15-1-2011 La Molina. No doy abasto

15-1-2011 La Molina. No doy abasto
Salgo de casa pasadas las seis y media de la mañana y ando hasta situarme delante de la gasolinera que hay en la recta de la carretera N-152, saliendo de Puigcerdà a mano derecha y no me tengo que esperar mucho ya que me recoge un muchacho que trabaja en uno de los hoteles de La Molina.
Salgo de casa pasadas las seis y media de la mañana y ando hasta situarme delante de la gasolinera que hay en la recta de la carretera N-152, saliendo de Puigcerdà a mano derecha y no me tengo que esperar mucho ya que me recoge un muchacho que trabaja en uno de los hoteles de La Molina.

Me deja casi delante de las oficinas, donde entro pidiendo por un par de personas que no están.
El día que he escogido para hacer la estación de La Molina quizás no es el más adecuado, pues ninguno de mis contactos está y el personal está muy ocupado ultimando los preparativos de los campeonatos del mundo de snowboard. Sin embargo, consigo mi pase y me voy a la escuela de esquí donde trabajé hace dos años.

El recibimiento que me hacen en Traça es cálido y agradable. Saludo a los compañeros y compañeras con quien compartí jornadas de trabajo cuando llegué a La Cerdanya después de tener que abortar el proyecto original. Dejo las cosas un momento para ir más ligero y voy al centro de deporte adaptado, el local donde se atienden las personas con discapacidad que quieren disfrutar del deporte blanco y que gestiona la asociación Play & Train, con quienes había contactado anteriormente. Hasta las diez no está previsto que vengan los grupos, así que aprovecho para hacer un par de esquiadas suaves.

Cojo el telesilla de Cap de Comella, un desembragable de seis plazas que salva el desnivel a una gran velocidad. Quiero encontrar algún rebeco y las primeras horas de la mañana son las mejores, pero no tengo mucha suerte porque sólo veo uno y no deja de enseñarme sus cuartos traseros. En la siguiente bajada ya hay un par de sarrios.



Cuando faltan pocos minutos para las diez me dirijo a la hermosa casita de madera, punto de reunión de las clases que se dan a personas con discapacidad. La persona que está hoy al pie del cañón dentro de la oficina me da todas las facilidades para que pueda realizar mi trabajo.

Los primeros con quienes hablo son los padres de Lluc, que hoy se estrena en el mundo del esquí. Una vez tengo su permiso para grabarlos y poniéndome de acuerdo con el monitor que lo lleva, Marc del Club Elements, estoy presente en el proceso de colocarlo en una silla adaptada.

Mientras esto pasaba ha llegado un grupo de chicos y chicas con discapacidad que también vienen a esquiar, ellos con otro monitor. También les pido permiso a los padres.

Pierdo de vista a Lluc y a su familia incluido el monitor y me quedo un rato con Armand y su grupo, pero por poco rato pues veo un monitor de la ONCE y unas personas con chalecos fluorescentes, con quien también hago unas bajadas en la zona de debutantes.

Acabo perdiendo también al grupo de Armand, a pesar de estar todo el rato en la cinta de El Bosquet y me voy al centro de deporte adaptado. En ese momento llama Marc y quedamos a los pies del telesilla Pleta de Torrent.

Mientras me espero veo una figura femenina enfundada en un mono blanco que frena de una manera muy espectacular, con un estilo bien marcado y entiendo el porqué, es miembro del equipo de snowboard de Estonia.

En una de las subidas en la silla del Cap de Comella, Marc me menciona la anchura y el nuevo sistema de tornos para acceder al remonte que facilitan el acceso, una de las novedades de la estación esta temporada. Y también me propone probar la sensación que se tiene yendo en una silla dual-ski, lo que haremos si nos dan permiso y el reloj nos deja.



Enseñar a personas con discapacidad una pasión, algo que te permite ganarte la vida haciendo lo que te gusta, es un placer que no se puede explicar. Únicamente se puede vivir.

Seguimos esquiando con Lluc y sus padres, con los que intercambio opiniones, conociendo su parecer y aprendiendo de su punto de vista, aparte de ser partícipe de la importancia que tiene el hecho de poder hacer esta salida a la nieve con su hijo . Pero todo lo bueno se acaba y nosotros acabamos la esquiada con ellos.

Ya en el local y autorizados, montamos una de las sillas. El proceso es lento, pero necesario por seguridad.

