Los refugios del Pirineo francés son, en su mayoría, excelentes. Desde Les Alberes hasta el Atlántico encontramos refugios para todos los gustos, incluyendo una auténtica reliquia del pasado como es el de Carançà, sin luz eléctrica pero con un calor interior muy especial. Los refugios de Les Oulettes y Baysellance suelen estar llenos en verano, siendo conveniente reservar con antelación.
A nivel histórico, la construcción de la mayoría de los refugios del Pirineo francés se inició a finales del siglo xix, cuando muchos alpinistas empezaron a dejar de lado las vías normales de ascensión en busca de nuevos retos personales, con el objetivo de poner a prueba su pericia en la roca y en el hielo. Los antecedentes inmediatos de los actuales refugios fueron los antiguos hospitales de montaña (en francés, hospices), sólidas construcciones levantadas muy cerca de algunos puertos de montaña que se utilizaban como vías de comunicación entre valles. Los hospitales y sus gentes realizaban una labor encomiable, pues daban cobijo y alimento a los fatigados viajeros y peregrinos que recorrían a pie el Pirineo por motivos comerciales o religiosos. Con el paso del tiempo, cara Norte del Pirineo se convirtió en el objetivo de muchos escaladores, que desafiaron nuestras montañas equipados con toscos crampones y cuerdas de cáñamo. Un buen ejemplo lo encontramos en Célestin Passet, el guía de Gavarnie que se convirtió en el primer ser humano que ascendió la Norte del Perdido, la Norte del Taillón y la arista NO del Petit Astazou (500 m - IVº). El 7 de agosto de 1889, Passet pasó a la historia por ser el primero en escalar el Couloir de Gaube en la Norte del Vignemale, todo un desafío para los amantes de la escalada en hielo. El hecho de abrir nuevas vías mucho más difíciles en todo el Pirineo obligó a los alpinistas a permanecer jornadas enteras en la montaña, pernoctando por aquel entonces en cabañas de pastores y en cuevas sin ningún tipo de comodidad. Francia tomó la delantera y el 19 de agosto de 1864, el pirineista inglés Charles Packe, el conde francés Henry Russell Killough, E. Maxwell Lyte y Emilien Frossard fundaron en el Hôtel des Voyageurs de Gavarnie la primera asociación de alpinistas o Societé de Montagnards, conocida como la Societé Ramond en honor del ilustre pirineista Louis Ramond de Carbonnières. Los estatutos y la filosofía de la asociación seguían los pasos del Alpine Club de Londres, creado en 1857, en plena era victoriana. Curiosamente, tres de los miembros fundadores de la Societé Ramond eran miembros del Alpine Club, concretamente Russell, Packe y E. Maxwell Lyte.
En 1886 se inauguró lo que con los años se convertiría en el refugio de Arremoulit, situado a 2.305 m de altitud, cerca del circo de Gavarnie. Lourde Rocheblave impulsó la construcción del refugio libre de la brecha de Tucarroya, que todavía sigue funcionando hoy en día con pocas modificaciones. El refugio Packe, situado en el macizo del Néouville a 2.509 m, se inauguró en 1895 (actualmente es uno de los refugios libres más limpios de la cordillera). El mismo año se inauguró, gracias a los esfuerzos de Russell y Vallot, el que sería el refugio guardado más alto del Pirineo, el de Baysellance, construido a los pies del Petit Vignemale, a 2.651 m, por debajo de la Hourquette d´Ossoue. El refugio de Bayssellance fue el primero en tener guarda y está dedicado a la figura de uno de los padres del pirineísmo en Francia, Adrien Baysellance, ilustre personaje que alcanzó una gran fama cuando fue elegido alcalde de Burdeos y presidente de la sección sudoeste del CAF. Bayssellance fue testigo directo de las grandes hazañas alpinas en el Vignemale, como la primera gran ascensión invernal realizada en Europa, que llevaron a cabo Henry Russell, Hippolyte Passet y Henry Passet (11-02-1869) o la primera ascensión por el Clot de la Hount, a cargo de Henry Brulle, Jean Bazillac y los guías Sarrettes y Bordenave (12-08-1879), considerada como el inicio del pirineísmo de dificultad en el Pirineo. Su pasión y su dedicación por mostrar la belleza del Pirineo son la razón de que se bautizara con su nombre el primer refugio guardado del Pirineo (y el más alto) y una calle en Burdeos, la Rue d´Adrien Bayssellance. Bayssellance compaginó su labor profesional con su amor por los Pirineos y siempre que podía escribía artículos donde se ponía de manifiesto su capacidad narrativa y descriptiva. En uno de ellos analizó con detalle los efectos del periodo glacial en el valle de Ossau. La mayoría de artículos de Bayssellance se publicaron en el boletín de la sociedad Ramond y dentro del anuario del CAF (Club Alpin). En la actualidad, el nuevo refugio de Baysellance conserva el mismo espíritu