Leni Riefenstahl, la llama que nunca se apaga

Leni Riefenstahl, la llama que nunca se apaga
Cuando se cumplen 90 años del estreno de Der Grosse Sprung (1927, estrenada en algunos países europeos en 1928), la figura de Leni Riefenstahl vuelve a ser protagonista, tanto por el aniversario de la película que la consagró como estrella del Bergfilme (cine de montaña alemán), como por la inauguración de varias exposiciones e incluso debido el estreno de una curiosa obra de teatro.

Tras el éxito de La Montaña Sagrada (1926), dirigida por Arnold Fanck y co-protagonizada por Luis Trenker, la estrella alemana volvería a repetir con el mismo equipo un año después, protagonizando una interesante película de montaña rodada en las Dolomitas, donde Trenker se sentía como en casa. Der Grosse Sprung  sigue siendo un título mítico dentro del Berfgfilme, demostrando una vez mas la maestría de Arnold Fanck rodando en alta montaña. Aunque la vinculación al régimen nazi hicieron de Leni un personaje controvertido, admirado y odiado, no podemos negar que a lo largo de su longeva vida (más de 100 años), Riefenstahl demostró tener una voluntad de hierro luchando por su pasión y defendiéndose de múltiples calumnias. Hoy en día, son tantas las sombras y nieblas que rodean su nombre que necesitaríamos un monográfico para poder desarrollar a nivel humano, artístico y psicológico el perfil de alguien como ella, cuyo carácter, mirada, porte y elegancia, se convirtieron en una marca inimitable, brillando con luz propia en una época turbulenta dominada por hombres sin escrúpulos.

 

Infancia

Helene Bertha Amalie Riefenstahl, nació el 22 de agosto de 1902 en Berlín. Su padre fue un distinguido industrial alemán de carácter complicado y casi siempre reacio a la hora de aceptar las inquietudes de su hija. Por fortuna, su madre la apoyó desde muy  temprana edad, enfrentándose a su esposo a la hora de cumplir uno de los deseos de su hija: ser bailarina. Para ello no dudó en contratar como profesora a la prestigiosa bailarina rusa Eugenie Eduardova. Lamentablemente, una serie de infortunios (lesiones y problemas musculares), apartaron a la pequeña Leni del ballet, adentrándose en otro apasionante mundo que por aquel entonces emergía con fuerza en Alemania: el cine.

 

La montaña, Fanck y Trenker

A lo largo del período de entreguerras, el expresionismo alemán buscaba el modo de representar a través de la fotografía y la expresión de los actores, la experiencia emocional en su forma más completa, sin preocuparse de la realidad externa. Lo mas importante era poder mostrar la naturaleza interna, y a través del Bergfilme fueron varios los directores, actrices y actores que lograron seducir al espectador a través de dicho movimiento artístico.

Fritz Lang (Metropolis, 1927), Robert Wiene (El gabinete del Doctor Caligari, 1920) o Friedrich Murnau (Nosferatu, 1922), brillaron con luz propia en el firmamento cinematográfico mundial, seduciendo a una joven Leni Riefenstahl, desengañada de su carrera como bailarina. En pleno apogeo de la UFA alemana, Leni debutó en el cine como bailarina en El Camino de la Fuerza y la Belleza (1925); aunque su papel era muy pequeño, le valió para conocer a Arnold Fanck, director de cine, geólogo y fundador de la Sociedad de Cine Deportivo y de Montaña de Frigurgo. Fanck quedó prendado de la belleza y las ganas de trabajar de Leni y no dudó en contratarla como actriz para varios de sus proyectos. En Der Heilige Berg (1926), Leni interpreta el papel de una bailarina profesional, Diotima, que se encuentra en medio de un triángulo amoroso. Dos escaladores la cortejan, Vigo (Ernst Petersen) y su amigo sin nombre (Luis Trenker). Diotima se siente atraída hacia el amigo pero no puede evitar el fomentar a la vez las atenciones de Vigo durante una jornada de esquí. Diotima tiene un momento de intimidad con Vigo, y cuando el amigo les ve juntos reta airadamente a Vigo a una peligrosa escalada. Durante la marcha, el amigo hace caer a Vigo pero luego se arrepiente y le rescata. Ambos hombres, sin embargo, pronto se pierden en las montañas, y mueren antes de que Diotima y el equipo de rescate lleguen hasta ellos. La montaña sagrada (Der Heilige Berg,1926) fue la primera incursión de Leni en el mundo del cine como actriz principal, siendo toda una experiencia para ella pues el rodaje del filme fue un cúmulo de desastres, destacando una nueva lesión de Leni y la falta de recursos financieros.  La tenacidad de Fanck se impuso y la película logró estrenarse con éxito en una época en la que la oscuridad comenzaba a extender su pesado manto por media Europa. Durante el rodaje de La Montaña Sagrada, la joven actriz no sólo interpretó su papel con gran profesionalidad, sino que aprendió de Fank los entresijos de la dirección cinematográfica, tomando muchas notas y disfrutando de las localizaciones en alta montaña.

