Perteneciente al subgénero de las películas de ski, “Der Weisse Rausch” es un filme mítico, antológico y entrañable (visto con los ojos del espectador actual), escrito y dirigido por el maestro alemán Arnold Fanck en 1931. Con una duración de 94 minutos, podemos afirmar que es la primera película de la historia del cine donde el esquí es tratado como un deporte alegre y divertido, dejando a un lado el misticismo y los mensajes profundos del cine expresionista.
Y es que el esquí es mucho más que un deporte, es una afición, un divertimento o una excusa genial para disfrutar de la montaña entre amigos. El filme de Fanck abrió las puertas a los rodajes donde el apres-ski se convertia en parte de la historia, marcando las pautas de las comedias con romances en la nieve, donde Suecia, Italia y Francia tendrían mucho que decir. El título en español es bastante original “La intoxicación blanca” y hoy en día todavía podemos encontrar varias críticos que la titulan “Borrachera en la nieve”, con la coletilla de “las nuevas maravillas con esquís”.
Tras rodar varios dramas épicos en alta montaña, Arnold Fanck decidió volver contar con Leni Riefenstahl en el papel principal, cambiando totalmente su registro. En esta ocasión, la joven Leni (que gozaba de una fama enorme), quiere participar en una carrera de esquí durante sus vacaciones de invierno en Arlberg. La joven Leni, feliz en St. Anton, dejará que el instructor de esquí Hannes, (interpretado por el legendario instructor Hannes Schneider), le enseñe las maravillas del arte del esquí, con la intención de perfeccionar su técnica para poder correr junto al resto de esquiadores de alto nivel.
Mientras tanto, dos carpinteros de Hamburgo, Tietje y Fietje, (interpretados por Walter Riml y Gustav Lantschner), también quieren ganar la carrera, pero son autodidactas en el esquí, estos dos van por libre. Los dos grupos de amigos se encontrarán una y otra vez y al final, Leni ganará la carrera de principiantes con la ayuda del pequeño Lothar, interpretado por Lothar Ebersberg.
Un año más tarde, todos el simpático grupo de esquiadores volverá a juntarse para participar en una cacería de zorros en la que Leni y Hannes representan a la pareja de zorros. Debido a la torpeza de las dos carpinteros de Hamburgo, la pareja protagonista logrará escapar una y otra vez. Solo el pequeño Lothar puede acabar con ambos, demostrando su capacidad para sorprendenos en la nieve.
Como podeis ver, el guión no se anda por la ramas y va directo al grano: aquí lo que importa es entretener al espectador contagiando las ganas de esquiar de los protagonistas, mientras director y cámaras se dedican a mostrarnos el mundo del esquí desde un ángulo o prima distinto. Las escenas de esquí son espectaculares, demostrando en algún momento del filme hasta que punto dominaban el arte de rodar. Incluso llegaron a colocar una cámara en unos esquís, para rodar escenas a ras del suelo.
Es importante destacar que por primera vez observamos en una película a un grupo de amigos disfrutar de unas vacaciones en la montaña de un modo totalmente natural, tal y como hacemos la mayoría de los amantes de la nieve hoy en día: disfrutando de la nieve de una forma totalmente festiva, jovial y alegre. El expresionismo alemán aparcaba por un momento la épica de Wagner y la teatralidad, para mostrarnos a personajes totalmente cercanos.
Y si, aunque en ocasiones podamos pensar que alguna escena se nos presenta un tanto ridícula, por respeto a Fanck y a Riefenstahl diré que el filme no deja de ser un reflejo de cómo vivían los jóvenes amantes de la montaña en los años 20-30. Puede que alguna escena haya envejecido peor que otra, pero el filme sigue siendo un fantástico documento histórico que nos muestra el origen del esquí tal y como lo conocemos hoy en día. Y de paso, es un excelente reclamo publicitario de St. Anton y el Arlberg (Austria), una de las áreas de esquí más entrañables y espectaculares de los Alpes.
El poder mostrar a un grupo de jóvenes que se reunen anualmente en St. Anton, compitiendo entre ellos de un modo jovial y alegre, era uno de los objetivos de Arnold Fanck, deseoso de apartarse por un tiempo del drama alpino. El componente romántico también está presente, pues según va aumentando la habilidad de los protagonistas con los esquís, también va creciendo en su interior la llama del amor…Con todo lo que ello conlleva.
La película representó la tercera adaptación cinematográfica que Arnold Fanck dirigía y producía sobre el mundo del esquí, siendo la primera en enfocarse como si de un largometraje de ficción se tratara.. El primer documental sobre esquí que rodaron Fanck y Schneider se estrenó en 1920. La segunda parte siguió en 1922. Hannes Schneider fue tratado como una verdadera estrella del cine y el esquí en las tres películas. La técnica de la película sonora y la participación de Leni Riefenstahl como "Schibaby" fueron todo un revulsivo en el filme que nos implica, sin olvidar que estamos en 1931, marcando el inicio de una época en la que el mundo del cine nos depararía grandes sorpresas.
La fotografía en el estudio fue realizada por Hans Karl Gottschalk y Bruno Leubner, las tomas al aire libre en St. Anton y Zürs am Arlberg fueron realizadas por Richard Angst y Kurt Neubert; El asistente de cámara fue Robert Dahlmeier. Las grabaciones de sonido fueron realizadas por Emil Specht, asistido por Hans Bittmann. Walter Tost era el director de la unidad. Los edificios de la película fueron construidos por Leopold Blonder. La música del filme fue compuesta por Paul Dessau, asistido por Fritz Goldschmidt. La película fue una producción de H. R. Sokal-Film GmbH (Berlín) en nombre de Aafa-Film AG (Berlín). El productor fue Henry Sokal.
The White Rush - New Miracles of the Snowshoe se presentó al Reichsfilmzensur el 9 de diciembre de 1931 para su examen y se estrenó el 10 de diciembre de 1931 en el UFA-Palast am Zoo de Berlín. El film se estrenó en Estados Unidos en 1938. Hannes Schneider, que era judío, había sido recluido en un campo de trabajo nazi, pudiendo escapar a Estados Unidos, donde se forjó una solida carrera como instructor y profesional del esquí. Leni Riefenstahl se convirtió en directora, llegando a dirigir varios documentales para el Tercer Reich. Con los años, Leni se desentendió del nazismo y sus jerifaltes y acabó viviendo más de 100 años, rodando documentales sobre submarinismo por todo el mundo.
