Para los amantes del esquí no necesita presentación. Aymar Navarro (1989, Les, Val d’Aran) es el único español que ha logrado competir en la gran final del Freeride World Tour, el campeonato del mundo de esta disciplina, que cada año tiene lugar en Verbier (Suiza). Lo ha hecho hasta en seis ocasiones, consiguiendo el tercer puesto en 2021.
Pero su temporada 2021/2022 no acabó bien cuando, en una de esas líneas que siempre nos sorprenden, acabó chocando contra una roca a 115 kilómetros por hora. Han sido ocho meses de recuperación, de fisios, de médicos, de esfuerzo y dedicación, pero el aranés sigue con las ilusiones intactas, nuevas motivaciones, y emocionantes retos en el horizonte, y, una vez más, volverá a estar en el Freeride World Tour como acaba de confirmar.
Terminaste la temporada el pasado 26 de marzo con una brutal caída en el Xtreme de Verbier (Suiza), la gran final del Freeride World Tour (FWT). ¿Cómo te encuentras actualmente?
Por desgracia, terminamos la temporada de la manera que nunca quieres. Una lesión después de una gran caída, y en las finales de Verbier. Pero bueno… Son cosas que pasan. Ahora sigo recuperándome, con un poco de dolor y alguna limitación a nivel de fuerza con el hombro, pero también podría ser peor. Llevo ocho meses non stop de fisios, de pruebas, de gimnasio… Haciendo todo lo que está en mis manos para llegar al 100% esta temporada. Sí que es verdad que el hombro, tal y como está ahora, no me va a limitar a la hora de esquiar ni hacer ninguna actividad relacionada con el esquí, pero en lo que respecta a los proyectos de escalada, y a los que me estoy dirigiendo ahora mismo, sí tengo algo de limitación, porque tengo la fuerza condicionada justo en un punto, en un movimiento… Pero bueno, seguiremos haciendo lo que nos manden los fisios, los médicos, y a ver si llegamos al 100%.
¿Cómo ha sido tu “temporada de verano”?
La temporada de verano ha sido, como podrás imaginar, bastante “entretenida”, con toda la rehabilitación… He invertido mucho tiempo en recuperar, en rehabilitar, en ir poco a poco y conseguir recuperar la fuerza, porque, después de la lesión, de estar casi dos meses y medio, tres, parado, sin hacer nada, todo el volumen de fuerza desapareció… Casi hemos recuperado la movilidad al 100%, ahora estamos con el tema de la fuerza, y, si no fuera por unos dolores que aún sigo teniendo, ya estaría prácticamente recuperado al 100%... Pero bueno, he podido montar en bici casi con normalidad, caminar por el monte… Escalando todavía tengo molestias, noto dolor, pero poco a poco iremos mejorando, y estoy seguro de que pronto estará solucionado.
Ocho meses más tarde, y probablemente después de haber analizado muchísimas veces aquella bajada, ¿con qué reflexiones te quedas?
Sinceramente, el análisis que hago de la bajada, de la posible caída, es el mismo que el del día después de que sucediera. La gente nos ve bajar por ahí, se cree que es tirarnos y ya está, pero detrás hay un estudio muy amplio. Son tres días mirando la montaña, analizando, examinando las pendientes, los posibles cambios de nieve, los peligros, las velocidades… Cuando estudias a vista, desde fuera, sin poder esquiar previamente la cara, siempre hay alguna incógnita que se te pasa de largo, o que, en ese momento, desde la distancia, no has sabido analizar bien…
Yo creo que la línea estaba elegida, la dirección era la buena… Sí que es verdad que la nieve que me encontré ahí igual estaba un poco más cambiante o más rápida de lo que imaginé, pero, aun así, nunca pensé que podía impactar con la roca… Con la natural de la pendiente y la dirección que llevaba, lo normal era que la caída me hubiera llevado hacia abajo, sin impactar con ninguna roca. Yo eso ya lo había analizado, como hago con todas las líneas. En las zonas rápidas, y en las de riesgo sobre todo, siempre miro que el área de recepción, o de posible caída, sea limpia para no impactar con una roca, y la verdad es que me sorprendió la recepción del último salto. Salí con mucha velocidad, me quedé un poco retrasado porque en los esquís entró aire, me venció un poco la inercia, así que me quedé colgado atrás en las colas del esquí, y además en la recepción me comí las huellas de los anteriores esquiadores que habían pasado haciendo una diagonal por debajo de mi salto… Fue ese cúmulo de cosas… Caí atrás con mucha velocidad, toqué las huellas de los anteriores esquiadores, salí catapultado lateralmente, no hacia delante ni hacia detrás como pensé que sucedería en caso de caída… Fui hacia esa piedra como si tuviera un imán, rodando lateralmente, hasta que impacté. Después sí que seguí rodando hacia abajo como tenía previsto en caso de que hubiera tenido una caída. Pero bueno… Tampoco hay que darle más vueltas. Creo que, si hubiera estado tres días más mirando esa línea, hubiera elegido lo mismo y hubiera seguido sin ver el peligro de esa piedra, porque era muy muy difícil de imaginar, de caer a tanta velocidad y que, en vez de ir recto hacia abajo, me fuera rodando lateralmente hacia esa roca.
¿Cómo se plantea esta temporada 2022/2023?
