12-1-2011 La aventura continua

12-1-2011 La aventura continua
Con la constante sensación de no estar suficientemente centrado en el proyecto preparo la incursión a las próximas estaciones.
Con la constante sensación de no estar suficientemente centrado en el proyecto preparo la incursión a las próximas estaciones.

Hago algo rápido para comer, unas lentejas con chistorra y hamburguesas, antes de que ella llegue del trabajo.

Con la barriga llena acabo de terminar la mochila, me ducho y hacia las cuatro y media salgo de casa hacia la estación de tren.



Los mismos árboles, la misma carretera que serpentea hermana a la vía, los mismos intermitentes tramos de oscuridad, agujeros hechos años atrás en la montaña, los mismos pueblos, los mismos campos.

Cambia el motivo del viaje.

Volver a casa después de una adolescente excursión de fin de semana, gestionar papeles (debido al olvido por parte de la administración de la comarca de La Cerdanya), bajar a la capital para celebrar un cumpleaños emblemático.

El tren tarda una hora para llegar a Ripoll.

Durante el viaje me he hecho un cartel que indica: Setcases, con letras mayúsculas y un dibujito que enseño a todos los que salen de esta histórica ciudad catalana.



Llamo al guarda del refugio de Ulldeter para averiguar en qué condiciones se encuentra; sólo la parte de abajo, la libre, está abierta, pero llegar está complicado debido a la capa de hielo que hay por los alrededores.

Pasa una furgoneta grande, el conductor de la cual me mira intensamente, pero que sigue en dirección a St.. Joan de les Abadesses.

Al cabo de unos minutos veo que regresa y toma la rotonda, parándose a mi lado, diciéndome que no va hasta Setcases, pero que me puede llevar hasta cerca de Camprodon.

Resulta ser un nombre legendario de Arcalís, el Hippi, que le da nombre a una famosa canal de esta bonita y alpina estación andorrana.

Perplejos por la casualidad de encontrarnos en estas circunstancias llegamos a una rotonda donde me deja. Cuando se va me doy cuenta que estoy en medio de no sé dónde, que no sé a qué distancia está el próximo pueblo, que está oscuro y que tendré que tener mucha suerte para que alguien me coja, ya que aquí no parará el autobús.



Pienso que la policía se detendrá al verme junto a la carretera, pero al cabo de una hora, cuando pasa el primer coche con luces azules en el techo, éste pasa de largo, sin inmutarse.

Al poco tiempo se para Nando, que me deja en la parada de autobuses de Camprodon, desde donde sale uno al cabo de una hora que llega a Setcases.



Llegado a mi destino, miro a mi alrededor y veo lo que será mi refugio esta noche.

Me instalo, tan cómodamente como puedo y me dispongo a pasar la noche, un poco encogido.

2 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    17/01/2011 13:01
    #1
    Como siempre, me dejas esperando tu próxima entrega

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    • Gracias!
  • #2
    Fecha comentario:
    19/01/2011 19:01
    #2
    :+: :+: :+:

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    • Gracias!

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