Grenoble con el macizo de Belledonne de fondo (Foto: Skipass)
Belledonne, Belledonne...uno de los macizos que rodean la ciudad de Grenoble, y el primer encuentro con los Alpes para los que llegan por carretera a la región. Los macizos de la Chartreuse y el Vercors, aún estando más cerca de la ciudad, se quedan pequeños frente al largo perfil de Belledonne, que se extiende hacia el noreste hasta el valle de la Maurienne.
Desde que llegué a la ciudad es una de las zonas que más he recorrido, tanto en verano con zapatillas como en invierno con esquís. 7 Laux es mi estación fetiche para los días de nieve polvo, y en Chamrousse ya llevaré un puñado de miles de metros de desnivel hechos a la luz de un frontal, antes o después de trabajar. Las opciones para el esquí de montaña son casi infinitas, con decenas de valles con orientaciones y características diferentes. Es como un Pirineo en miniatura!
De Chamrousse a la Maurienne...entre el Isère y la Saboya.
Este último par de inviernos los he dedicado en parte a descubrir los rincones de este macizo: esquí local, menos coche y poca repetición de itinerarios, primando la calidad frente a la cantidad. Y es así que poco a poco una idea se me fue metiendo en la cabeza...y si atravesamos Belledonne de punta a punta con esquís?
El concepto no es muy innovador, de hecho a finales de agosto cada año un puñado de valientes atraviesan el macizo corriendo durante l'Echappée Belle. A esquís si se quiere ir ligero la logística es algo más compleja, puesto que no hay mucho refugio guardado (apenas un par de ellos en primavera), y los accesos son a baja altitud, con el consecuente porteo en esta época.
Tras unas cuantas horas de darle vueltas y vueltas a los mapas, el itinerario empieza a cuadrar. Un par de mensajes y una cerveza son suficientes para embarcar a super Nao en la aventura. Tan solo necesitamos 3 días de buen tiempo, que justo aparecen el fin de semana de Pascua, con un lunes festivo...y con sitio en los alojamientos, luz verde!!
Sábado 16 de abril, 7h30, Chamrousse 1750
La idea es bastante simple. Unir la estación de Chamrousse, en la punta sur del macizo, con las alturas de La Chambre (Maurienne), en el extremo norte del macizo, donde coger un tren que nos devuelva a Grenoble. 3 días cruzando valles y collados y atravesando los mejores sectores de Belledonne. Con cierto nerviosismo, salimos al amanecer del sábado 16 de abril por las pistas heladas de Chamrousse 1750, dirección a la primera cima de este viaje, la Croix de Chamrousse (2250m).
Croix de Chamrousse. Al fondo, un macizo que atravesar...al lío
Lac Léama, primer rato con cuchillas camino al refugio de la Pra (Foto: Nao)
Tras pasar el refugio de la Pra, atravesamos los lacs de Domènon, aún bien congelados. Croix de Belledonne en el centro, y col de Freydane a su izquierda (Foto: Nao)
El plan de este primer día implica un buen número de transiciones, con varias subidas y bajadas cortas. La primera bajada nos lleva a los lacs Robert y hacia el lac Léama (1900m), donde abandonamos la "civilización" y nos adentramos en Belledonne. Una larga subida nos lleva después hacia el refugio de la Pra (cerrado), los lagos du Petit et Grand Domènon y hasta el col de Freydane (2645m), bajo el Grand Pic de Belledonne. Buena temperatura, buen ritmo y sensación de recorrer muchos kilómetros en esta larga y tendida subida.
Ultimos metros antes del col de Freydane, viento frío y nieve bien dura
Col de Freydane 2645m. Grand Pic y Croix de Belledonne presidiendo! (Foto: Nao)
Al ataque de la cremita/moquette...
Hacia el siguiente objetivo: l'Epaule du Rocher de l'Homme
Rocher de l'Homme (~2650m), un horno. Al fondo a la derecha la Grande Lance de Domène, icono grenoblois!