Pues la verdad, si soy sincero, a día de hoy no sé decir 100% cuál es mi plan a nivel de competición. Sí que sé seguro que, si estoy físicamente bien, competiré en Baqueira. Es lo único que sé. Hacer el circuito de Canadá, Baqueira, Andorra… Las tres primeras pruebas que son las clasificatorias… Tengo que acabar de decidir, sinceramente. Aún no sé. El objetivo de este año es terminar la temporada bien, fuerte, ganar mucha experiencia en lo que es la escalada y el steep esquí (alpinismo con esquís), porque es posible que tenga otro objetivo, otro proyecto. Tampoco puedo contar mucho más… Los objetivos también han cambiado un poco, y no sé… La verdad es que hay días que me levanto con ganas de hacer todo el circuito entero, pero, al mismo tiempo, pongo la balanza y…
He hecho mucho más de lo que pensaba en el Freeride World Tour… Para mí un sueño era estar en la competición algún día, y, a lo tonto, llevo ya siete años compitiendo… He estado en dos finales en Verbier, consiguiendo un podio… La valoración es muy buena, y hay que saber frenar, pero también es verdad que tengo el gen competitivo, que me encanta. Me gusta mucho estar con la familia del Freeride World Tour, y tampoco he descartado poder hacer el circuito entero, pero lo veo bastante difícil porque mi objetivo ahora es otro, es un proyecto potente, para el cual tengo que prepararme al 200%, y si compites pasas mucho tiempo focalizado en las competiciones, en viajar, más las guardias de bombero… Todo va sumando por un lado, pero restando por el otro… En breve sí que es verdad que tengo que tomar la decisión, pero aún no la tengo…
Al margen de la competición, ¿con qué proyectos nos vas a volver a sorprender este invierno?
De cara a futuros proyectos, aún nos queda alguna actividad para finalizar “The Check Project by Ford”, con Carlos (Llerandi) y Alexis (Ferrera), que nos quedaron pendientes porque no pudimos hacerlas por la calidad de la nieve. Así que, si podemos y nos deja la montaña, las realizaremos. Pero este año mi objetivo principal es prepararme fuerte para un proyecto grande sobre el que, en cuanto pueda, daré más información. ¡Y hasta ahí puedo leer!
Eres el referente para muchos apasionados del esquí y la montaña. ¿Qué te ha enseñado a ti el freeride?
A mí el Freeride me ha dado muchísimo. Desde conocer lugares brutales en los que nunca imaginé que pudiera estar, a conocer gente y compañeros en las competiciones y en los proyectos con los que he compartido horas y horas en la montaña… La verdad es que eso es lo más bonito que me voy a llevar… Después, mi forma de enfocar el día a día quizá también me haya hecho ver las cosas desde diferentes perspectivas… En definitiva, es esto. Compartir tu afición con gente que tiene las mismas motivaciones que tú.
En nuestra última conversación dijiste que era “genial tener sueños pendientes”. ¿Con qué sueña ahora Aymar Navarro?
Yo creo que sí, como bien te decía, es bueno tener algún sueño dentro del baúl para tener siempre esa motivación, o ese gusanillo para seguir. Sí que es verdad que las motivaciones van cambiando… Antes quizá, cuando empecé con todo esto, era poder estar en una simple competición del Freeride World Tour. Para mí estar compitiendo con todos estos máquinas era ya más que un sueño conseguido, y bueno, hemos estado muchos años haciendo el circuito, compitiendo por todo el mundo, haciendo podio, estar en las finales donde nunca pensé que podría estar, y empecé a mezclarlo con proyectos de grabación, por aquí por el Valle… Porque con tanta competición nunca había tenido tiempo de frenar un poco y poder explorar y explotar mi Valle, mostrarlo como a mí me hubiera gustado. Creo que con el proyecto "The Check Project by Ford" hemos hecho una labor espectacular, tanto con Carlos Llerandi como con Alexis Ferrera. Ahora hay que pensar a lo grande y seguir creciendo. Hay un sueño, hay un proyecto, está ahí, está muy bien encarado y, en cuanto pueda, daré más detalles.
Gran embajador de la Val d’Aran, ¿qué lugar no hay que perderse en este Valle?
Buff… Hay tantos sitios que hay que visitar que no terminaría la lista. Porque en invierno, en verano, todo cambia. Para mí, en invierno, La Forcanada es una zona, más o menos accesible, con una gran caminata, muchas horas de pateo, pero un sitio silencioso y espectacular. Después puedes ir a la zona del Mauberme, bien alejada, que es lo que me gusta a día de hoy… Perderme horas y horas por el monte para llegar a sitios donde encontrarme con pocas huellas… Luego, en verano, precisamente estas dos zonas son increíbles para visitar. Y en la parte del Baish Aran tenemos el Montlude, desde donde hay unas vistas que son brutales, una panorámica de todo el Valle de Arán… Y el Bosque de Carlac… No sé… Hay tantos, tantos sitios, que sería imposible quedarme con uno solo.
¿Cómo es tu après-ski ideal?
Bastante sencillo. Terminar a las cuatro de la tarde de esquiar y estar tan cansado que solo me apetezca llegar a casa, encender el fuego, tomarme un té caliente, y descansar para el día siguiente. Ese es el après- ski que más me gusta.
¿Cómo te gustaría verte en un futuro tampoco muy lejano?
Bueno, en un futuro no muy lejano, es decir para la próxima temporada 23-24 quiero focalizarme en un gran proyecto y empezar a dejar un poquito de lado la competición. Tengo 33 años, mis motivaciones han empezado a cambiar un poquito, pero sigo teniendo “el bicho” que quiere estar compitiendo con un dorsal, y creo que nunca lo voy a perder. Quiero estar abierto a nuevas motivaciones, nuevos objetivos, nuevos proyectos que requieren más dedicación y mucha preparación…. Hay que hacer balanza y elegir, y creo que la decisión la tengo clara, pero no para este invierno.
