Si algo fascina en la vida a Edurne Pasaban es transmitir tanto sus experiencias, como las claves que ha extraído de ellas, para poder alcanzar el éxito ante cualquier reto. Ella siempre será una alpinista profesional, con una trayectoria de superación personal forjada a base de valentía, motivación e inconformismo.
¿A qué edad empezaste a esquiar?
Primero empecé con esquí de fondo. Soy de Tolosa, un pueblo de País Vasco, y, no me preguntes por qué, pero hay muchísima tradición de fondo. Desde muy pequeños, en el colegio, en un lugar que no tiene nada que ver con la montaña, nos llevaban a hacerlo. Creo que empecé con 6 o 7 años. Con el esquí alpino comencé bastante tarde, a los 15 o 16, y de ahí al de travesía.
¿A qué estación le tienes un cariño especial y por qué?
A la estación que tengo mucho cariño, porque vivo en ella y paso ahí el invierno, es a Baqueira Beret. He esquiado en muchísimos sitios, pero durante una gran parte de mi carrera deportiva, cuando entrenaba, me desplazaba al Valle de Arán. Baqueira es donde he esquiado y donde vivo, donde me siento a gusto, y donde me han acogido súper bien.
¿Qué recuerdo tienes en la nieve grabado en tu memoria?
Se remontan a cuando era muy pequeña. Mis padres tenían una caravana y nos llevaban a los Pirineos a hacer esquí de fondo. Recuerdo los inviernos duros de entonces, cuando nos trasladábamos allí y dormíamos en la caravana, con muchísimo frío, ¡incluso con estalactitas dentro! Tendría 6 años y mi hermano 2. Yo creo que mis padres, no solamente nos estaban metiendo el gusanillo por la nieve y por la montaña, sino que también nos estaban forjando para el frío.
Un momento en el que lo pasaste muy mal.
Esquiando pasarlo muy mal… Más bien haciendo esquí de montaña, porque después de haber aprendido a esquiar en pista, que creo que es la base para poder hacer esquí de montaña, comencé con esta modalidad a los 18 años, y lo he practicado en muchos lugares, en el Pirineo, en los Alpes, en un montón de sitios… Recuerdo una vez que fuimos a hacer una travesía de esquí de montaña de cinco días a los Alpes, me até demasiado fuerte las botas y se fisuraron una serie de tendones y nervios del empeine. ¡No olvidaré nunca el dolor durante esos cinco días!
¿Qué aprendizaje te ha servido de mucha ayuda?
Sobre todo en el esquí de montaña, cuando vamos a practicarlo y hace un día espectacular. Tenemos que saber leer bien la montaña, hacer caso a las previsiones de riesgo de aludes, llevar todo el equipo, porque puede haber una placa de hielo en cualquier sitio y unas cuchillas son necesarias. Para mí el consejo es asesorarnos bien antes de hacer cualquier actividad en la montaña que tenga que ver con el esquí, pero, sobre todo, con el esquí de montaña.
¿Tu mejor après-ski?
Mi mejor après-ski, o quizá el que más presente tengo, es el último que he podido hacer, en los Alpes, justo antes de toda esta pandemia. El último viaje que hice fue con mi pareja, con Clori. Nos fuimos tres días en enero a los Alpes suizos a esquiar y recuerdo aquel après-ski como de los mejores, quizá porque ahora echas de menos el poder viajar, el ir de après-ski, y todo lo que vivíamos antes. Además, tenemos un niño de 3 años que dejamos en casa, fuimos los dos solos, y lo recuerdo como el mejor.
Un momento que nunca se borrará de tu memoria.
El primer día que llevé a mi hijo a esquiar. Y mira que he esquiado en grandes sitios, he hecho buenas travesías de esquí de montaña, he estado en los Alpes, he hecho heliesquí, ¡un montón de cosas!, pero como ponerle el primer día los esquís a mi hijo creo que no hay nada.
Recomiéndanos tu lugar favorito para coger fuerzas después de una jornada en la nieve.
¡Voy a tirar para casa! Esquiar todo el día en Baqueira, hacer algunos fuera de pista, y comer un buen chuletón en el refugio de Montgarri, al lado de la chimenea… Para mí es cerrar el ciclo de un día de esquí perfecto.
¿Algún consejo relacionado con la nieve que pueda ser de utilidad?
Cuando estaba pensando en esta pregunta me ha venido enseguida la cuestión de los calcetines. Siempre pensamos que tenemos frío en los pies, estos años además que las temperaturas son tan bajas… Mi consejo es cambiarse los calcetines todos los días, porque parece que no sudamos cuando tenemos la bota pero sí, se suda, y los calcetines no se secan bien. Así que los calcetines limpios cada día. No es una tontería, lo he aprendido en el Himalaya, en los ochomiles, y es verdad. No tendrás tanto frío.
¿Con qué persona conocida te gustaría ir a esquiar e invitarías a responder a estas preguntas?
Elegiría a Lucas Eguibar, gran snowboarder y amigo. ¡Un día de esquí con un crack como él puede ser divertido!