Cientos de voluntarios, claramente visibles por sus anoraks verdes, hicieron todo lo posible para que las pruebas se disputaran de la mejor manera posible. Y los deportistas, las grandes promesas de la nieve europea, pusieron la nota de color al evento con sus ganas de superarse, y su capacidad para convivir y trabar amistad con jóvenes de otros países e idiomas. Gracias a todos ellos, el FOJE fue un éxito de participación, con la presencia de 3.000 personas en las gradas del recién inaugurado pabellón de hielo. Marcó también un antes y un después en el aspecto más puramente deportivo con la consecución de la medalla de oro en patinaje artístico por parte de la canaria de entonces 15 años, Sonia Lafuente. Suya fue la primera y única medalla obtenida por la delegación española.
Clima enrarecido
Todos estos recuerdos que decoran una de las páginas más brillantes de la historia reciente del deporte de Jaca y de Aragón se verán ensombrecidos por el clima enrarecido que se ha apoderado de los estamentos del mundo del hielo. Pocos vecinos recuerdan una situación más compleja para la especialidad más característica de la ciudad. El Club Hielo Jaca, uno de los equipos más laureados de la Comunidad, se vio obligado a abandonar la competición liguera tras el hastío de sus jugadores y unas elevadas pérdidas económicas. La antigua pista fue cerrada de forma definitiva tras una grave avería, cuya reparación exigía un desembolso desorbitado por parte de las arcas municipales.
Capítulo aparte merece el nuevo Pabellón. Los continuados retrasos en sus obras han hecho posible lo que, en un principio, podría resultar impensable: que la instalación permaneciera cerrada un año después de la inauguración del FOJE. Se hablaba de noviembre, diciembre, enero… y la apertura definitiva seguía sin producirse. Tras la aprobación en el pleno del Ayuntamiento de Jaca del pasado miércoles del modificado 1 del lote 3, cuyo coste asciende a 2,4 millones de euros, se ha puesto fin a un culebrón económico, disputas entre dirección de obra y arquitecto incluidas, que han ocasionado que una inversión inicial de 12 millones de euros se elevase de manera inexplicable hasta los 24 millones de euros, la misma cantidad que suman las cuentas públicas de la ciudad para este año.
Generación perdida
Pero los numerosos problemas acontecidos alrededor del pabellón de hielo, cuya apertura se ha fijado en esta ocasión para el mes de marzo, en plena Semana Santa, exceden los apartados económico, urbanístico y deportivo. Entre los máximos responsables de los clubes implicados, existe un amplio consenso de que esta atípica situación puede acarrear consecuencias negativas, y se habla hasta de la posible pérdida de una generación de jugadores.
No sólo en el hockey sobre hielo, sino también en el patinaje, muchos jóvenes han abandonado sus patines o se han visto obligados a desplazarse a otras pistas, situadas a cientos de kilómetros para poder practicar su deporte favorito durante unas pocas horas. Fijar acuerdos entre los clubes y los colegios de la ciudad será fundamental a la hora de retomar la atención de los menores hacia el mundo del hielo.
Muchos meses han pasado ya desde que los aficionados jacetanos celebraran un gol del Club Hielo Jaca o aplaudieran la última exhibición de sus patinadores. Ahora sólo cabe esperar que las aguas vuelvan a su cauce, y que el espíritu deportivo que siempre ha caracterizado a la ciudad cobre de nuevo vida como la llama que encendió, no sólo el fuego del pebetero olímpico, sino también el buen hacer y las ilusiones de todos los jacetanos.