arquitectónico que el original (con su tejado en curva. Por su confort interior y por su excelente cocina (las raciones son realmente generosas), estamos hablando sin duda de uno de los mejores refugios de toda la cordillera, situado relativamente cerca de las grutas Bellevue que el conde Henry Russell excavó en la roca (un total de siete distribuidas entre las cotas 2.400 y 3.278) con el propósito de estar más cerca de su querida montaña. El 5 de diciembre de 1888, Russell se entrevistó con el prefecto de la región de Hautes-Pyrénées y acordó alquilar el Vignemale por 99 años. Exactamente alquiló 200 hectáreas situadas entre los 2.300 y los 3.298 metros, fijándose el alquiler en 1 franco al año. El alquiler venció en enero de 1989. La cueva Paradís, excavada por Henry Russell unos veinte metros por debajo de la cumbre de la Pique Longue (3.298 m) en el Vignemale, es sin duda el «abrigo-vivac» más alto de toda la cordillera. Su estado de conservación es aceptable y permite poder pasar la noche en mínimas condiciones, aunque, por desgracia, en ocasiones este tipo de abrigos terminan convirtiéndose en auténticos vertederos donde la higiene y el orden brillan por su ausencia. Si aceptamos como refugio la cueva diseñada por Russell a los pies del Cilindro de Marboré en 1877, éste podría ser sin lugar a dudas el refugio más antiguo del Pirineo, pero, de momento, se sigue considerando al Arremoulit como el primer refugio pirenaico. En el Pirineo Oriental, el Chalet dels Cortalets, que da acceso a la Pica del Canigó, se inauguró en 1899, ofreciendo al montañero la posibilidad de poder dormir a más de 2.000 m, ahorrándose la subida desde Vernet les Bains y poblaciones vecinas. Hace unos años, la revista francesa AlpiRando realizó una interesante encuesta buscando el mejor refugio de los Pirineos. El de Laberouat (en el circo de Lescun) fue elegido por votación popular como el más confortable del Pirineo.
Volviendo al presente, los nuevos refugios y los que han sido reformados, aportan grandes avances técnicos, siendo totalmente autosuficientes. Los refugios franceses respetan al máximo las normativas gubernamentales, están perfectamente integrados en el medio y su coste no es muy elevado, pero, como suele pasar en estos casos, no todos los pirineistas ven con buenos ojos la evolución del clásico refugio. La voces más críticas opinan que el refugio debe ser austero, funcional y parco en diseño, sin grandes pretensiones arquitectónicas y sin ninguna operación de marketing que los presente como obras de diseño, como es el caso del refugio de Carançà, que prefiere las velas a la luz eléctrica. Algunos partidos políticos y grupos ecologistas miran con lupa la construcción de nuevos refugios, un buen ejemplo de ello lo encontramos en Francia, donde el CAF congeló por iniciativa propia el proyecto de construcción de un refugio guardado en el circo de Hilette, en la región del Couserans. En otras zonas se sigue con mucha cautela la posibilidad de levantar nuevas construcciones. Se realizará un mayor esfuerzo en todo lo referente a la sostenibilidad, para que los refugios sean totalmente autosuficientes, tengan depuradora y puedan integrarse en el medio natural causando un menor impacto ambiental. En Francia, se han invertido 23 millones de euros para renovar 18 refugios situados en los Alpes y en los Pirineos.
Para finalizar este artículo dedicado a los refugios, es importante menconar que si queremos aparcar en el Lac d'Orédon, en verano hay que pagar 8€ por coche, por lo que muchos aparcan en los bordillos de la carretera. Junto al Lac d'Oredón hay un amplio aparcamiento (de noche están prohibidas las caravanas, o dormir en los coches) y una zona de vivac (acampada nocturna, 19-9h), pero de otoño a primavera la cosa es más libre, sin peajes ni tanta restrición. Quien vaya en verano y quiera dormir en la furgoneta, puede acceder de noche a la zona del Cap Long, que queda fuera del área controlada del Parque. Hay también un refugio, el Chalet Refuge Hôtel du Lac d'Orédon que abre del 1 de junio al 30 de septiembre disponiendo de 80 plazas, tfno: 06 23 05 72 60 (reemplazando el primer 0 por 0033 si se llama desde España); dejando en invierno una zona libre de 8 plazas. Para acceder en coche al refugio desde el Lac d'Oredon hay que coger la carretera que sube hacia el Lac d'Aubert medio kilómetro, y en una cerrada curva a la izquierda salirse a la derecha, allí hay muy poco sitio para coches por lo que en su caso es mejor dejar el coche en el parking del Lac d'Oredon y subir por una senda que accede directamente. El refugio privado y sin descuento a federados, es cómodo, dispone de algunas habitaciones compartidas con litera, y otras para 2 personas.
