será realmente impresionante. Junto a las piscinas, en Angleo también podremos relajarnos en las saunas, la cueva de sal, el hammam y un área especial para que los niños disfruten del agua. A nivel de masajes, Angleo dispone de una zona especialmente preparada para ello, con cabinas equipadas con la última generación de camillas para masajes, ya sea a nivel individual o en parejas.

A nivel de calle, encontramos la nueva bolera, que se ha reconstruido de forma exquisita (utilizando colores cálidos con detalles muy elegantes) , ofreciendo servicio de bar-restaurante, una sala polivalente para actos y eventos y una pequeña zona de juegos. Los primeros visitantes han destacado la belleza de la gran sala que acoge la piscina principal y el área de relax. La zona inferior de Angleo se ha diseñado con la intención de que la luz solar y la nieve en invierno se mezclen con el agua y las paredes, ofreciendo una bucólica visión panorámica del casco antiguo de la población, la pista para trineos, el área para debutantes y la escuela de esquí.

Así pues, el nuevo Angleo nace con una doble intención: ofrecer una alternativa elegante y relajante al esquí, que pueda actuar a la vez como complemento perfecto en invierno (existe el forfait esquí+Angleo) y tener una nueva fuente de ingresos que ayude a la población y a la estación de esquí a avanzar hacia el futuro.
La puesta en marcha de Angleo, actuará como un gran dinamizador de toda la zona, creando nuevos empleos y fomentando a la vez que los visitantes se queden mas días en el Capcir. Ahora por fin podremos disfrutar de la maravillosa sensación que se obtiene al bañarse en una piscina termal al aire libre, mientras la nieve va cayendo sobre nuestra piel, rodeados por un marco incomparable de belleza sin par.