Soy un acérrimo defensor del lowcost. Si, lo soy y nunca me he arrepentido de ello. No hay nada como acabar la temporada y empezar a pensar en la siguiente... ¿y como? Pues yendo de compras.
Las ventajas de comprar esquís o botas al final de temporada no solo va en función de los increíbles precios que puedo encontrar si no sobre todo porqué después de haber esquiado toda la temporada con amigos e incluso con desconocidos a quienes en las largas subidas del telesilla también les pregunto, puedo ver, escuchar y sobre todo y alguna vez, probar estos relucientes esquís que lleva el personal, salidos de tienda hace solo unas semanas o a lo sumo unos meses.
Veo modelos, me empapo de sus características y así voy haciendo un repertorio de posibles compras en el mes de mayo para la próxima temporada. En mi móvil se van guardando las fotos y algún comentario interesante del esquiador que ya los está disfrutando. Muchos de los comentarios son demasiado empalagosos, pero sacando un poco de azúcar, guardo muy buena información. Además no hay nada que haga más feliz a un esquiador que poder explayarse en una subida de telesilla lo buenos que son sus esquís. Al final, evidentemente todos los propietarios están convencidos que los suyos son los mejores, pues si no no los hubieran comprado, igual que yo.
Salvo raras ocasiones, a finales de marzo o principios de abril ya tengo claro que esquís voy a comprar en mayo. A partir de este momento empieza ya la búsqueda por internet o por las tiendas cercanas de por lo menos dos o tres pares de los que más me han gustado para tener todas las opciones abiertas y si unos no salen, salen los otros, pero hoy en día es dificil no encontrar unos esquis. Y lo que más me gusta es que los precios son irrisorios comparados con lo que han tenido que pagar sus propietarios en el mes de noviembre para ser los más fardones de la estación.
Mi decisión suele estar basada en tres puntos: Que me gusten con locura sus colores, que sus colores sean los que más me gustan y que los inputs de sus dueños sean solo correctos, nada más. No soportaría ir sentado en una silla de seis con unos esquís más feos que el esquiador de al lado.
¿Y qué más da que me los ponga en las botas una temporada e incluso dos, más tarde que el resto del personal si son al final, los que más me gustan, a mitad de precio y exactamente igual de válidos que después de seis meses en un stand de mi tienda favorita? Por eso siempre iré de compras en mayo.
Los únicos que no he logrado encontar son unos Equipe Suisse Aniversary de 2014 que aún hoy en dia sigo buscando, y ya no me importaría que me llegaran de segunda mano, por lo que si los tienes y quieres desprenderte de ellos, dame un toque.
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