
Localización de Turgen, 80km al este de Almaty y Shymbulak
Tras dos días conociendo la ciudad de Almaty y su estación de esquí local, Shymbulak, nos preparamos para la gran aventura: 8 días de esquí de montaña repartidos en dos sitios diferentes. Empezamos primero por dos noches en el valle de Turgen (Tau Turgen o Turgen Valley), en pleno parque nacional del Ile Alatau, seguidos de otro puñado de días más al este, ya cerca de la frontera china. Contratamos los traslados, la logística y los servicios de un guía con una agencia de Almaty especializada en esquí, algo importante sin saber nosotros un pijo de ruso/kazajo y con unas condiciones de nieve bastante diferentes a lo que conocemos en Europa.
En esta primera “mitad” de viaje la novedad es que dormimos en una yurta! Está totalmente alejada de todo, y solo se accede por una pista forestal hasta la entrada al parque nacional, seguido de una hora foqueando. Fue una de las cosas que queríamos hacer sí o sí cuando empezamos a preparar el viaje, así que podéis imaginar que dormimos poquito la noche anterior…

Viendo el tamaño del coche ya imaginamos donde nos ibamos a meter...

Konstantin, nuestro conductor

Oleg, nuestro guía
Nos recogen pronto por la mañana en el hostal de Almaty, por un lado Konstantin, nuestro conductor durante todo el periplo, y por otro Oleg, el guía con el que “viviremos” los próximos 8 días. Sigue nevando a ratos desde el día anterior, con lo cual el acceso a la entrada del parque nacional es divertida, incluso con un buen 4x4 bien preparado casi no llegamos. Un té tras el viaje, descargamos y cargamos el trineo con comida y ropa para un par de días, y nos vamos para arriba en busca de la yurta!


Entrada al parque nacional

Trineo cargado, mochilas llenas: nos vamos a la yurta


Subimos tranquilamente por un fondo de valle, charleta, cobertura móvil que desaparece, y hasta algún amago de sol. Pronto llegamos a una zona mucho más abierta donde aparece la yurta al fondo, en mitad de la nada. Una chimenea, mucha leña apilada y una magnífica letrina nos reciben, si lo que queríamos era algo “exótico” no vamos mal encaminados!

Amaga el sol camino a la yurta

El nido de las próximas 48 horas
Pese a no ver mucho, el sitio parece espectacular, rodeado de montañas con mucho bosque. Descargamos el trineo, un picnic rápido y salimos de nuevo a explorar algo la zona durante la tarde. Hay mucha nieve, polvo bien ligero, y toca abrir una buena trinchera como traza. Oleg se pone manos a la obra y nos lleva tranquilamente hacia el Conus Peak (2660m), 800m más arriba. Un brindis con té tras la primera cima del viaje, y para abajo a degustar el polvorón que nos espera. Spoiler: está bueno.




Vuelta a la yurta, donde empezamos con las labores y costumbres de cada tarde, a las que nos podríamos acostumbrar fácilmente: comer, beber té, cortar leña, coger agua del río y encender la estufa. Esto último nos falló un poco, ya que había que darle de “comer” de continuo...y funcionaba a medias. En otras palabras, con temperaturas exteriores fluctuando entre -10ºC y -15ºC, la primera noche nos jodimos de frío.






El segundo día amanecimos al fin con sol, que ya no nos abandonaría hasta el final del viaje. También mucho frío, visto cómo se congelaban las cosas a primera hora a la sombra debíamos andar más cerca de -20ºC que de -15ºC...pero qué esperábamos yendo en enero a Asia Central?

Sol...y frío!!



superzuri con la estepa al fondo
Durante todo el día orbitaremos en torno a la misma cima del día anterior, haciendo varias subidas y bajadas. Hace frío pero hace sol, hay en torno a 30cm de nieve nueva y ni pizca de aire, condiciones ideales. Empezamos a explorar el terreno de juego al que tenemos acceso desde la yurta, se aprecia la estepa al fondo y allá donde miramos todo está blanco. Al llegar a la cima podemos ver las montañas del Ile Alatau, inmensas e infinitas, vaya sitio!



De los sitios más espectaculares en los que hemos estado

...y qué condiciones!

Metros y metros de polvo frío y profundo
Primera bajada: un claro en el bosque y una ladera bien abierta, nieve volando por todos lados y ni rastro del fondo, calidad espectacular. Yiiiiii-jas, fotos, abrazos y sonrisas, el viaje ya está amortizado. Lástima que lo bueno se hace corto, vuelta a poner focas y para arriba a por otra taza de lo mismo. Vamos entre sol y sombra, la luz de enero es perfecta, aún bajita y calienta lo suficiente. Otra buena trinchera por el bosque, más fotos, más sonrisas, somos afortunados.