 

La luz de Leni

Tras el éxito de su primera película, Leni rodó con Fanck y Trenker Der Grosse Sprung (1927), donde da vida a una pastora de cabras llamada Gita (Leni Riefenstahl), experta montañera que vive en una pequeña aldea de los Alpes, donde la corteja Toni (Louis Trenker). Michael Treuherz (Hans Schneeberger, también cámara en el filme), un rico hipocondríaco, llega a las montañas para descansar durante sus vacaciones, y cuando se cae a un río es rescatado por Gita. Ella y Toni le enseñarán a esquiar, y Gita se ofrecerá a sí misma como premio (hoy en día algo impensable) en una carrera de esquí. Treuherz gana, se casa con Gita y forman una familia en los Alpes, y el pobre Toni…pues ya se lo pueden imaginar...Un año después el director Rolf Raffé la contrataría para rodar El destino de los Habsburgo (1928), un filme de época alejado de la montaña. En 1929 volvería a los Alpes para rodar a los órdenes de Arnold Fanck el intenso drama El Infierno Blanco del Pitz Palü, considerada como una de las diez mejores películas de montaña jamás rodadas cuyo argumento es todavía mas dramático que sus filmes anteriores.

Después de que su mujer falleciera al caer en la grieta de un glaciar, el Dr. Johannes Krafft (Gustav Diessl) vaga en soledad por los Alpes suizos y acaba

convirtiéndose en lo que los lugañeros conocen como  Espíritu de la Montaña. En un refugio conocerá a Maria Majoni (Leni Riefenstahl) y Hans Brandt (Ernst Petersen), y él y Maria se sentirán mutuamente atraídos. Krafft inicia una ascensión en solitario al día siguiente, seguido por el celoso Hans. Maria, se percata de lo peligrosos que son los triángulos amorosos en alta montala y sale tras Hans, que se fractura una pierna intentando alcanzar a Krafft. Ella y Krafft se quedan con Hans, mientras estalla una violenta tormenta que pondrá en peligro sus vidas. Después de varios días, Kraft intentará obtener ayuda pero se congelará hasta morir. El equipo de rescate encuentra a Maria y a Hans y les devuelve sanos y salvos, cerrando de este modo uno de los mejores dramas alpinos de Arnold Fanck. En 1930 Riefenstahl rodaría Tempestad en el Mont Blanc también a las órdenes de Fanck, un nuevo drama romántico; En esta ocasión, el guión nos presenta al meteorólogo Hannes (Sepp Rist), que reside en un observatorio aislado. Hella Armstrong (Leni Riefenstahl), que vive en el valle con su padre astrónomo (Friedrich Kayssler), descubre el observatorio de Hannes al sobrevolarlo con un aeroplano conducido por el piloto Ernst Udet (en su propio papel). Posteriormente, Hella visita a Hannes y los dos se enamoran. Él la anima a visitar a su achacoso amigo, un músico llamado Walter (Mathias Wieman), pero cuando ella lo hace él empieza a temer que se hayan convertido en amantes (de nuevo posible triángulo amoroso en alta montaña). El angustiado Hannes decide quedarse un año más a trabajar en el macizo del Mont Blanc, pero sus manos se congelan cuando pierde sus guantes y queda atrapado en una tormenta. Incapaz de encender una hoguera, intentará descender para ponerse a salvo, pero las grietas que se han formado en el glaciar le obligarán a regresar. Hella logra captar su llamada de socorro en la radio del observatorio de su padre y enfilará hacia el Mont Blanc con un equipo de rescate. Antes de llegar hasta él, Udet se adelantará volando salvándole la vida al lograr encender una hoguera.