Poner pieles, quitar pieles...bajada larga y corta remontada hasta el col de la Mine de Fer (2400m)
La bajada hacia el glaciar de Freydane es de las que te dejan una sonrisa en la cara: nieve en su punto ideal de transformación, un paisaje grandioso y pendiente ideal para alargar las curvas. Pausa antes de llegar al lac Blanc y volvemos a remontar hacia l'Epaule du Rocher de l'Homme (2650m), no es mucho desnivel pero se nos hace larga bajo un sol que aplasta. Poco a poco se van acumulando las horas en movimiento y con el calor no hay que olvidarse de comer y beber para tener siempre un puntito de frescura. Una bajada en cara norte con la nieve bien dura y restos gigantescos de avalanchas nos lleva hasta el pie del col de la Mine de Fer (2400m), que remontamos rápidamente. Sin quitar focas, nos dejamos caer hacia el este hacia la evidente brèche de Roche Fendue (2480m).
Tras la brèche de Roche Fendue, descenso por la vertiente de Allemond, en travesía hacia el Pas de la Coche.
Ascenso final hacia el Pas de la Coche. El Grand Pic de Belledonne se aleja poco a poco!
Tras algo más de 20km y cerca de 2000m D+ este punto marca (casi) el final de nuestra primera etapa, tan solo nos quedaría cambiar de vertiente hacia Allemond y atravesar sin perder mucha altura hasta el pas de la Coche (1990m) para caer a l'Habert d'Aiguebelle, el final de etapa. El problema es que en esta época, con el calor y el deshielo, las medias laderas pasado el mediodía...no es un buen plan. La tarde consistió en un calvario en forma de esquí acuático, cruce de matojo y, finalmente, 200m de desnivel extra hasta alcanzar el pas de la Coche, fiiiiiu! Al menos, las vistas de esta vertiente son magníficas, con los Ecrins, el conjunto de Alpe d'Huez y otras cimas que hemos recorrido este invierno alejándose lentamente por el retrovisor.
Habert d'Aiguebelle 1740m. Fin de la primera etapa!
Un corto descenso nos lleva a nuestro destino de este primer día, l'Habert d'Aiguebelle (1740m). Un sitio maravilloso por encima de Prabert, punto de partida clásico en invierno y por el que habremos pasado decenas de veces. Yannick y su equipo nos acogen a la perfección: cerveza artesanal local, cena suculenta y a las 21h ya estábamos K.O. en el saco! Y no es para menos, 10h de actividad, 25km y 2200m D+ para este primer día.
Domingo, 7h30, AIguebelle...al lío! (Foto: Nao)
Tras una noche larga y reparadora, desayuno de campeones y de nuevo encima de los esquís al amanecer. En este segundo día el itinerario que hemos trazado nos lleva poco a poco hacia el lado saboyardo del macizo, hacia la Maurienne. Empezamos con una corta subida, íntegramente con cuchillas, al col de l'Aigleton (2266m), desde donde esquiamos unos metros antes de enlazar con la subida clásica al Pic de la Belle Etoile (2718m).
Subida al col de l'Aigleton, de los pocos ratos "frescos" del día! (Foto: Nao)
Basculamos hacia la Belle Etoile, al fondo el macizo de Grandes Rousses, Alpe d'Huez y cía.
Circo y couloir de acceso a la cima, los restos de avalanchas de primavera son inmensos!
Cima de la Belle Etoile! Grenoble a la derecha y frente a nosotros el camino ya recorrido
La subida se pasa relativamente rápido, estamos frescos y hay que aprovechar. Un par de tramos en crampones y txino-txano llegamos a la cima, que tiene una de las mejores panorámicas del macizo. Hacia el sur, Grenoble y el sur de Belledonne que ya hemos recorrido; hacia el norte, todo lo que nos queda por recorrer! Calzamos esquís y nos lanzamos hacia los Sept Laux (los de verdad), una bajada laaarga y maravillosa con la nieve en su punto. De las mejores del periplo. Pausa larga para recargar pilas antes del plato principal del día, el Rocher Blanc (2928m) por el col de l'Amiante, el punto esquiable más alto del macizo.