Oleg a la traza, bien planita y agradable


Vistas tremendas a las montañas del Ile Alatau



La temática del día
De nuevo en la divisoria, se ve parte del plateau de Asy ya cerca de la frontera con Kirguistán, 30km de prados a 2800m de altitud, territorio nómada desde hace siglos y con muchísima historia. Nos quejamos nosotros del frío con nuestros Gore y plumas gordos, si es que somos unos blandengues. Otra bajada, otro empacho de polvo, hacía tiempo que ninguno de los 3 encontrábamos nieve de semejante calidad.

Booooom!





Los niños sonríen (de nuevo)
Las transiciones son “lentas”, no hay prisa. Dátiles, té, pistachos, alguna barrita, más té. Una tercera remontada y de vuelta para la yurta, por supuesto con polvo hasta la puerta. Casi engañamos a Oleg para una cuarta pero no cuela, qué más da si nos queda una semana entera. Todos felices, el esquí es una cosa bastante simple y mira cuánto nos da a cambio.

Quitar focas, poner focas


La última y para la yurta


Llegada a la yurta y a nuestras tareas domésticas. Oleg a calentar el nido, Julius ha descubierto su nueva pasión cortando troncos, a mi lo de ir a por agua me relaja y superzuri se regala fotografiando hasta el más mínimo detalle. Otra tarde de comer, chai (té pero mejor dicho), lectura, relax y WC con vistas. Pistachos y jamón de aperitivo, y doce millones de Oreo de postre, una dieta ideal.




El mejor momento del día
Tercer día, hoy nos levantamos pronto que al acabar dejamos la yurta y nos vamos al siguiente destino! Cambiamos de sector, no vaya a ser que nos pisemos las huellas. Las nuestras, porque no hay un alma en kilómetros a la redonda. Este último día nos vamos hacia el Kuiyk (2800m), un poco más alto que el Conus y algo más alejado siguiendo la línea de cresta. Buen tiempo y con algo de aire, Oleg se pone como cada mañana manos a la obra.


A los buenos días

Brrrr...hasta que sale el sol cuesta calentar

La cima del Kuiyk al fondo, hoy sopla algo de aire


La montaña es un poco más abierta, con el viento en la parte alta, sin árboles y con la estepa de fondo me vino a la mente La Pinilla Otro sitio chulo, las vistas al Zaiyliskiy Alatau y el plateau de Asy son tremendas. Esta vez no temporizamos mucho en la cima, para abajo rápido. Por supuesto, nieve polvo por las orejas, una bajada entretenida por el cauce de un río y un final apoteósico al solete atravesando las praderas cercanas a la yurta, con sus establos y demás aparataje.




Vuelta a la yurta

He dicho ya que vaya sitio?!
Recoger y limpiar, comer algo, cargar trineo y para abajo a la entrada del parque nacional, donde nos espera Konstantin para llevarnos más al este. Primer café en 3 días, alguna cara diferente, cobertura móvil, sensación de haber pasado 2 meses ahí arriba y han sido apenas 48h. Menuda experiencia



Civilización!!


Emprendemos rumbo hacia Ketpen, dirección la frontera china, casi 300km más al este, 4h flipando y mirando por la ventanilla. Atravesamos pueblos, estepas, pasos de montaña: el Kazajistán rural y que más nos llamó la atención, un contraste brutal con Almaty. Nieve por todos lados, frío, animales de todo tipo y sensación de cierto aislamiento. Viajar tiene que ser esto, ver cosas diferentes y salir un poco de tu zona de confort a todos los niveles. Kazajistán es un país precioso, muy diferente en muchas cosas pero muy similar en otras. Su gente es maravillosa: ninguna inseguridad, amigables y con una historia que contar. Es muy interesante escuchar su visión de ciertas cosas de la actualidad, su muy rica historia o su manera de entender la vida. Nos separan 6000km pero sus problemas y los nuestros no son tan diferentes.







Llegada a destino, dormimos en una guesthouse (sin letrina! ) antes de partir otros 5 días a una cabaña de cazadores en mitad de la nada. Pero eso vendrá en la última entrega, en unos días


Nota: esta serie de reportajes sobre esquí en Kazajistán estará dividida en 3 partes: Almaty, y dos diferentes sobre los 8 días de esquí de montaña (Turgen y Ketmen).