En la mesa todos estaban un poco hartos... Cada cena era lo mismo. Enganchaba el tema y no lo soltaba...
-Que si mis giros son más redondos que los tuyos...
-Que si yo tengo mejor material que tú...
-Que si yo leo más revistas de esquí que nadie...
-Que si yo salto más largo que ninguno...
-Que si yo he hecho más carreras que tú...
-Que si yo esquío más días y si no los esquío es por obligación...
-Que si tal y que si cual...
Esta cena no fue diferente... mediado el segundo plato, un excelente pollo a la parrilla con miel, Alex dejó el tenedor, un signo evidente de que el show iba a empezar... soltó una frase que nos dio la risa floja a todos...
-Si llevo un esquí con la fijación desalineada unos milímetros, lo noto enseguida..
Mientras duraba el barullo entre gritos, risas y comentarios, yo iba pensando que aunque un poco fantasma, Alex era un buen tio: nos hacía reír y le soportabamos los excesos, pero cuando la vena del esquí se inflaba demasiado, no había ser humano que lo soportara....
Generalmente le dejábamos hacer y no dábamos mucha bola para no meternos en discusiones eternas, ya que éramos conscientes de sus mentirijillas, pues al final, ¿quien alguna vez no ha aumentado la pendiente, maximizado la velocidad, o cerrado esos giros?
Pero esta vez Toni no pudo más... llevaba rato escuchando callado y de repente soltó..
-¿Por qué no lo dejas ya? todos sabemos en esta mesa que la mitad de las cosas que explicas no son verdad... Te queremos como eres, pero deja de hacer el fantasma. Por lo menos con nosotros...
El silencio fue sepulcral.... todas las miradas estaban puestas en Alex y su pollo, que se enfriaba... al cabo de unos segundos dijo con temple y un tono solemne:
-Ponme la prueba que quieras y yo te lo demuestro.
Muchos gritos, risas y comentarios después logramos quedar para el siguiente sábado en su estación favorita, donde generalmente nos juntábamos los fines de semana.
Toni le puso las condiciones.
-Quedamos todos a las nueve. Te propondré una prueba que tendrás que aceptar y llevar a cabo sin saltarte el guión y cuando la acabes, te valoraremos. ¿Aceptas?
-Lo acepto. El sábado a las nueve en la pista tres. Ahí nos vemos.
El sábado a las ocho y media ya andábamos todos dando vueltas nerviosos por el parking. El último en aparecer fue Alex, quien con cara sería se acercó a nosotros y saludó con un escueto "hola"... había tensión en el ambiente...
Toni sacó de la furgo tres pares de esquís pintados por arriba de los que no se podía ver la marca o modelo que eran. Unos verdes, unos blancos y unos rojos y le dijo:
-Te pondrás un par, por ejemplo los rojos. Esquías con ellos dos bajadas y mientras subas en la silla anotas sensaciones e intentas adivinar qué tipo de esquí es. Luego los verdes y luego los blancos. Te acompañaremos y está totalmente prohibido darles la vuelta y mirar la suela.
Alex, serio y sin hacer bromas aceptó el reto...
El primer par le estaba esperando en la nieve... se puso con un pie a cada lado de los esquís y los miró unos segundos... puso la bota derecha y ¡clack!. Puso la bota izquierda y ¡clack!. Se quedó un momento parado apoyado en los bastones y nos miró uno a uno desafiante... luego se dirigió a la silla acompañado por varios del grupo. Dos se quedaron abajo con el resto de esquís.
Alex esquió los tres pares dos bajadas cada uno y en cada silla iba apuntando las sensaciones. Hay que decir que Alex era un buen esquiador... bueno, incluso algo más que bueno, pero todos sabíamos que su periodo de corredor se habia circunscrito a apuntarse a un club dos años y hacer la social la segunda temporada y poco más, pero como esquiador de fin de semana era realmente bueno.
Al final del test todos estaban abajo y Alex entregó sus notas a Toni, quien las leyó una a una con una sonrisa, pasándolas al resto a medida que las acababa... cuando todos acabaron de leer, Alex esperaba el veredicto de su buen hacer esperanzado... Toni le miró y le dijo con voz seca:
-Acabemos con esto ya.- Dió la vuelta los tres pares poniendo la suela al aire y le dijo. -Alex, son exactamente los mismos esquís pintados diferentes. Has dicho algo diferente para cada uno de ellos. ¿Te callarás ya?
Alex miraba a Toni fijamente con lágrimas en los ojos... màs de siete segundos en los que nadie de nosotros se atrevió a decir nada e incluso me pareció ver que Toni ponía algo de cara de compasión.
Lo que nos pareció años despues, Alex dio un largo suspiro, lentamente recogió sus palos del suelo... cuando se levantó se secó los ojos con la manga del anorak, soltó una gran sonrisa y mirando fijamente a Toni, le dijo:
-Jamás cambiaré. Es lo que hay- Se giró hacia todos nosotros y nos soltó al más puro estilo Alex -¡Os invito a unas cervezas en el bar! luego volvemos a esquiar toda la tarde hasta que cierren.... ¡¡por cierto me pido los verdes, que son los que más me han gustado!!
-¡¡¡Pues yo los rojos!!! contestó Toni riendo.
Entre gritos y risas recogimos los trastos y nos fuimos hacia el bar comentando la jugada y a beber unas buenas cervezas. Alex y Toni caminando y comentando juntos.
Desde ese día, en las comidas o en las cenas, cada vez que Alex abre la boca para soltarla, sabe que pagará una ronda de cervezas, por lo que ultimamente está muy comedido...
Os juro que echo de menos al Alex de antes, pero no me atrevo a decirlo.