Banzai!!
Ultimas palas antes del col de l'Amiante
Otro rato de crampones al final. La Belle Etoile justo en frente, de allá venimos (Foto: Nao)
Rocher Blanc en el punto de mira
La subida es larga, casi 800m D+ alternando entre cuchillas, crampones, un tramo de arista y una parte bien húmeda y expuesta justo bajo la cima. Salimos felices a la cima, otro clásico que tachamos ambos de nuestra lista! Nos espera una larga bajada con orientación norte hacia la Combe Madame, con las nubes que juegan al escondite con las cimas de alrededor. En un llano a ~2150m de altitud volvemos a poner focas para remontar hacia el col de la Croix (2529m), la última gran dificultad del día. Nao se encarga de marcar el ritmo y la traza mientras yo subo con los warning y el capó bien abierto, empiezo a notar la fatiga! Comer, beber, comer, beber, y hasta arriba, con la visibilidad bastante reducida...
La inmensa vertiente normal del Rocher Blanc. Siguiente paso: Col de la Croix y Col du Sambuis, justo en frente.
Col de la Croix, a jugar a la gallinita ciega...(Foto: Nao)
Col du Sambuis, salvados!
Del col de la Croix tan solo nos queda atravesar sin perder mucha altura hasta el col du Sambuis (2528m), navegando entre nubes. Llegando a este último el cielo se abre y las vistas son grandiosas: Aiguilles de l'Argentière, col de la Croix de Fer, les Sybelles... Desde allí bajamos finalmente hacia el vallon du Tépey y St. Colomban-des-Villards, de nuevo cierta civilización. La bajada norte del col du Sambuis es excelente, nieve en su punto y eterna. Vaya 3 bajadones esta segunda etapa, no solo hemos venido a sufrir Con un cierto ratoneo aprovechando los depósitos de avalanchas del invierno conseguimos bajar esquiando hasta le Tépey (1450m), donde cambiamos las botas y los esquís por las zapatillas.
Variantes infinitas en esta vertiente de Belledonne (Foto: Nao)
Super Nao
La parte inevitable del esquí en primavera...hacia Valmaure y la civilización
Auberge du Glandon, St. Colomban des Villards. Conseguido!!
1 hora de porteo después, llegamos a St. Colomban (1100m), en la carretera del col du Glandon. Hacer etapa aquí implica algo de porteo tanto para llegar como para partir, pero a cambio permite recorrer los largos valles de esta vertiente del macizo y sobre todo conocer el maravilloso auberge du Glandon, donde nos han tratado de lujo. Ducha caliente, cena espectacular (mención especial a la mousse de chocolat del postre) y desayuno que te puedes subir a la habitación si quieres salir pronto, todo por un precio más que correcto. Justo lo que necesitábamos tras 11h de actividad, 26km y 2300m D+!
Lunes, 6h30, St. Colomban...y'a plus qu'a.
Tercer día, vamos a acabar este viaje como Dios manda! Sobre el papel es la jornada más "simple", pero la fatiga y el previsible porteo final hasta el valle están ahí. Salimos antes de amanecer, y empezamos recorriendo la Combe des Roches para llegar tras 1400m de desnivel al col des Fontaines (2481m). Subimos a gusto con zapatillas, y acabamos porteando algo más de la cuenta, hasta que encontramos nieve continua. Cuchillas, para variar, en las palas que dan acceso al collado, un poco de sol, vistas de escándalo...un acierto dar este "rodeo"!
