¡Hola!
¿Qué tal? ¿Cómo estáis? Qué ilusión me hacen estas primeras palabras porque eso significa que… ¡la nieve está cerca! Aunque siempre nos lo hace pasar mal porque cada vez se hace esperar más, y este año especialmente, pero… ¡Confiamos en que en nada estaremos todos disfrutando de nuestro maravilloso deporte!
Si la temporada pasada acabó en Tignes Val d’Isère, esta ha comenzado en… ¡Cervinia! ¡Pretemporada con el equipazo de Cuylas School!
El equipo de Cuylas School.
Desde Vielha son unas 11 horas de viajes. Si vas 9 en un coche, cada cual con sus tiempos, su “hambre” (¿eh, Dana? jejeje), pues sales a las 8 de Vielha y llegas a Cervinia hacia las 21, hora perfecta para descargar, ir a cenar en un pequeño restaurante italiano muy agradable, y preparar el primer día de la temporada, que siempre es muy emocionante.
El martes nos pusimos en marcha temprano, fuimos a desayunar, y compramos el forfait internacional, que da acceso a Zermatt. Frío, nieve, y unas condiciones que, para esta época del año, han sido espectaculares. Formación, ejercicios, y, sobre todo, muchas risas, que es lo que cuenta.
Cervinia.
¡Importante! Modo avión en la zona suiza, que si no luego llegan las “sorpresas desagradables”. Cinco euros por un café con leche en pistas. ¡Bienvenidos a Suiza! Por la tarde / noche fuimos a cenar a un restaurante en Saint Vicent, un pequeño pueblo italiano. Lo bueno de esta zona, en comparación con otras como Suiza, o Francia cuando estuvimos en Tignes Val d’Isère, es que se come muy bien y barato, más económico que en el Valle, y es de agradecer porque el esquí, barato barato, no es que sea…
El miércoles nos levantamos con toda la ilusión del mundo, madrugamos, menos de lo que algunos queríamos, pero… ¡Menos mal! Tuvimos que esperar en taquillas porque… no abrieron la estación. En zonas como los Alpes, a más de 3.000 metros, el viento suele marcar los tiempos. Lo importante es adaptarse a todo. Queríamos esquiar pero, si no se puede, cambio de planes, y tan contentos.
Formación en pistas.
Al no poder subir a pistas, dedicamos la mañana a metodología, y a cómo enseñar lo mejor posible a quienes confían en nosotros, independientemente de su nivel y edad. Y después… ¡hicimos una paella increíble! Traída desde España con todos los ingredientes necesarios, que para eso ¡Cristóbal es un crack!
El jueves el pronóstico no era bueno… Rachas de viento de 50 kilómetros por hora, nieve, frío, y, aunque la estación abrió, sólo se podía esquiar en una pista. Las ganas al principio nos pudieron, pero primó el sentido común, así que, muy a nuestro pesar, decidimos emprender el viaje de vuelta. Y bien que hicimos, porque nevó mucho en carretera, llovió, y aprovechamos para parar a comer en un restaurante increíble en el pueblo de Susa, la Cantina Meana, que nos encantó.
A la 1.30 llegábamos a Vielha, cansados pero felices. Nos hubiera gustado esquiar más, pero el objetivo del viaje estaba cumplido. Contacto con la nieve, formación, refrescar conceptos, pero, sobre todo, hacer equipo. Porque para dar lo mejor de uno mismo es muy importante que te guste lo que haces, y que te rodees de gente que te haga crecer y con la que estés muy a gusto, y creo que de eso, en Cuylas, vamos sobrados.
Una maravilla de inicio de temporada, con muchas ganas de empezar, y ¡ya volveremos a conocer Cervinia y Zermatt! 😉
Parece que el arranque de Baqueira se va a hacer esperar. No ha nevado lo que se preveía y el lunes llovió muchísimo, además, no hace el frío que debería para estas fechas. Pero hasta el 21 de abril tenemos tiempo. Y por supuesto, confiamos en la estrella que siempre acompaña a esta estación. Estamos un poco tristes porque el año pasado a estas alturas ya estábamos esquiando. Pero contra la meteorología nada se puede hacer, salvo ser positivos y confiar en que ¡en nada volveremos a encontrarnos haciendo lo que más nos gusta! 😊