¿Nació en 1926 y sigue de guía en activo?

Usted es un traidor que me ha delatado. Sí, tengo 79 años y puedo decir con orgullo que soy el guía de montaña en activo más viejo de España. Aún colaboro con Aragón Aventura y mis andanzas por los Pirineos son continuas. Eso sí, por razones de edad ya no hago escaladas de sexto grado. Creo que sería demasiado.

¿Cuándo empezó a trabajar como guía?

Fue en 1952, y además, en los Alpes. Un señor suizo tenía una gran ilusión por coronar el Cervino y nos pagó el viaje y la estancia a un amigo y a mí. El hombre hizo con nosotros varios picos más y vio hecha realidad su ilusión.

Y lleva escritos más de treinta libros

Para ser más exactos, treinta y tres, y todos ellos relacionados con el mundo de la montaña. El montañismo es una inagotable fuente de recursos y marca a las personas.

¿A todos los quiere igual?

Al ser obras propias, a todos se les tiene cariño, pero mis preferencias están en el primer libro que publiqué. Fue en el año 1952 a través de la colección Edelweis Juventud y se titula "Cara a la montaña" y en su momento tuvo mucho éxito. Naturalmente la edición está agotada, pero Barrabés está a punto de lanzar otra en la que hago nuevas aportaciones.

¿Por qué le apasiona tanto el montañismo?

No podía ser de otra manera. Lo llevo en la sangre. Mi abuelo paterno era de Andorra y mi abuela materna de Seo de Urgell. Los otros dos abuelos también proceden del entorno pirenaico catalán, si bien tengo ascendencia de Monzón. Con estos ingredientes sólo podía ser montañero. Entiendo el montañismo como una filosofía, como una forma sentir y de formarse en la vida.

Hace dos años publicó con Barrabés la primera parte de "Historia del alpinismo"

Se trata del período comprendido desde que Noé encalló con su arca en el monte Aralar hasta 1900. Disfruté mucho investigando toda una serie de siglos en los que se subía y se pasaba entre las montañas por pura necesidad, al principio en busca de comida, y después a causa de las guerras que asolaban Europa. Aníbal atravesó con su ejército los Alpes y provocó unos aludes impresionantes. Tampoco faltaron sacerdotes que decían subir a las cumbres pensando en Dios. Sin embargo, el auténtico pionero del montañismo como práctica deportiva fue el suizo Saussure, el primero en subir al Mont Blanc en el siglo XVIII.

Ahora llega la segunda parte y se queda en 1960

El principio del siglo XX lo tuve muy cerca, y buena parte de ese período la he vivido en directo. Fue la época en la que aparecieron personajes tan importantes como Walter Bonatti, Gastón Rebufat. Hubo un personaje muy célebre, como era Armand Charlet, al que tuve la suerte de conocer en Chamonix, donde era uno de los guías más importantes de la época. Naturalmente, esta segunda parte del libro se presenta muy apasionante y en ella aparecen nombres que han marcado los más importantes hitos.

Aparecieron personajes tan impactantes como Georges Mallory y Edmund Hillary

Es que son unos montañeros de una personalidad muy acusada. Mallory e Irvine perecieron en el Everest en 1924 y siempre quedará la duda de si hicieron cumbre o no. A partir de su muerte se produjo un vacío enorme de grandes expediciones que duró hasta los años 50. Claro que en medio también hubo dos guerras mundiales que supusieron un freno. Pero apareció Hillary, que oficialmente fue el primero en conquistar la cima de la montaña más alta del mundo en 1953.

¿Cómo eran estos alpinistas?

Georges Mallory era un montañero impresionante, de una gran preparación humanística, que en la triste expedición de 1924 estaba acompañado por Irvine, un joven atleta total, pero inexperto en el mundo del alpinismo. De Hillary puedo decir que además de su categoría deportiva ha sido y sigue siendo un caballero.

En España también se empezaron a escribir bellas páginas montañeras

Muy bonitas. Pero el verdadero tirón comenzó a producirse gracias a las intervenciones televisivas de César Pérez de Tudela, y tiempos después el programa "Al filo de lo imposible" ha hecho mucho por la popularización de este deporte.

Usted y sus alumnos también han hecho historia

No me gusta hablar de mis andanzas y eso lo he eludido en el libro. Pero sí puedo decir que he tenido alumnos muy buenos. Hablar hoy en día de Carlos Soria es algo que me enorgullece. También puedo mencionar a Antonio Riaño, que fue el primer español en coronar el Aconcagua. Pero yo tuve una profesora que es una leyenda, María Antonia Simó.

Las lesiones le han respetado

He sido un afortunado. Tan sólo sufrí congelaciones en los pies, y fue en 1948, cuando me hallaba en pleno Servicio Militar. Fue en la vertiente francesa del Vignemale en pleno mes de agosto. Mi preocupación era que debía curarme en el hospital militar y no sabía cómo explicar que yo había cruzado la frontera, y además sin ningún tipo de permiso. Afortunadamente un médico alférez me allanó el camino y me curé sin mayores problemas.

¡Qué generación tan grande la suya!

Hicimos muchas cosas y entonces tenían su mérito. Algunos no teníamos dinero, pero sí auténtica ilusión. Tanta, que a veces realizábamos escaladas en los Pirineos sin más ayuda alimentaria que pan seco. Y eso lo recuerdo con cierta nostalgia, cuando el montañismo lo vivíamos con un sentido muy romántico.

¿Habrá tercera parte de "Historia del alpinismo"?

Espero que sí. En la editorial están por ello, pues tengo tiempo y ganas para hacerlo, pero necesito ayuda en lo que se refiere a la aportación de datos.


Fuente: El Heraldo