Combe des Roches
Aiguilles d'Arves como telón de fondo
Vallon du Veyton desde el col des Fontaines
Uno de los puntos que más dudas nos daba era la bajada del col des Fontaines. Al hacer un recorrido lineal, la gran parte de descensos los hacemos a "vista", sin saber muy bien lo que nos vamos a encontrar...y este fue el único punto delicado de la travesía. Cara norte + 10 de la mañana + sombra = nieve dura, dura! Y con una cierta sorpresa en forma de antigua avalancha de placa con un corte de cerca de 1m de profundidad. Con un poco de cuidado lo solventamos sin problema, pero fue un buen recordatorio de que no hay que confiarse un pelo en estas cosas
Col des Fontaines N (Foto: Nao)
Avalanchas caídas los días de atrás
Otro valle inmenso...y ni un alma, para variar
El Veyton es el arroyo que da nombre a este inmenso valle, que desemboca en el pueblo de Allevard, y al que se accede desde el col du Morétan. Un lugar bastante inhóspito y alejado de todo, cerca de otro valle perdido de la mano de Dios que conocemos, el vallon du Bens! Este descenso nos permite volver a la vertiente Isère, hasta que a la altura del refugio du Merlet (no guardado), ponemos de nuevo las focas hacia el este para volver a la vertiente Maurienne, vía el col du Bacheux (2459m). Nao pone el piloto automático y no lo veré hasta el final, que nos obliga a poner crampones al estar aún a la sombra.
Refuge du Merlet bajo la nieve
Col du Bacheux, última gran dificultad de la aventura!
Decimos adiós a la vertiente de "casa" (Foto: Nao)
Una vez en este collado ya lo tenemos casi hecho! Tan solo nos queda una última remontada pestosa hasta el col du Gollachon (2167m) y el largo descenso final. Felicidad, alivio, comer, beber, y de nuevo un descenso de muchos kilates con la nieve en su punto! Buenos recuerdos también de este nuevo valle que atravesamos, donde disfrutamos de uno de los mejores días del invierno pasado.
A fondo a por el col du Gollachon
El conjunto de la Lavoire, desde el último collado de la travesía...
Ultimo descenso, vemos ya el final de Belledonne (Foto: Nao)
Hasta que se acabe la nieve. Valle de la Maurienne a la vista
Y tras un descenso final que podría pasar por un cursillo de esquí náutico, nos quitamos los esquís a 1250m de altitud, por encima del Chalet de Lescherette. Coincidimos con un amable paisano con el que compartimos la última parte del descenso y que nos ofrece llevarnos en su coche hasta la estación de tren de La Chambre, a lo que por supuesto no nos negamos...y nuestras maltrechas espaldas tampoco!
The end. Chamrousse - La Chambre, 75km y 6600m D+.
Haciendo tiempo antes del tren de vuelta a Grenoble...
Si hablamos de cifras, esta travesía de Belledonne nos ha supuesto 3 días, algo más de 30h en movimiento, 75km deslizando los esquís (o con ellos a la espalda), y cerca de 6600m de desnivel positivo. También algo así como 14 collados o cimas atravesados y no se cuantos valles, vertientes y arroyos cruzados.
Un viaje, en definitiva. La definición más pura del esquí de montaña: unir dos puntos de un mapa con dos tablas bajo los pies! Hemos arreglado el mundo varias veces junto a Nao, hemos probado la mejor mousse de chocolate del universo y hemos brindado con un Santé, Kampei o Salud de manera indiferente. Y sobre todo hemos podido revisitar todos esos sitios que tantas alegrías nos han dado a lo largo de estos últimos inviernos a lo largo y ancho de Belledonne. Voilà!
La ruta en Wikiloc por si a alguien le interesa!
PD: Está siendo un año extraño, de mucho trabajo y de bastante introspección a nivel personal...lo cual se ve reflejado en la actividad de este blog. Espero que esta maravillosa aventura sea un nuevo punto de partida para este espacio, que seguramente volverá con más fuerza el próximo invierno junto a su hermano científico. La bise