Cerdeña (Sardegna) se encuentra en el centro del Mediterráneo occidental y es una isla muy rica en historia, ya que fue colonizada por muchas poblaciones desde tiempos prehistóricos. Muchas ciudades sardas fueron fundadas por los fenicios, griegos y romanos que las utilizaron como base para sus negocios, gracias a la ubicación estratégica de la isla. Al visitante español le sorprenderá encontrar abundantes referencias a nuestro país, tanto a nivel cultural como arquitectónico; no hay que olvidar que Sardegna fue propiedad de la corona catalano-aragonesa desde 1323, pasando luego a depender del Reino de España, tras la unificación de los Reyes Católicos, en 1479. Allí permanecimos hasta 1708, cuando tras la Guerra de Sucesión pasó a manos del imperio austriaco y luego a la casa de Saboya. De esta tierra partió Garibaldi, en 1861, en pos de la unificación de Italia. La presencia española se observa en la arquitectura, en el catalán que se habla en Alghero (muy poco hoy en día) y en la dedicación de los sardos a las fiestas. A nivel personal, puedo afirmar sin rubor que Sardegna es la isla mas bella del Mediterráneo, con una media montaña en el interior salpicada por verdes colinas en primavera y con 1.850 kilómetros de costa (donde encontramos algunas de las playas mas bellas del mundo). Las costas sur y oeste alternan playas incontaminadas con acantilados de aguas cristalinas. Sardegna es conocida como la isla del viento, gracias al Mistral que sopla desde el noreste; en verano el viento caliente Xaloc, se convierte en protagonista llegando desde África.
Y es en esta isla tan rica en paisajes y contrastes donde encontramos Bruncu Spina, una pequeña estación de esquí que sorprende por su ubicación y por la calidad y cantidad de nieve que en ocasiones, pueden llegar a tener (como recientemente pudimos comprobar). Bruncu Spina es el nombre de la segunda cumbre mas alta de la isla (1.829m), tras la Punta de la Marmora (1.834m), que se encuentra a una hora y media a pie, puede que menos en verano. En el vecino Monte Spada, que supera los 1.300m de altitud, se está estudiando abrir una pequeña estación, dedicada a los debutantes, pero de momento, Bruncu Spina se lleva la exclusiva en lo referente al esquí sardo.
La estación cuenta con un refugio, un teleskí, un telecuerda y cinco pistas (1 azul, 2 rojas y 2 negras), varios cañones de nieve artificial y una máquina para preparar las pistas. La cota mas alta la encontramos a 1.820m y la mas baja a 1.570m. Aunque pueda parecer muy pequeña, las pistas son mas que correctas, pues solo las dos rojas suman casi 2km, mas 1km de negras y 400m de azul. Si la temporada acompaña, los fines de semana suelen tener bastante público, aunque en estos casos, siempre es mejor contar con un público fiel que no con una afluencia masiva de esquiadores, pues con un solo teleskí poco podrían hacer en caso de masificación.
La ventisca, el frío y la poca visibilidad aconsejaron regresar, pero ya que estábamos…lo hicimos de un modo especial, acortando por las laderas nevadas de la cara N-E, hasta llegar al parquing junto al teleskí y el refugio, a 1.570m. Fue un trekking circular realmente interesante, con una meteo en contra que me sorprendió; por fortuna, mi compañera de aventuras es sarda y está acostumbrada a las sorpresas que depara al montañero una isla como Sardegna.
Tengo ganas de volver al Gennargentu en verano, para poder pisar por fin la cumbre de la Punta de la Mormora, con su cruz en lo alto. Tengo ganas de disfrutar de la panorámica excepcional que se disfruta desde tan imponente mirador, aunque debo reconocer, que desde el Bruncu Spina el paisaje sardo que divisamos es una maravilla. Nos quedamos con las ganas, pero la experiencia fue interesante e intensa a la vez. Y es que el Gennargentu resume a la perfección el carácter de Sardegna, una isla agreste, fuerte, donde pueden vivirse emociones intensas.
Sardegna una tierra muy rica en festividades tradicionales que sobreviven a través de los siglos, tal como las carreras de caballos salvajes, la fiesta de San Efisio en Cagliari o la Fiesta del Redentor en Nuoro. Me despido compartiendo con el lector unas palabras del célebre escritor inglés David Herbert Lawrence:
- “Esta tierra no se parece a ningún otro lugar…Sardegna es otra cosa: es una isla amplia, inusual, no del todo irregular, cuyos paisajes logran desaparecer en la distancia. Crestas y cerros como el brezo, que se van perdiendo en el horizonte. Grupos de picos que destacan por encima de verdes valles, creando paisajes de ensueño. Sardegna es un encantador espacio que debe ser recorrido con calma. Es una isla donde nada terminada, donde nada es definitivo, es como la libertad misma.”
Mil gracias a Alice Sanna y a sus buenos amigos y familiares.