Tras rodar varios dramas románticos seguidos, Arnold Fanck decide apostar por guiones mas alegres y en 1931 vuelve a contar con Leni para rodar la divertidísima Der Weise Rausch (White Ecstasy), un homenaje al esquí y al Tirol contando para la ocasión con el grandísimo esquiador (instructor) austríaco Hannes Schneider. La mirada, la expresión y la naturalidad con la que Leni seducía al espectador se convirtieron en un recurso que Fanck supo aprovechar a la perfección a la hora de rodar primeros planos. Leni y la montaña formaban un binomio perfecto y a partir de Der Weise Rausch, la actriz alemana vio la necesidad de darle un giro a su carrera cinematográfica y decidió crear su propia productora siendo La luz azul, una leyenda de los Dolomitas (1932) su primera película como directora (contando con la ayuda de Béla Balázs), en la que también aparecía como actriz. El filme fue todo un éxito y en la Bienal de Venecia de 1932 conseguía la medalla de plata, manteniéndose en cartel más de un año en varias capitales europeas.

En esta ocasión, Leni deja a un lado el romanticismo y los triángulos amorosos y nos narra la historia de una joven que vive sola en una montaña en cuya cumbre brilla una luz azul por las noches; los habitantes del pueblo, temerosos ante la luz, rechazan a la muchacha y tachándola de bruja. Sólo un visitante no hace caso de los supersticiosos y decide acercarse a la joven; los dos se sienten mutuamente atraídos, pero la historia de amor se trunca cuando él la sigue sin su consentimiento hasta su refugio y descubre el secreto de la luz azul…Alpinismo y fantasía en los años 30, expresionismo alemán en su estado mas puro. En 1933 rodaría dos versiones del filme S.O.S Eisberg (S.O.S Iceberg), una para Alemania dirigida por Arnold Fanck y otra para el resto del mundo dirigida por Tay Garnett. A partir de este título, Leni no volvería a rodar una película como actriz hasta 1954, cuando dirigió e interpretó una curiosa versión de la obra Tierra Baja. El motivo de su retiro como actriz fue un encuentro que la marcaría de por vida...

 

El nazismo y la búsqueda de la perfección cinematográfica

Hitler y Goebbels se sintieron seducidos Leni Riefenstahl cuando la vieron en La montaña sagrada en 1926, pero su primer encuentro no fue hasta 1933, cuando los nazis toman el poder. Durante la promoción de La luz azul en Alemania, Leni entró en contacto con todo el aparato propagandístico del Tercer Reich en el Palacio de Deportes de Berlín. El Führer y Leni se conocieron poco tiempo después y la artista empezó a frecuentar los círculos políticos y festivos de la élite nacionalsocialista alemana. Asesorado por su Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, Hitler ofreció a la artista la dirección de varios documentales sobre el partido nazi. Leni aceptó, solicitando poder tener total libertad creativa. Entre los años 1933 y 1935 filmó La trilogía de Nuremberg, una serie de documentales sobre el nacionalsocialismo: Victoria de fe, El triunfo de la voluntad y Día de libertad.

De los tres filmes, destaca El triunfo de la voluntad  (1934), por perfección técnica y por el uso de travellings y planos aéreos. Las imágenes son tan poderosas que ni siquiera necesitan una voz en off, algo bastante insólito para un filme de este tipo y una de las razones por las que Riefenstahl siempre se negó a calificarla como película propagandística sino como documental. Pero su obra maestra todavía estaba por llegar y significaría la cúspide en la carrera de la joven directora de cine: los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín. Riefenstahl dirigió el documental Olimpia durante cuatro semanas, trabajando con 45 cámaras. Llegó a grabar 800.000 metros de celuloide, suficiente para una película de unas 500 horas. Olimpia se estrenó el 20 de abril de 1938, el día del cumpleaños del Führer. La cinta dividida en dos partes, La fiesta de los pueblos y La fiesta de la belleza, fue todo un éxito, en gran parte al utiliar efectos especiales y avances en la postproducción totalmente innovadores. El público y la crítica destacaron la cuidada composición de las imágenes con deportistas saltando con la cámara colocada en un foso, las transiciones, la plasticidad y los juegos de luces y sombras.

La técnica de montaje empleada por Riefenstahl marcó un punto de referencia en la historia cinematográfica, creando un himno a la belleza del cuerpo humano y a la gloria de la fuerza física. Muchos directores imitarían su estilo y utilizarían las mismas innovaciones técnicas a la hora de rodar.

