Con más de 25 de experiencia en el mundo del marketing emocional y la comunicación audiovisual, siempre enfocado al turismo de montaña y estaciones de esquí, tengo que reconocer que nunca antes me había enfrentado a nivel profesional (y personal) ante una disyuntiva socio-económica como en la que estamos inmersos. Hace justo dos años nos metíamos de lleno en una pandemia global que cambiaría nuestras vidas, afectando la salud, la economía y el futuro de millones de personas.

Ante la emergencia sanitaria que poco a poco vamos dejando atrás, siempre pensamos que era (y lo sigue siendo) muy importante saber mantener la cabeza fría y tener muy claro como actuar, aparcando las ideologías políticas y las disputas. Ahora que dejamos atrás el mes de enero de 2022, el futuro mas inmediato para nuestro sector es menos incierto que hace un año. Por fortuna, podemos contar con el apoyo de una gran masa social que busca en el ocio, el deporte, el entretenimiento y la cultura una válvula de escape que les ayude a paliar los efectos psicológicos que ejercen sobre la población el bombardeo constante de malas noticias.

Fueron muchos los países que hace casi dos años, cerraron todas sus pistas de esquí, manteniéndolas cerradas hasta el inicio de la presente temporada. Ahora más que nunca, creo que ha llegado el momento de unir sinergias, trabajando en equipo con quienes nos pueden ofrecer una buena oferta deportiva, cultural y de alojamiento en la montaña. Considero muy importante potenciar el turismo transfronterizo, abriéndose ante nosotros una oportunidad inmejorable para desestacionalizar muchas poblaciones y estaciones de esquí. Y no estoy hablando de los JJOO de invierno, estoy hablando del presente, de trabajar para comunicar correctamente, para ofrecer sensaciones, emociones (marketing sensorial y emocional) para lograr fidelizar por un lado y por otro captar nuevos clientes.

Considero muy importante que España, Andorra y Francia de algún modo puedan llegar a trabajar juntas a la hora de comunicar, pues a nivel de marketing, creo que es necesario recuperar esquiadores, ofreciendo complementos a la oferta de esquí que resulten interesantes a las nuevas generaciones. Todo el Pirineo posee un potencial impresionante a nivel de oferta turística, un potencial que se retroalimenta de un modo único, ofreciendo paisajes y poblaciones con mucha magia y encanto, ideales para pasar varios días de vacaciones recorriendo valles de postal, donde la gastronomía y las tradiciones se dan la mano.

Si a ello le sumamos todas las estaciones de esquí que podemos encontrar entre Francia, España y Andorra, ante nosotros se abre un abanico de posibilidades espectacular. No debemos olvidar o ignorar que el viajero valora sobretodo la oferta cultural, la gastronomía y los deportes en familia. Si ofreces buenos precios, amplitud de miras, grandes espacios, buena comida y experiencias auténticas, triunfarás a nivel de fidelización y de márqueting emocional.

Es necesario potenciar el turismo transfronterizo pero mantiendo en todo momento la lógica y el sentido común, pues el pasado verano aumetaron considerablemente el número de quejas por la masificación de nuestras montañas. Son muchos los que se lanzan a vivir aventuras sin tener experiencia. Es importante viajar bien equipados y saber orientarse, siendo necesario transmitir un mensaje muy claro de prudencia a la hora de afrontar actividades en alta montaña. Una buena preparación (física y psíquica) y llevar buen material son indispensables.

En muchas zonas de los Alpes, el turismo transfronterizo se ha convertido en la solución a la congestión que viven muchas áreas de montaña, dosificando esfuerzos y repartiendo a su vez a los esquiadores y visitantes a lo largo y ancho de vastos dominios. En el Pirineo, encontramos muchas áreas que pueden compartir visitantes, desde Navarra y los bosques de Belagua o Irati hasta Andorra, la Cerdanya y el Pirineo Oriental francés, con las Neiges Catalanes como principal buque insignia.
Es importante saber en todo momento donde estamos y que podemos ofrecer, aprendiendo de nuestros errores para mejorar nuestras acciones y nuestras políticas de comunicación. Solo espero que tengamos una temporada que nos invite a mirar hacia el futuro con optimismo y mucha positividad.