Me miden para saber el tamaño del asiento, acoplan y fijan el asiento al chasis, lo forran con una espuma y ajustan la presión de la suspensión.
Cuando me siento en la silla tengo una ligera impresión de lo que debe sentir una persona que va en silla de ruedas. Mi cuerpo se acopla a la silla fácilmente, pero la postura es nueva y un poco incómoda al principio. Después la sensación pasa, porque tengo demasiado trabajo en mantener el equilibrio con los estabilos e intentar avanzar o moverme un poco.

Marc, entre otras cosas, me comenta subiendo por la cinta que ésta es más ancha, para permitir más cómodamente la ascensión de las sillas adaptadas para esquiar. Nos acompaña Jandro, snowboarder profesional a quien le dejo la cámara de fotos para que pueda documentar la experiencia, que consiste principalmente en notar sensaciones.

Encaramos los pocos metros de desnivel de la pista de debutantes de El Bosquet. Recibo los consejos de Marc, que me dice como debo colocarme, como tengo que poner los brazos y los movimientos que tengo que hacer y que yo intento poner en práctica con más o menos acierto.



Hacemos unas cuantas bajadas hasta que el tiempo y el cansancio nos obligan a parar. Él tiene clases que dar y yo quiero grabar algo más, como por ejemplo la preparación del boarder-cross o las máquinas trabajando en el Estadi.

Me despido de Jandro y de Mariana, a quien agradezco enormemente (ya en su momento y también desde aquí) todo lo que ha hecho esta mañana.

Hacemos una última subida al Cap de Comella. Marc me aconseja que no me pierda las 24 horas que Play & Train organiza hacia el mes de abril, a las que espero poder asistir.

Voy hacia el sector de Alabaus, donde está el boarder-cross, pero no puedo acceder a las zonas que tienen cerradas al público para grabar los trabajos que están haciendo. Hay demasiado trabajo y acabaría siendo un estorbo, lo que quiero evitar por encima de todo.

Desde la silla puedo hacer fotos de cómo los trabajadores ultiman los preparativos, alisan la pista y trasladan el material necesario.



Tengo ganas de subir al punto más alto de la estación, o sea que cojo el telecabina Alp 2500 y atravieso el cielo dirigiéndome a la vertiente más occidental de La Molina, fronteriza con Masella.

Allí, saliendo del remonte, veo unos pisteros a quienes pregunto si les puedo grabar. Van a revisar que la pista esté en buenas condiciones; enderezan los piquetes señalizadores, sacan alguna piedra.

Desde el retorno del telesquí Set Fonts me indican la futura llegada de un nuevo remonte, que acercará las personas que suban al refugio del Niu de l'Àliga, un lugar con un encanto y unas vistas espectaculares de la sierra del Cadí y del valle de La Cerdanya, así como de otros picos y valles.



Empiezo la última bajada, que me lleva sin ningún tipo de complicación hasta la base de la estación.

Recojo las cosas y me despido de todos y todas. Quiero hablar con los Mossos d'Esquadra, que tienen un pequeño despacho donde años antes había el servicio fotográfico, pero no están y me voy.

Llego a Puigcerdà en dos etapas. Ha sido un día fabuloso.

Acabo el día con un nuevo look.

4 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    28/01/2011 11:19
    #1
    nuevo look..? :oh!:

    :+:

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  • #2
    Fecha comentario:
    28/01/2011 11:37
    #2
    si!jajaja, mi estilista hizo de las suyas....y me dejó muy guapo, aunque me esté mal el decirlo :lol2: :+:

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    • Gracias!
  • #3
    Fecha comentario:
    29/01/2011 01:23
    #3
    Vaya dios... :) la ultima caida mia que tube esquiando que no suelo caerme me encontre con un moño de nieve en la cabeza y bigote blanco nuevo :lol2: y asi estube con mi nuevo look buen rato buscando el equipo perdido y al recuperar la tabla head para colmo me estaba grande asi que toda desconfigurada y ya al ponerla bien para colmo al llegar abajo en borregiles...perdon hablo de Sierra Nevada...busco mi wiston para dar unas caladas y me los encuentro tos rotos por la dura caida :crying:

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  • #4
    Fecha comentario:
    07/02/2011 20:39
    #4
    Ya me contarás las sensaciones de la silla ;)

    Yo las tuve en La Molina también, son impresionantes.

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    • Gracias!

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