 

Leni tras la guerra

En 1938 el mundo observaba con miedo el devenir de unos acontecimientos que se precipitarían justo un año después. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, el Tercer Reich puso en marcha una masiva producción de películas propagandísticas para ensalzar el régimen y mantener alta la moral del pueblo. La carrera de Leni Riefenstahl parecía haber tocado techo, trabajando dentro de un genero tan interesante como es el documental. La artista alemana por un lado deseaba volver a interpretar, ya fuera en la montaña o en un estudio, y por otro, empezaba a estar cansada de rodar filmes de encargo. Cuando le ofrecieron rodar una película sobre la línea Sigfrido (el espacio defensivo alemán en respuesta a la Línea Maginot francesa), Leni se negó y desapareció del panorama cinematográfico alemán.

En 1945, Leni Riefenstahl recibió duras críticas, siendo acusada de colaborar con el régimen nazi. Al término de la contienda, Leni fue encarcelada, interrogada y aunque, finalmente quedó en libertad, sus bienes fueron incautados y su crecibilidad quedó en entredicho. Tuvo que luchar contra las quienes la acusaban de formar parte del aparato de propagando del nazismo e incluso de haber sido amante de Hitler o de Goebbels, con quienes acabó manteniendo una relación más que hostil. Leni pasó a engrosar la lista de artistas que se habían acercado al nazismo ya sea por interés o porque en aquel momento, el Ministerio de Propaganda nazi les había seducido artística y crematísticamente…léanse nombres como Luis Trenker, Arnold Fanck o Heinrich Harrer entre otros.

Con el paso de los años, críticos y analistas especializados en el Bergfilme empezaron a poner de manifiesto las dudas que generó en su momento la labor de Riefenstahl dentro del panorama cinematográfico alemán, formulando abiertamente varias preguntas: ¿hasta que punto la pasión por su trabajo la llevo a no querer ver lo que se escondía tras los primeros desfiles y discursos de Hitler?, ¿puede un artista olvidar lo que hay detrás de una idea o un pensamiento a la hora de rodar? o ¿hasta que punto el cine de montaña alemán no deja de ser una apología de la raza, siendo sus películas de algún modo supremacistas?...Con el paso del tiempo sus detractores fueron disminuyendo y en los últimos años de su vida se realizaron muchas retrospectivas y homenajes a su corta pero mas que interesante carrera cinematográfica.

 

De la montaña al mar

En 1954 regresa a la dirección y a la interpretación, con la intención de dejar atrás las dudas que planean sobre ella y el acoso de una parte de la prensa. Tierra Baja marca un nuevo punto de inflexión en su carrera, pues tras la pobre recepción del filme, abandona la interpretación definitivamente y se lanza a otros menesteres…iniciando inició una brillante carrera como fotógrafa.

 

Su reportaje sobre los indígenas de Nuba tuvo un enorme éxito internacional, no obstante, también recibió críticas, comparándola con la labor realizada por Ernst Schäfer en el Tibet como miembro de las SS.  A los 71 años, Riefenstahl se aleja totalmente de la montaña y el esquí y descubre una nueva pasión por el submarinismo y la fotografía bajo el agua, obteniendo el carné de buceo, algo que según sus propias palabras – Me ayudó a sentirme veinte años mas joven. - Con 80 años escribió sus extensas memorias en las que plasmó una larga vida de emociones y decepciones. Su vida se convirtió en un bestseller mundial y un año antes de su muerte, pudo estrenar un interesante documental con el que regresó a la dirección. Underwater Impressions (2002) es un tributo al mar mas que interesante, rodado con maestría y con mucho talento. Leni falleció a los 101 años el 8 de septiembre de 2003, defendiendo que toda su vida se había dedicado a la profesión de artista, sin pararse a analizar ideas ni pensamientos políticos. Según afirmó - Hubiera filmado los entresijos del partido comunista si la URSS me lo hubiera pedido. -

 

Mas allá de Leni

Como curiosidad cinematográfica, en el filme Race (El héroe de Berlín, 2016)   dedicado a la figura del corredor Jessie Owens, la actriz y cantante holandesa Carice Van Houten (protagonista de la excelente El Libro Negro), interpretó el papel de Leni Riefenstahl durante los JJOO de 1936. Hasta la fecha, no existe ningún filme sobre Riefenstahl, mas allá de los documentales que se han llegado a rodar sobre su vida, de los cuales destacan Leni Riefenstahl (1973), dirigido por John Musilli, Die Mach der Bilder: Leni Riefenstahl (1993) y Leni Riefenstahl im Sudan (2002), ambos dirigidos por Ray Müller y el cortometraje documental Leni Riefenstahl por Romá Gubern (2006). En los documentales de Ray Müller se incluyen largos pasajes de entrevistas con Leni Riefenstahl que muestran la contradictoria ambigüedad de su carácter. Llegados a este punto me atrevo a afirmar que muchos documentales y películas de montaña de los años 40 y 50 beben directamente de las aguas de Fanck y Riefenstahl y en algunos casos, esconden sin pudor referencias directas al bergfilme alemán, como es el caso de muchas películas de Luis Trenker o de La Montaña Trágica (1950), con Glenn Ford y Alida Valli como protagonistas. Fueron muchos los artistas y políticos que mantuvieron correspondencia con Riefenstahl a lo largo de muchos años, destacando Jean Cocteau, Rainer Werner Fassbinder o Albert Speer. Sin lugar a dudas estamos hablando de un personaje avanzado a su tiempo, de alguien que se enfrentó a su padre, a la sociedad alemana, a la justicia internacional, a la prensa y a muchos compañeros de profesión, defendiendo en todo momento que el arte está por encima de cualquier idea, religión o pensamiento político. Parte de la vida y obra de Leni Riefenstahl incluso llegó al teatro de la mano de Valeria Schulzova i Roman Oleksak, directores de la obra Leni, que reconstruye la entrevista que el famoso presentador de TV norteamericano Johnny Carson le hizo a Leni en los años 70. La entrevista que se reconstruye en el escenario  nos ayuda a explorar cuestiones de una gran profundidad y trascendencia, formulando preguntas muy interesantes como pueden ser: los artistas, ¿hasta qué punto son libres?, ¿cuáles son las responsabilidades y cuáles son los límites?, ¿el contexto histórico justifica ciertas obras?, ¿se puede juzgar de manera positiva el arte incluso sabiendo que fue creado para cumplir objetivos perversos?...Todo ligado de manera ágil y magistral en una obra que hace un año puedo verse en España.

Leni Riefenstahl fue bailarina solista con 21 años, estrella de cine con 24, directora de cine con 29 y a los 34 años se convirtió en toda una leyenda dentro del partido Nazi, aunque  es cierto que nunca llegó a afiliarse a dicho partido. Su leyenda, llena de claroscuros, dudas y misterios, sigue viva gracias a su legado audiovisual, destacando su aportación al cine de montaña y su pasión por la perfección a la hora de rodar, una perfección que han destacado y aplaudido directores de la talla de Martin Scorsese.

 

Víctor Riverola i Morera

 

 

 

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  • Las cuatro cremalleras de Alemania Publicado el 04/10/2023

5 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    29/07/2018 22:47
    #1
    interesante articulo, muy detallado.
    El tiempo da el justo valor a cada persona.
    Esta señora habrá sido denostada por haber nacido donde y cuando le tocó, y vivió lo que le tocó vivir.
    Igualmente grandes personas que les ha tocado nacer españoles en el siglo XX son vilipendiados por estos nuevos modernillos de infancia regalada que imparten lecciones a diario de correcion e integridad moral.
    Mis respetos a Leni, me encantan sus trabajos

    karma del mensaje: 25 - Votos positivos: 2 - Votos negativos: 0

  • #2
    Fecha comentario:
    30/07/2018 07:16
    #2
    Aunque nunca se afilió al partido nazi, no podemos olvidar que rodó tres documentales históricos de gran trascendencia para el nazismo, pero...ella siempre ha defendido que los rodó como un ejercicio de expresión artística y que cuando estalló la guerra, su relación con el partido empeoró, acabando realmente mal con Hitler y el resto de su cuadrilla. No soy nadie para juzgar a personas que no he conocido, pero Leni siempre será recordada como un personaje controvertido, que vivió en una época convulsa, rodeada de acontecimientos que en muchos casos, la superaron.

    karma del mensaje: 9 - Votos positivos: 1 - Votos negativos: 0

    • Gracias!
  • #3
    Fecha comentario:
    30/07/2018 10:54
    #3
    I LOVE Leni

    karma del mensaje: 25 - Votos positivos: 2 - Votos negativos: 0

    • Gracias!
  • #4
    Fecha comentario:
    31/07/2018 23:23
    #4
    Nos interesa y apasiona la historia, el cine, el esquí y el buceo y de eso hay mucho aquí.

    karma del mensaje: 15 - Votos positivos: 1 - Votos negativos: 0

    • Gracias!
  • #5
    Fecha comentario:
    01/08/2018 08:57
    #5
    muy guapo :+:

    karma del mensaje: 15 - Votos positivos: 1 - Votos negativos: 0

    • Gracias!

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